Una historia de Eduardo.
En mi pueblo había una chica muy guapa, la típica moderna que hay en cada pueblo, con la que tuve un rollo adolescente años atrás. Pasada la pubertad volvimos a hablar. Nos llevábamos bien, y hubo momentos en los que casi nos liamos de nuevo.Hasta que tiempo después (demasiado tiempo) reuní fuerzas, me lancé, y me rechazó. Hubiese bastado con decir un “tu tiempo pasó, campeón”, incluso un “contigo no, bicho”, pero no, la muy capulla no se conformó con eso.
Se dedicó a decir a todo el mundo que había intentado ligar con ella, y cuando coincidíamos en público no se limitaba a comentar con las amigas “mira este me quiso entrar” y a reírse, sino que muchas veces se acercaba a mí y me soltaba cosas como “ni muerta me lío contigo”, “tú quién te has creído, ‘flipao’, pero mírate”. Así estuvo más de un año, hasta que se marchó fuera. Anímicamente me hizo polvo.
Las pasadas navidades, unos años después de esto, me pidió perdón, diciéndome que en esa época le gustaba, pero que estaba muy tonta. CABRONA. No he conocido mujer más cruel.
Participa contándonos quién ha sido y por qué el más capullo de tu vida. Seguro que podrías escribir un libro, pero intenta resumirlo en 200 palabras, añade una descripción física y envíalo a capullos@modernadepueblo.com. Si tu historia es elegida se publicará en la sección “El capullo de la semana” de la revista Cuore y, una semana después, la publicaremos en nuestra web. Puedes firmar de forma anónima, con tu nombre real, con tu Twitter o Instagram… ¡Nos encargaremos de ilustrar a tu capullo para que quede más retratado que nunca! ¡Y sí, también se admiten historias de capullas!
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