Corria siglo XVII, Francia, reinaba Luis XIV, el "Rey Sol".
Bien es cierto que la estética, por suerte, ha cambiado bastante, pero, aún en esa época, se dividía a la gente en guapos y feos, y ahí es dónde entra nuestro protagonista, el duque de Roquelaure, el cual, para su desgracia, era considerado el hombre más feo de Francia, pero, como se suele decir, la naturaleza compensa, por lo que era un hombre bastante simpático. Aquí tenéis un par de imágenes suyas.
Un día, este aristócrata francés, se encontró por la calle a un hombre más feo que él. Sorprendido, y encantado, lo invitó a una fiesta en el palacio del rey y lo presentó como un familiar suyo.
Al final, el duque acabó confesando que no era parte de su familia, sino un desconocido,e, intrigado, el rey le preguntó por qué había montado tal farsa, a lo que el duque contestó:
— Majestad, por un día ese hombre me ha hecho pasar casi por guapo. Por ello le considero por lo menos como primo mío.
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