sábado, 9 de marzo de 2013

No lo puedo evitar, me gusta Delacroix


MUJERES DE ARGEL / DELACROIX


Este cuadro es, a un tiempo, orientalista y romántico. Parte del rostro de la mujer de la izquierda queda inmerso en la sombra. El pintor usó esta técnica en muchas figuras para lograr un aire de misterio y aislamiento. A su lado están sentadas otras dos mujeres mientras que otra figura femenina, una criada negra, está en pie; su presencia, de espaldas y girando, parece hacer entrar al espectador en el cuadro.

Destaca en el cuadro la forma en que la luz está representada. Es una luz lógica, pues viene de una ventana, sin representar una luz idealizada sino como era en realidad. Delacroix quedó entusiasmado por la luz del norte de África, y pretendió plasmarla en sus obras. Igualmente fue famoso por sus connotaciones sexuales. Representa a las concubinas argelinas de un harén. También muestra opio, que a menudo acompaña cuadros de prostitutas. En el siglo XIX, la pintura era conocida por su contenido sexual y su orientalismo. No obstante, para el pintor, este universo femenino encarnaba lo verdadero y lo bello, redescubriendo la Antigüedad. Estas mujeres simbolizarían el ideal de belleza femenina para Delacroix, combinación de la suntuosidad oriental con los rasgos griegos propios de un Fidias. Las carnaciones están tratadas con tonos bronceados, lo que refuerza el exotismo de la pintura.

En cuanto a la técnica, usó pequeños toques de color, independientes, lo cual explica que sea considerado precedente del impresionismo. Destacó sobre todo el tratamiento cromático que le dio a las ropas: pantalones verdes con motivos amarillos, enaguas verdes y azules, un chal amarillo con rayas rojas, una falda rosa y negra. De hecho, este cuadro sirvió de fuente de inspiración a autores impresionistas posteriores, desde Auguste Renoir hasta Henri Matisse, sobre todo por su intenso colorido, logrado al aclarar el tono general, mediante colores puros.

No todo es tan autentico como se puede pensar cuando se observa el cuadro. La postura de la mujer sentada a la derecha procede de uno de los libros-bocetos, pero su impresionante perfil pertenece a una modelo parisina y se puede encontrar en otras pinturas como en La Libertad Guiando al Pueblo.

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