viernes, 21 de febrero de 2014

Las relaciones peligrosas

 
 


Cuando era jovencita leí este libro en francés, "-Les liaisons dangereuses" , escrito por un libertino del s. XVIII, Choderlos de Laclos.
.Me gustó mucho, pues los libertinos dieciochescos eran mucho más divertidos que sus homónimos españoles, y que todos los libertinos de esa época que he podido leer. No intentan hacer moralina ni dar consejos, y por eso no cansan.
Luego se hicieron dos películas, a cada cual mejor, y en España las tradujeron por "Las amistades peligrosas", que es casi igual pero no lo mismo. Ambas tuvieron mucho éxito por ser algo verdecillas. Y como en nuestro país el éxito de un film -aunque ya hace 40 años que murió Franco- se mide por las escenas eróticas, y no por su calidad, fueron éxitos de taquilla.
A mí esto de las "amistades peligrosas" siempre me ha dejado pensativa. No pienso precisamente en amistades eróticas, sino las más corrientes, entre miembros de un mismo sexo y sin connotaciones sexuales.
Yo siempre he tenido pocas amigas, como mucho cinco o seis, o menos aún. Me sobran dedos en una mano para contar las amigas que he tenido en las diferentes etapas de mi vida.
Aunque esté mal visto hablar de una misma, tengo que decir que he tenido montones de etapas en mi existencia, que ya está más por detrás que por delante (a Dios gracias)(no volvería por nada del mundo a mi desastrosa juventud, solamente si pudiera dar marcha atrás en los años, pero sabiendo lo que ahora sé?. Los franceses, que son bastante estúpidos, tienen cosas geniales, como una frase que es para echarse a llorar pero es una verdad como un templo. Como soy una snob, la transcribiré en francés: " Si jeunesse savait... si vieillesse pouvait...". Esto quiere decir que cuando se sabe no se puede y cuando se puede no se sabe.
Pues en mi vida ha habido muchas etapas, y aunque a veces me entran ganas de morirme para dejar de ver los horrores de este destierro, como nombra la Salve a esta tierra, he tenido una vida entretenida y variada. Una vez mi madre me soltó una frase que me dejó pasmada. Mi madre a veces decía cosas peregrinas, pero era su natural y no le hacía mucho caso. Pero una vez me dijo:"¿Tú crees que has tenido una vida más intensa que yo?"
Joder, pues no supe que contestarle. Le dije la verdad, que lo no sabía, pensando en que no era muy difícil, pues nunca fue mujer arriesgada ni comprometida.
La gente, a veces, cuando les cuento alguna anécdota, que las he tenido muchas y muy divertidas -otras no tanto- me dice: "¡Oh. qué vida más emocionante que has tenido...!". Yo siempre contesto:
"-Huy, pues si supieras el resto...pero no te preocupes, que no te lo voy a contar"
Pues yo de joven  era guapa y tonta, y ahora soy menos guapa pero tengo el colmillo retorcido, aunque no use de estos saberes que el tiempo concede para consolarnos un poco a las que fuimos guapas y ahora tenemos que conformarnos con no dar miedo.
Todo este rollo viene a que yo, cuando fui al colegio a los 6 años empecé a saber lo que era "tener amigas".
Antes de esto a la única chica que conocía era a la hija de unos amigos de mis padres, que ella (la madre) era catalana, con la boca llena de dientes y que reía estrepitosamente echando la cabeza hacia atrás. Hacía mucho ruido, y estaba liada con un oficial de marina USA, que los marines siempre los hemos tenido en esta isla del diablo (como decía mi primer profesor de árabe). El marido de esta prenda era un señor que daba un poco de miedo. De aspecto mefistofélico, con cejas pobladas y curvadas hacia arriba y el bigote lo mismo, parecía un embajador de Satanás. Esta impresión temo que la tenía por culpa de mi abuela, que no lo podía ver porque era masón. Yo entonces no sabia que era eso, pero algo así como un embajador infernal amante de los triángulos . De esto me dí cuenta enseguida, porque cuando se sonaba sacaba un pañuelo lleno de estas figuras geométricas que tanto desagradaban a mi abuela, que era de misa dominical y cada año pedía a Roma la Bula de la Santa Cruzada, para que todos pudiéramos comer cerdo los viernes del año, excepto los de Semana Santa. (esto lo averigüé después; entonces solo tenía 5 años)
