domingo, 11 de mayo de 2014

Querer bien


Cuando un ser querido muere, pienso que tenemos, si es posible, que estar a su lado. A mí nadie me lo enseñó, pero de pequeña ya lo tenía muy claro. Pude estar con mis padres en ese momento, con mi abuela y con los perros y gatos de mi vida, cogiéndoles la cabeza y poniéndosela en la palma de mi mano, mientras les decía cositas al oído. A los humanos les cojo de la mano y se la acaricio, y me aseguro de que se están dando cuenta de que se mueren, porque estoy segura de que hay gente que no se entera de que está muerto y esto les puede causar sufrimiento y angustia. En mi familia tenemos esta costumbre.
Y respecto a los animales, los que los quieren saben lo duro que es tener que practicares la eutanasia, por enfermedades incurable o que les produzcan sufrimiento. Yo también hablo con ellos, y creo que me lo agradecen. Una vecina mia tenía un gato al que adoraba pero cuando el veterinario tenía que ponerle la inyección se marcho diciendo que no podía soportarlo,y lo dejó con su marido.Pienso que no lo debía querer tanto...Yo no dejaría nunca a un hijo mío en tales circunstancias.


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