¿De dónde vienen algunas de las expresiones populares españolas?
Cortar el bacalao, irse a freír espárragos... te desvelamos el origen de estas frases hechas
Ep / Madrid 29.12.2017 | 11:58
El origen de ´freír espárragos´. EP
Intentar traducir a otros idiomas frases hechas españolas tan populares como ponerse las botas, a palo seco, o montar un pollo supone para la mayoría de personas meterse en camisa de once varas. Pero todas estas expresiones cobran nuevo sentido después de conocer su origen.
Éstas son algunas de las historias más curiosas detrás de las expresiones españolas:
Irse a freír espárragos
La expresión anda a freír espárragos aparece en documentos del siglo XIX como forma de evitar a una persona molesta. Por entonces, se usaba en oposición al proverbio latín Citius quam asparagi coquantur (En lo que tardan en cocerse los espárragos) para mantener a alguien ocupado el mayor tiempo posible. Dado que la cocción de los espárragos exige poco tiempo, la mejor manera de mantener a alguien entretenido no es que los cueza, sino que los fría.
Ponerse las botas
La frase ponerse las botas surge en paralelo al nacimiento de este tipo de calzado, que comenzó siendo exclusivo de las clases más altas. Quienes calzaban botas, llevaban sus pies bien resguardados del frío y disfrutaban de mejores condiciones sociales que el resto, por lo que se asoció el hecho de ponerse las botas con disfrutar de recursos en abundancia, según cuenta José María Iribarren en 'El porqué de los dichos'.
Ponerse las botas era una frase exclusiva de las clases más altas. Foto: EP
Meterse en camisa de once varas
Durante el medievo, los lienzos con que se manufacturaba la ropa se medían en varas, una unidad que equivale a 0,835 metros. Una tela de once varas --poco más de 9 metros-- se percibía como muy larga, de tal manera que meterse en camisa de once varas figuraba vestir una prenda exageradamente holgada, tal y como apunta el escritor Arturo Ortega en su artículo Historias de palabras y expresiones castellanas.
Una tela de once varas se percibía como muy larga. Foto: EP
Ortega añade que la ceremonia de adopción que se celebraba en Castilla durante la Edad Media consistía en simular un parto introduciendo la cabeza del niño adoptado por una manga muy ancha de una camisa. Meterse en camisa de once varas suponía entonces adoptar a alguien, con los problemas que esto implicaba, por decisión propia y no por necesidad.
A buenas horas, mangas verdes
La frase a buenas horas, mangas verdes tiene su origen en el siglo XV, cuando Isabel la Católica creó el primer cuerpo policial de España, la Santa Hermandad, cuyos integrantes --uniformados de verde-- se ganaron la mala reputación de llegar siempre tarde a la hora de realizar sus diligencias, según cuenta el académico de la RAE Juan Gil en su libro 'La ocasión la pintan calva'.
La Santa Hermandad llevaba las mangas verdes. Foto: EP
Otro gallo cantaría
La Biblia cuenta que en las últimas horas de vida de Jesucristo, éste predijo que Pedro negaría conocerle hasta en tres ocasiones "antes que el gallo cante dos veces". De ahí que la expresión otro gallo cantaría se aplique para dar a entender que, si una determinada situación se hubiera planteado de otra manera, las consecuencias habrían resultado diferentes, de acuerdo al libro 'Fraseologismos oracionales'.
La expresión otro gallo cantaría viene de la Biblia. Foto: EP
De pe a pa
La locución de pe a pa, utilizada para decir que algo se ha contado o memorizado con detalle, aparece ya en La Celestina, tragicomedia escrita por Fernando de Rojas en 1499: "Yo te juro por el santo martirologio de pe a pa...". Aunque su origen no está claro, el escritor Arturo Ortega apunta que podría haber surgido en los tiempos en que no existía la imprenta y se recurría a copistas o escribanos que, para dar fe de que habían hecho una transcripción fiel, agregaban la frase de palabra a palabra, abreviada más tarde como de P. a P.
La expresión de pe a pe ya aparecía en 'La Celestina'. Foto: EP
El quinto pino
Decir que algo está en el quinto pino sirve para expresar que un lugar se sitúa muy lejos. Para encontrar el origen de esta expresión hay que remontarse al Madrid de principios del siglo XVII, según el escritor Alfred López, que explica que durante el reinado de Felipe V fueron replantados cinco frondosos pinos a lo largo del paseo de Recoletos. El primer pino se encontraba en la parte más baja del paseo y el quinto en la más alejada, en las inmediaciones del actual Paseo de la Castellana, a la altura de Nuevos Ministerios.
El origen de la expresión quinto pino se remonta a al madrid del siglo XVII. Foto: EP
Montar un pollo
López también cuenta en su libro 'Ya está el listo que todo lo sabe' que, durante el siglo XIX, se hicieron muy populares unas tribunas portátiles conocidas como 'poyo' (con 'i griega') que algunos oradores utilizaban para lanzar consignas políticas y organizar debates. A partir de entonces, cuando dos personas entablaban una discusión solía decirse que montaban un poyo o tribuna. Actualmente, el Diccionario de la RAE admite la utilización de la palabra 'pollo' con 'elle' para esta locución.
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