Pues yo, en mi inocencia me devanaba los sesos pensando en la relación de los demonios con los triángulos, los compases y los cartabones. Mi padre tenía uno de estos últimos pero éste hubiera sido la única persona en este mundo en que jamás hubiera podido relacionar con Satanás y sus pompas. Y no era nada beato.
Pues todo el rollo anterior era para decir que esta pareja tenía dos hijos, un niño y una niña. Ella se llamaba Carmencita y él Vitín. De éste pasábamos mutuamente, pero tenía que habérmelas con Carmencita, repelente donde las hubiere, y que siempre me pegaba. Yo no entendía ni pedo de estas agresiones, pues al no tener hermanos, y todos mis primos en la Península, no tenía trato social con seres de mi edad. Pero como por lo visto era lo que se llevaba, cuando Carmencita me daba un cachete, yo le daba otro, mientras los mayores hablaban de sus cosas.
De mi relación con la repelente Carmencita nacio en mí un odio permanente y justificado hacia las mujeres. Si a alguna lesbiana de las que he conocido después y me ha tirado los tejos,hubiera podido hacerle caso,  aquella relación eternamente agresiva con la puñetera niña hubiera sido bastante para ni intentarlo. (Yo gusto mucho a las lesbianas, no sé por qué. Pero pinchaban en hueso, pues a mí lo que me va de siempre son los machos peludos y anchos, nada metrosexuales.)
Luego en el colegio tuve dos o tres "amigas" con las que me llevaba más o menos bien. Había alguna que hasta la quería un poco, pero hacía bien en no entregarle mi corazón, porque luego me puteaba.
El puteo llegaba siempre, temprano o tarde.
Con una de las más queridas estuve un año sin hablarle.
Con otra, año y medio.
¡Y estas eran las mejores!
Cuando cualquiera de las otras de la clase me hablaba mal de otra(s), yo pensaba que si decía tales barbaridades de alguien con quien yo apenas me trataba, qué sería lo que diría de mí a mis espaldas. Por eso no me fiaba de ninguna.  Y como he dicho, las mejores me puteaban. Una de ellas, solo una vez cada 10 años. Entonces ya habíamos salido del colegio, claro. Pero me quedaron tres o cuatro de entonces.Los años de colegio fueron de lo peor de mi vida. Yo no encajaba allí ni con cola. Me volví una misántropa de mujeres. Además, en aquellos años franquistas teníamos muy poca relación con chicos. Las mujeres eramos mucho más malvadas y retorcidas, como en todas las épocas. Salomón, que tenía setecientas esposas legales y 300 concubinas, lo sabía bien. Leed la Biblia.  Es mucho más misógina que el Coran.¡No hay  color!. Pero como el Corán solo lo han leído los musulmanes, y la Biblia los Testigos de Jehová, pues así la gente sigue sumida en una ignorancia secular.
  Me parecía una gran desgracia haber nacido niña. Además, no podías hacer nada divertido. Ni irte de viaje con los amigos, ni follar, ni repartir propaganda comunista, ni meterte en una célula, ni siquiera, con padres fachas,enrolarte en la  Legión. A mí, en mi ignorancia de las derechas y las izquierdas, los legionarios me chiflaban y cuando era el día de la Virgen del Pilar., "El Día de la Raza" (de qué raza ¿?¿) iba siempre al desfile, en el que solía participar mi padre, que era gallardo y altanero (de aspecto, solamente) y en la TV, ver desfilar a los legionarios me ponía muchísimo, hasta la cabra.
Luego he tenido otras amigas que me han seguido traicionando con regularidad. Hasta una a quien le había regalado dos bolsos de Loewe! ¡Madre Santa! ¿Es posible tal felonía?. sí, y más.
A otra, que me había hecho una putada muy grande,(meterse con mi padre) le di un puñetazo en la cara que yo no pensé que podía pegar tan fuerte, pero le puse la cara y el ojo más rojos e hinchados que un pimiento. El marido le dijo a Paco que no me denunciaban porque "él sí era una buena persona..."
Otro día contaré más cosas, como por ejemplo cuando arrojé el que yo llamaba "el iconostasio"- una serie de retratos de mi madre que mi padre tenía colgados sobre su  cama, y que pesaban un quintal- a la calle a las 12 en punto de la madrugada de un 31 de diciembre, como hacen los napolitanos en la Nochevieja, y casi mato a alguien. Por suerte, no fue así.
Pero la verdad es que si mi  vida no ha sido aburrida, es porque tengo la mala y peligrosa costumbre de meterme enmedio del jaleo.
La vida es corta para no aprovecharla.
Y esto que he contado aquí no es más que una partícula subatómica de otras cosas.......

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