viernes, 22 de julio de 2016

El fin de la vida





Yo gracias a Dios ya no lo veré, pero nuestro planeta azul tiene los años contados.
Los amos del mundo así lo han decidido.
La codicia es un gran pecado, va a matar la vida , la vida animal y vegetal.
Ellos se quedarán solos en sus edificios de cemento , hierro y cristal y serán muy ricos, pero habrán matado a la fuerza vital, al alma del mundo.
Los polos se derriten, y esto es imparable. Las especies se extinguen, y también esto es imparable. El clima ha cambiado, lugares fértiles se convierten en desiertos, las corrientes marinas han enloquecido, provocando grandes inundaciones.
Y todo esto es porque los que deciden, los chinos, los japoneses exterminando ballenas, las grandes multinacionales y otras muchas grandes potencias más poderosas que los Presidentes de la Tierra, que actuan en la sombra, han decidido que van a seguir adelante, siempre adelante, enriqueciéndose más y más, sin importarles matar el alma del mundo.
Malditos sean.

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