Yo conocí a un poeta que era ateo y gay. Hasta aquí, muy bien. Pero se le cayeron los palos del sombrajo cuando supo que se había infectado de SIDA, que en aquellos tiempos era mortal de necesidad. Desde entonces el hombre cogió una gran depresión, e iba por la vida cual alma en pena.
Y yo me pregunto: ¿Si no hubiese sido ateo, se lo hubiese tomado de otra manera?. La verdad es que no lo sé.
Hablando de esto con una amiga musulmana, me decía que los ateos sufren muchísimo, y si embargo los creyentes tienen su fe para apoyarse.
¿Está esto bien?. Entonces volvemos a aquello de que "la religión es el opio del pueblo", en el sentido de que adormece y mitiga el sufrimiento.
Yo, como muy atea no soy (tengo mis días...) confío en que haya algo detrás, y hasta confío en encontrarme con todos los perros, gatos y pájaros de mi vida, además de parientes y amigos. Puede que sea una ingenua, pero qué duda cabe que sirve.
La mayoría de los médicos son ateos, y se dice que es por aquello de ver tantos cuerpos que funcionan como máquinas, y que cuando se estropean mucho, ala, al desguace.A la morgue. Yo no quiero decir que los médicos sean unos desalmados. Suelen sufrir por sus pacientes. Pero si no se pusieran una coraza, también todos acabarían depresivos.
Y yo me pregunto; ¿Qué es mejor, ser creyente que es muy opiáceo y consolador, o renunciar a estos consuelos y decir aquello de que "solo sé que no se nada"?
Los árabes, que soy muy imaginativos y exagerados, conciben su paraíso como unas eternas vacaciones, cada uno en su chalet , entre los cuales corren riachuelos y hay huríes siempre jóvenes para su solaz.También se dice que allí todo es enorme (eso ya no me gusta), y que los árboles son tan grandes que un caballo al galope tarde una semana en salir de su sombra. Mi amiga atempera un poco las cosas, y dice que el Paraíso será exactamente como nosotros lo deseamos. Esto ya deriva hacia cuestiones de cuántos paraísos existen, y cosas y reflexiones que ya se meten en jardines en los que no me quiero meter..
Yo protestaba con mis correligionarias de que el Paraíso estaba lleno de huríes para solaz únicamente masculino, y me contestaron:
-¡Pero, tonta, si las huríes seremos nosotras!
¡Ah, bueno!. Así ya me parece mejor. Pero habrá que buscarse un árabe que quite el hipo, que hay por ahí cada ejemplar que da ganas de pecar.
O mejor no, prefiero esperar siendo buena hasta llegar al Paraíso y elegir mi premio.
Per in saecula saeculorum, Amen.
Dios haga más que nosotros, como decía mi abuela.
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