domingo, 21 de febrero de 2016

Orígenes de algunos apellidos


¿De dónde viene mi apellido?

Muchos nos preguntamos cuál es el orgien de nuestro apellido. Puede proceder de un nombre, de un lugar, de un oficio o de una característica física… Cada apellido esconde una historia, la historia de nuestros antepasados. ¿De dónde viene el tuyo?
Si te apellidas Benítez, es posible que alguno de tus antepasados tuviera como nombre de pila Benito. Si es Aragonés, puedes imaginar la procedencia de alguno de tus mayores, y si tu apellido es Alcalde, quizás fuera el cargo desempeñado en algún momento por las generaciones que te han precedido.

Apellidos patronímicos

Fernández, López, Hernández o Díaz tienen su origen en un nombre propio. En Castilla se utilizó principalmente la desinencia "ez", aunque también es frecuente “oz”. Ambas desinencias equivalen a ‘hijo de’ o ´descendiente de´. Así, Estévez es “el hijo de Esteban” y Muñoz, “hijo de Muño". Sin embargo, algunos no se transformaron y siguen siendo igual que el nombre que los originó. Es el caso de Alonso o García.

Apellidos toponímicos

Estos apellidos toman su denominación de un lugar, región, comarca o paraje en el que vivían, procedían o poseían tierras nuestros antepasados. Muchos están precedidos de la preposición "de", "del", "de la" o simplemente son gentilicios (Arroyo, Ribera, De la Vega, Molina).

Apellidos de oficios

El trabajo sirve como medio de identificación; sucedía siglos atrás y sucede hoy. Cuando no recordamos un nombre, solemos referirnos a la persona por su profesión. Cantero, Carnicero, Guerrero o Labrador son algunos ejemplos.

Apellidos descriptivos

Si te apellidas Alegre, Blanco, Moreno alguno de tus antepasados era risueño, claro u oscuro de piel o cabello. En muchas ocasiones el apellido corresponde a características físicas y apodos. Esos motes solían heredarse y así fue como se crearon los apellidos que, tiempo después fueron anotados por los antiguos notarios.

Apellidos castellanizados

Son aquéllos que tienen origen en otros países y que, con el tiempo, fueron transformando su grafía, adaptándola a la fonética española.

 

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