viernes, 24 de octubre de 2014

Historia (que no cuento) china

EL TORO QUE CONMOVIÓ A HONG KONG Y AL MUNDO
Sabiendo que iba a ser sacrificado en un matadero, un toro en Hong Kong hizo lo que muchas personas no han podido co...mprender o son asépticos acerca de lo que se dice de los animales….el mostró tener sentimientos. Como se reportó en el “Weekly World News”, un grupo de trabajadores llevaban al toro a una fábrica empacadora, ellos estaban a punto de mata r
los para hacer con el bistecs cuando estaba n cerca a la puerta principal del matadero el toro muy afligido de repente se detuvo y no quiso caminar más, se hizo hacia atrás y de pronto cayó de rodillas: el toro estaba llorando. ¿Cómo supo que iba a ser matado desde antes de entrar al matadero? Él es más inteligente que las personas. El Sr. Shiu, un carnicero recordó, “Cuando yo vi a este supuesto “estúpido” animal sollozando y con sus ojos llenos de temor y lamentación, comencé a temblar, llamé al resto para que vieran lo que sucedía. Ellos estaban tan sorprendidos como yo, continuamos tratando de empujar al toro hacia adelante, pero simplemente no quiso moverse y se quedo ahí sentado, llorando”. Billy Fong, dueño de la empacadora dijo, “La gente cree que los animales no lloran como los seres humanos. Sin embargo ese toro realmente sollozaba como un bebé”. En ese momento más de diez hombres fuertes atestiguaron la escena y fueron conmovidos. Aquellos que son los responsables de matarlos con sus propias manos se sintieron mayormente conmovidos y lloraron junto con él. Otros trabajadores que laboraban en el mismo matadero también se acercaron a ver como lloraba el toro, el cual estaba completamente rodeado de personas, todos estaban en shock mirando la escena. Tres de ellos dijeron que nunca iban a olvidar a ese toro llorando mientras mataban a otros animales. Con ambos llorando, tanto hombres como el toro, todos sabían que nadie podría matar a ese toro. El problema era ¿que iban a hacer con el? al final, todos juntaron fondos suficientes para comprarlo y mandarlo a un templo, en donde los amables monjes cuidarían de el de por vida. Después de que los trabajadores tomaron esta decisión, un milagro sucedió. Un empleado dijo, “Cuando le prometimos al toro que no lo matarían, el comenzó a moverse y nos siguió”.

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