jueves, 7 de febrero de 2019

El gato abandonado (de Facebook)

Diego Ladera Torrelles
EL GATO ABANDONADO
Desconcierto, miedo, tristeza, estrés, pánico… No, no son sentimientos exclusivos de humanos… Cuando un gato doméstico es abandonado cruelmente por su familia en la calle o en un refugio, empieza un duro calvario para poder sobreponerse, habituarse, adaptarse y sobrevivir a la nueva y hostil situación.
En la calle al inicio buscará escondite, quedará paralizado bajo los coches, y cuando oscurezca irá dando vueltas a las mismas calles sin alejarse mucho, porque no sabrá a dónde ir ni qué hacer. Apenas encontrará alimento ni agua. Con suerte, con los días, podría localizar algún punto de alimento e intentar incorporarse a alguna colonia urbana ya formada, aunque existe el riesgo de que los componentes de dicha colonia no lo acepten y no pueda ni acercarse al alimento. Este gato está condenado a morir de inanición, a no ser que tenga un último golpe de suerte y lo recoja algún buen ciudadano.
En un refugio igualmente quedará inmóvil en una esquina, en alguna caseta, en el rincón más oscuro
y alejado de todo y de todos… Seguramente quedará paralizado de miedo ante la presencia de otros gatos, otros olores, otros ruidos, otras circunstancias… Aunque le acerquemos agua y alimento, lo más probable es que no ingiera nada, porque estará totalmente bloqueado… Pupilas dilatadas, incapacidad de movimiento, bloqueo emocional… Si el gato no supera su nueva condición, la nueva condición lo superará a él. También podría ser que no pudiera mostrar su verdadero carácter. Tal vez se muestre incluso agresivo, muy agresivo, sin serlo, lo que dificultaría todavía más el poder ayudarlo. Es a veces tarea difícil y confusa determinar el verdadero carácter de un animal abandonado bajo situación de estrés y abandono. El gato es un animal extremadamente sensible a los cambios, el impacto del abandono es un shock brutal muy difícil de superar.
Sería importante empezar a desmontar ya de una vez los mitos atávicos que sólo sirven de excusa para auto exculpar la mezquindad humana y para intentar justificar un acto de los más ruines. El abandono no tiene justificación alguna. Dejar a su suerte al animal que confía a ciegas en nosotros, sólo tiene un nombre : traición. El gato doméstico que ha vivido toda su vida tranquilo en un hogar con una familia, en la calle directamente no sobrevive, y en un refugio sufre muchísimo. Es desesperante ver cómo el animal lucha por sobreponerse pero no lo consigue, se apaga y decide morir porque no supera la pena. No es justo. Ningún ser vivo tendría que pasar por algo semejante. El respeto por todos los seres vivos es lo que ciertamente nos convierte en humanos.

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