Hacía tiempo que una mirada no me impresionaba tanto.
Ha sido esta mañana, al salir de casa.
Al lado de donde vivo han puesto un comedor de indigentes, y cada día antes de la una de la tarde se forma una larga cola esperando para entrar .
Yo salía de casa y me estaba subiendo a un taxi para ir a una calle céntrica, donde tenía que hacer unas gestiones en el banco. Ya estaba dentro del coche, y vi a una mujer de la cola que me miraba fijamente. Delante de taxi había una furgoneta, por lo que nos paramos unos segundos hasta que la calle quedase libre. La mujer no paraba de mirarme, y yo a ella. Yo iba bien vestida, con un bolso caro y bien arreglada. Aquella mujer no. Parecía lo que era, una persona pobre. Me miraba con una expresión entre tristeza y algo de odio que yo entendí perfectamente. Me entró mucha vergüenza, aunque yo no tengo la culpa de la puta crisis y de que la gente pase hambre.
Me hizo sentir tan mal aquella mirada que me parece que lo la voy a olvidar nunca.
Ay Dios.
Ha sido esta mañana, al salir de casa.
Al lado de donde vivo han puesto un comedor de indigentes, y cada día antes de la una de la tarde se forma una larga cola esperando para entrar .
Yo salía de casa y me estaba subiendo a un taxi para ir a una calle céntrica, donde tenía que hacer unas gestiones en el banco. Ya estaba dentro del coche, y vi a una mujer de la cola que me miraba fijamente. Delante de taxi había una furgoneta, por lo que nos paramos unos segundos hasta que la calle quedase libre. La mujer no paraba de mirarme, y yo a ella. Yo iba bien vestida, con un bolso caro y bien arreglada. Aquella mujer no. Parecía lo que era, una persona pobre. Me miraba con una expresión entre tristeza y algo de odio que yo entendí perfectamente. Me entró mucha vergüenza, aunque yo no tengo la culpa de la puta crisis y de que la gente pase hambre.
Me hizo sentir tan mal aquella mirada que me parece que lo la voy a olvidar nunca.
Ay Dios.
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