Las
mediciones y divisiones del tiempo pueden parecer a priori arbitrarias, pero
todas ellas tienen un fundamento histórico. Para encontrar la razón por la cuál
las semanas tienen 7 días, también tendremos que sumergirnos en la historia más
antigua de la que se tiene registros.
El número
siete no es particularmente intuitivo. A diferencia del número 24, se trata de
un número primo, por lo cual dificulta si división en segmentos equitativos,
algo útil para dividir tiempos y organizar tareas. Tampoco podemos dividir un
año en semanas sin que sobre ningún día. La única razón matemática que podría
atribuirse el hecho de que las semanas tengan siete días sería el ciclo lunar,
que se suele redondear a 28 días, lo que supondría cuatro semanas. Pero aún
tratándose de este caso, el hecho de que el ciclo lunar está por encima de los
28 días exactos, haría que pasadas pocas semanas se perdiera la sincronía entre
el ciclo lunar y las semanas, careciendo estas de ese posible sentido
matemático.
Tablilla de escritura cuneiforme |
Descartada
inicialmente la razón matemática, nos tenemos que trasladar a la antigua
Babilonia para buscar otra posible explicación. El pueblo babilónico es
considerado la primera civilización en hacer un gran avance en el campo de la
astronomía. Entre otras muchas cosas, fue el pueblo que introdujo los signos
zodiacales, como constelaciones estelares visibles, así como los primeros que
identificaron cinco de los planetas del sistema solar.
Los
babilonios no establecían diferencia alguna entre el sol, la luna y los cinco
planetas conocidos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), y como los
astros más importantes del firmamento, e identificaron cada uno de estos astros
con una deidad. Tras ello, decidieron honrar a cada deidad en días
consecutivos, resultando finalmente los siete días en los que agrupamos las
semanas.
Algunas
tablillas encontradas en la región babilonia, datadas en torno al año 600 a.C.,
determinaron que las semanas no únicamente fueron determinadas así. Además de
dedicar un día de la semana a cada uno de los dioses, los babilonios también
cuadraban las semanas dentro del ciclo lunar, provocando de este modo que la
duración de las semanas variase. Las tres primeras semanas del ciclo lunar
mantenían los siete días de duración, mientas que la última se alargaba hasta
completar el ciclo lunar de 29,53 días, quedando así semanas finales de 8 o 9
días.
La
composición semanal de los babilonios, fue tomada más tarde por la religión
judía, la cuál introdujo en el Génesis (el libro de la creación de la Biblia)
un mundo creado en siete días. Las civilizaciones griegas y romana también
tomaron la semana de siete días, y en su caso siguieron identificando cada día,
con cada uno de los astros del sistema solar (que también estaban a su vez
identificados con deidades). De hecho, las lenguas latinas y anglosajonas han
mantenido una estrecha relación entre los nombres de los días de las semanas y
los nombres de los planetas:
Astro – Español – Francés – Inglés
Luna – Lunes – Lundi – Monday
Marte – Martes – Mardi – Tuesday
Mercurio – Miércoles – Mercredi – Wednesday
Júpiter – Jueves – Jeudi – Thursday
Venus – Viernes – Vendredi – Friday
Saturno – Sábado – Samedi – Saturday
Sun – Domingo – Dimanche – Sunday
Luna – Lunes – Lundi – Monday
Marte – Martes – Mardi – Tuesday
Mercurio – Miércoles – Mercredi – Wednesday
Júpiter – Jueves – Jeudi – Thursday
Venus – Viernes – Vendredi – Friday
Saturno – Sábado – Samedi – Saturday
Sun – Domingo – Dimanche – Sunday
Las posibles
incongruencias visibles entre los nombres de los astros y los nombres de los
días en las lenguas anglosajonas (como es el caso del inglés), también pueden
ser explicadas como días que fueron dedicados a dioses de la mitología
escandinava, pudiendo conectar de este modo a Wodin con Wednesday (miércoles),
Thor con Thursday (Jueves) y Freya con Friday (viernes).
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