domingo, 14 de julio de 2019

Una historia de España- Almanzor-XIX


Terminada la comida, se separaron, y el estudiante de extraños pensamientos volvió a casa de uno de sus  parientes de la línea materna, donde se alojaba. Su huésped le condujo a su cuartito, en el último piso, e intentó charla con él, pero el joven, absorto en sus reflexiones , no le contestó más que con monosílabos. Viendo que no había manera de sacarle nada, el otro le dejó, deseándole una buena noche. A la mañana siguiente, viendo que no iba a desayunar, y pensando que aún dormía, fue a despertarlo, pero con gran sorpresa encontró el lecho intacto y al estudiante sentado en el diván, con la cabeza inclinada sobre el pecho.




-Parece que no te has acostado esta noche- le dijo.
-Es verdad.
-Y ¿por qué has velado?
-Tenía un extraño pensamiento.
 -¿En qué pensabas?
- En el hombre a quien he de nombrar cadí cuando yo gobierne, porque el actual ya se habrá muerto.
He pasado revista con el pensamiento a toda España y no he encontrado más que a un solo hombre que merezca ocupar este puesto.
-¿Es acaso Mohamed ben as Salim?
-¡Sí..Oh dios mío, ¿ves como coincidimos?!
Como se ve, aquel joven tenía una idea fija, con la cual soñaba de día y no podía dormir por la noche.¿Quién era aquel estudiante que, perdido entre la multitud de la capital, sentía fermentar en sí tan grandes esperanzas , y que, sin tener ninguna relacion con la Corte, estaba obsesionado con la idea de que llegaría a ser Primer Ministro?
Se llamaba Mohamed abu Amir. Su familia, la de los Beni-abi-Amir (Beni quiere decir "hijos de", y "ab" o "abu", padre), perteneciente a la tribu yemenita de Moafir, era noble, pero no ilustre.
Un abuelo suyo, Abd.el.Malik, fué de los pocos árabes que, junto a los berberiscos de Tárik, cruzó a España por Gibraltar -que significa "la montaña de Tárik", Djebel at-tárik (montaña de Tárik)-. Un tataranieto suyo, Amir, era el favorito del emir Mohamed , hasta el punto que hizo grabar su nombre en las monedas y en los estandartes.(¡).Oficialmente era su factótum.
Pero nuestro hombre, el estudiante, no tenía la alta nobleza de la espada, sino la de la toga. Ningún Amirita, excepto Abd el Malik, el compañero de Tárik, había seguido la carrera de las armas, considerada la más noble. Todos habían sido magistrados o empleados de la Corte. También Mohamed había sido destinado a la judicatura, y un día se despidió de las viejas torres de su casa solariega para ir a estudiar en la capital. Allí seguía los cursos de Abu-Bekr y otros famosos.
 El chico era de carácter exaltado, imaginativo y ardiente, inteligente y de buen corazón, pero con una idea dominante y con una pasión única, pero de una violencia extraordinaria.
Los psicólogos modernos dicen que para conseguir algo hay primero que visualizarlo mucho tiempo, y después ponerse manos a la obra, que fué lo que hizo Mohamed. Sus amigos decían que estaba chiflado.

Pico llamado de Almanzor; parece su perfin

Montaña llamada de Almanzor, entre Castilla y León. Muy peligrosa de escalar

Almanzor bilá


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