martes, 15 de noviembre de 2016

El tejo, arbol mágico y peligroso


 
El árbol que crece de arriba abajo

Tejo de Bermiego
Hay que tener mucho cuidado con los tejos, pues son venenosos de "pies a cabeza", y después de tocarlos (poco) hay que lavarse las manos. Incluso hay gente que se ha dormido debajo de un tejo y dice que al despertar se encontraban mareados y con las pupilas dilatadas, como si se hubieran drogado.

Puede vivir 5.000 años, es el más usado contra el cáncer de pulmón y crece de arriba a abajo. El tejo parece un árbol más, pero es increíble.
En Bermiego (Asturias) hay un tejo de 2.000 años. También puedes verlos en Cantabria, Cuenca o Zamora. Hemos querido saber más y por eso hemos leído todo lo que ha escrito sobre el tejo Fred Hageneder (Hamburgo, 1963), etnobotánico especialista en árboles. Vas a alucinar.

Cómo crece un árbol desde arriba



baya del tejo


En un tejo han vivido cientos de tejos. Es un árbol que renace de sí mismo y por eso ha sido símbolo de la fertilidad eterna ya para el hombre prehistórico.
¿Por qué? Hageneder lo explica así: “El interior del tronco del tejo está hueco. Desde los nódulos de las ramas, una raíz interna desciende por la oquedad hasta llegar al suelo, enraizarse y generar un tronco nuevo, mientras se seca y cae el que lo rodea”.
Por eso es tan longevo. Por eso el tejo es eterno. Un dicho popular inglés reza así:

Las vidas de tres zarzos, la vida de un perro./ Las vidas de tres perros, la vida de un caballo./ Las vidas de tres caballos, la vida de un hombre./ Las vidas de tres hombres, la vida de un águila./ Las vidas de tres águilas, la vida de un tejo./ La vida de un tejo, la longitud de una era./ Siete eras desde la creación hasta el día del juicio.

El tejo: 15 millones de años en Europa
 

En la Edad Media, la producción de arcosflexibles y resistentes despobló Europa de tejos.
El tejo es el árbol más europeo, “por antigüedad y por presencia: lleva en Europa desde hace 15 millones de años”. Tuvo un ancestro jurásico, hace más de 140 millones de años.
Ha sido un árbol venerado por las culturas primigenias del continente. Los celtas, por ejemplo, celebraban bajos su sombra solemnes concentraciones. Un astur podría haber casado a dos jóvenes guerreros bajos sus ramas.
Los astures y los cántabros preferían suicidarse con semillas de tejo antes que rendirse al enemigo. “La rigidez del rostro del cadáver dibujaba una mueca que se burlaba del vencedor desde el más allá”.

Pero aparte de como veneno (taxikos), en griego, que derivó en “tóxico”, también se utilizaba como medicina. El tejo contiene la taxina, un alcaloide, en su corteza, hojas y semillas. En grandes dosis paraliza el corazón. En cambio, el taxol, otra sustancia, “combate el cáncer de pulmón”. Es el fármaco anticanceroso más usado y potente del mundo.

Pese a todo, el tejo no corre peligro, aunque estuvo amenazado.
El tejo es un árbol solitario. No forma bosques. Puedes verlos en la Sierra del Sueve de Asturias, el Bosque del Tejedelo de Zamora, en la Serranía de Cuenca o la Braña de los Tejos en Cantabria.

Más información | La sabiduría de los árboles, de Fred Hageneder.

 

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