miércoles, 22 de noviembre de 2017

Historia del arbol de Navidad

El árbol de Navidad "nació" en Alemania, en el s. VIII.

Se cree que la costumbre del árbol de Navidad, sin adornos, comenzó en Alemania , en la primera mitad del s. VIII.
El relato más antiguo al respecto se refiere a San Bonifacio (nacido Winfrid, en 680), un monje misionero británico que en una ocasión pronunció un sermón el día de Navidad ante una tribu de germanos, de religión druídica, en las afueras de la ciudad de Geismar. Para convencer a los idólatras de que el roble no era sagrado ni inviolable, el "Apostol de Alemania" derribó uno  ante el público. Al caer, aplastó a todas las matas y arbustos, a excepción de un pequeño abeto. Un hecho casual puede prestarse a muchas interpretaciones, y la leyenda pretende que Bonifacio, en su deseo de ganar conversos, interpretó la supervivencia del abetito como un milagro. Dijo: "Llamémosle Arbol del Niño Jesús". A partir de entonces, en cada Navidad se plantaban abetos.


Lo que sí sabemos con certeza que, en el siglo XVI, en Alemania se decoraban abetos dentro y fuera de las casas por Navidad.Un edicto forestal fechado en Ammerschweier, Alsacia, , en 1561, ordena: "Ningún habitante  tendrá en Navidad más de un árbol de más de ocho pies de altura". Los adornos que se colgaban entonces de estos árboles -y los primeros de los que tenemos noticia- eran "rosas recortadas en papel de diversos colores, manzanas, galletas, pan de oro y azúcar."
Hay una creencia muy extendida según la cual Martín Lutero, el reformador protestante del s. XVI, fue el primero en colocar velas encendidas en un árbol. Una tarde invernal, mientras regresaba a pie a su casa, componiendo mentalmente un sermón, se sintió impresionado por el brillo de las estrellas que parpadeaban entre los abetos. Para reconstruir la escena ante su familia, colocó un árbol en la habitación principal de su casa y adornó sus ramas con velas encendidas.
En el s. XVIII, el "Christum" o "Arbol de Cristo", era ya una tradición firmemente establecida. Desde Alemania, la costumbre se propagó por otros países de la Europa occidental, pero en Inglaterra no se popularizó hasta el s. XIX gracias al príncipe Alberto, esposo alemán de la Reina Victoria. Hijo del duque de Sajonia-Coburgo-Gotha (un ducado de la Alemania central), Alberto estaba acostumbrado a adornar árboles de Navidad desde su infancia, y cuando se casó con Victoria en 1840 , le pidió que adoptara esta tradición alemana.
En Norteamérica, es indiscutible que los alemanes de Pennsylvania iniciaron esta costumbre. La primera mención en el Nuevo Mundo del árbol de Navidad y sus nuevos adornos se halla en el diario de Matthew Zaham, de Lancaster, Pennsylvania, con fecha del 20 de didiembre de 1821.




 

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