Historia del papel de aluminio

La necesidad de proteger los cigarrillos y los bombones contra la humedad condujo a la creación del envoltorio de aluminio para la cocina.
En 1903, cuando el joven Richard S. Reynolds empezó a trabajar para su tío R.R. Reynolds, el rey del tabaco, los cigarrillos y la picadura de tabaco se protegían contra la humedad mediante finas láminas de papel de estaño. Tras dominar esta tecnología, en 1919 R.S. estableció su propio negocio, la US Foil Co., en Louisville, Kentucky, para suministrar hojas de papel de estaño a la industria tabaquera  y a los fabricantes de confitería. Unos y otros estaban convencidos de que este envoltorio proporcionaba mayor seguridad para sus productos que el papel parafinado . El aluminmio era todavía un metal relativamente nuevo y con unas propiedades no demostradas del todo, pero cuando su precio empezó a descender a fines de los años 20, R.S. Reynolds se apresuró a adoptarlo como envoltorio para los cigarrillos y los bombones.
Reynolds estaba convencido de que el aluminio , ligero y anticorrosivo, tenía un futuro brillante , y muy pronto su empresa ampliada, la Reynolds Metals, ofreció a sus clientes una lista impresionante de artículos: Estructuras de aluminio para puertas y ventanas, embarcaciones de aluminio y una línea competitiva de baterías de cocina. Sin embargo, el producto que introdujo en más hogares los beneficios del aluminio fué el gran lanzamiento de Reynolds en 1947: La lámina de aluminio de una o dos centésimas de milímetro de grosor, fruto de los conocimientos técnicos que él había adquirido en más de dos décadas de fabricación de envoltorios protectores.
Ligero, inoxidable, inofensivo, y delgado como el papel, el producto era un excelente conductor del calor e impedía el paso de la humedad. Si se envolvían en él los alimentos conservados en el refrigerador, los protegía totalmente de olores y de los efectos de la luz. Aseguraban los entendidos que pocos productos del siglo XX fueron introducidos en los hogares con mayor rapidez y acogidos con más satisfacción. Es más, este "papel de aluminio", gracias a sus notables propiedades, abrió las puertas de los hogares a otros muchos productos fabricados con el mismo metal.
Hoy el aluminio tiene un numero casi inimaginable de aplicaciones,: Desde los programas espaciales a campos tan dispares como la medicina, la construcción, las comunicaciones y las industrias de envasado y bebidas refrescantes. Siguiendo la costumbre de caracterizar las eras del desarrollo tecnológico dándoles el nombre del metal predominante en cada una de ellas -así la Edad del Hierro y la del Bronce- , los arqueólogos del futuro podrían llamar a la nuestra La Edad del Aluminio . Se inició en torno a 1950, gracias, sobre todo, al uso generalizado de una lámina destinada a proteger los alimentos.