viernes, 28 de febrero de 2020

Viaje a Haiti



Aquí está señalada la llamada isla "La Española", con dos paises dentro, al este de Cuba y en pleno mar Caribe o de Las Antillas.


NOTA: Todas las fotos de este post son de Haití, menos las dos de la Rep. Dominicana


La antes llamada isla "La Española", porque la conquistaron los españoles y fué una más de las colonias del Imperio en el cual "nunca se ponía el sol" (¡toma ya chulería!), ahora está dividida en dos países: La República Dominicana y Haití.
A mí este último siempre me había intrigado, por su fama de misterioso, cuna del vudú, los tonton macute , la macumba y el candomblé.
Cuando con Paco (ya muerto) fuímos de vacaciones a la República Dominicana, que es un país precioso, con una vegetación estupenda, hoteles magníficos, playas maravillosas (que no tienen nada que envidiar a las de Mallorca) y unos daiquiris levantamuertos que son una delicia...yo me tomé uno, y me supo a poco, hubiera seguido pero Paco me lo impidió...Menos mal que Paco siempre me libraba del mal...
Pues yo ya venía con la idea de ir de un modo u otro a Haití, y al estar allí volví a insistir .
Contactamos con un taxista negro, algo viejo pero alto y espigado , que cuando le dijimos donde queríamos ir abrió unos ojos como platos, y empezó a decir:
-¡Pero Haití peligroso!¡Muy peligroso!
No le hicimos caso y cerramos el trato, pues el pobre era pobre y nosotros le íbamos a pagar bien..


Estas dos fotos son de la Rep. Dominicana
Cuando vimos su taxi, quedamos espantados. El suelo del coche había desaparecido , y en su lugar había ¡una losa !. Cosa que no debiera habernos extrañado tanto, pues estábamos en el país de los zombis...
Haiti estaba  cerca, y pronto llegamos a la frontera. Allí paramos entre gemidos de nuestro pobre chófer, que ya estaba arrepentido de habernos hecho caso.
Llegamos y allí había una especie de garita donde estaba el aduanero, quien se quedó también espantado cuando le dije que yo estaba muy interesada en su país y que me gustaría que nos dejara pasar a ver algo por lo menos.
-¡Pero si hay tiros en las carreteras! ¡No pueden ir allí!
-Pues solo iremos a ver este pueblo que se ve allí!- insistía yo sin rajarme. No miraba a Paco a la cara porque sabía la que tendría puesta.
Tanto insistí, que el aduanero se ablandó y nos hizo pasar a la garita o lo que fuera aquello.
Nuestro taxista nos gritaba que se marchaba y yo, insensata,con mi idea fija de entrar en aquel país de brujos le decía que bueno., que hiciera lo que quisiera.
Todo esto es la pura verdad, no me invento nada.
Pues entramos en el lugar , oficina o lo que fuese, de la Aduana. ¡Y vaya aduana, yo había visto muchas, pero como aquella no. !.Era muy pequeña,y  ponía los pelos de punta. Estaba forrada de arriba abajo con muñecas horripilantes, muñecas de vudú, a cada cual más horrible. Pero como yo soy mañica y por lo tanto terca, no me dejé apabullar por este principio tan poco light .
Le enseñamos los pasaportes al milico de la puerta y pareció serenarse un poco al saber que éramos españoles. Por fin nos dejó pasar, pero teníamos que prometerle que solo visitaríamos el primer pueblo, que se llama Dajabon  por el nombre de un río que pasa por allí y sirve de frontera. Tiene fama este río de ser un ir y venir del tráfico de niños. Bueno, ahora no sé, pero la fama lo tiene.
Le dijimos al amable aduanero que sí y pasamos.







Muñecas de vudú
Rio Dajabon
Fue fundada en 1771 por Toussaint L’Ouverture. bajo el nombre de Dahaboon.. También llamada CAÑONGO.
El 2 de octubre de 1937, el dictador Trujillo, mandó echar a los haitianos de la República Dominicana, esto se conoce como la matanza de Dajabón (citación del historiador Lombert Riberón), donde murieron unos 1500 haitianos. Esto fue un escándalo internacional y el dictador Trujillo negoció una indemnización de 550 mil $ a Haití Le salió barata la matanza al cabrón

Aduana de Dajabon
Después de un terremoto. No se privan de nada

Las costas de Haití son muy bonitas

Bandera de Haití

Movidas haitianas




Pues por fin entramos en aquel lugar de perdición, y nada más llegar aparecieron de la nada dos negros hercúleos con dos motacas y nos dijeron de subir y que iríamos a dar una vuelta. Yo enseguida dije sí, poniendo otra vez de relieve mi total insensatez, porque no sabíamos si era verdad eso o que quisieran descabezarnos para un vudú de lujo. Paco como me conocía me seguía a todas partes porque sabía que siempre me salía con la mía y de paso con la de él. (esto es un juego de palabras tonto)
Bueno, pues los motaqueros fué verdad lo del paseo y nos llevaron por el mercado, donde todo el mundo nos miraba agradeciendo aquel espectáculo gratuito. Vimos el rio Dajabon, el pueblo y no salimos a la carretera por mor de los tiros.
Y nos dejaron otra vez en la aduana de Dajabon. con la RD.
Paco les dió una propina por no habernos asesinado, y oh! como hay gente buena en el mundo, lo primero que vimos fué a nuestro taxista de la lápida, que por fin no se había marchado porque debíamos de haberle dado pena.
Nos llevó de regreso a nuestro hotel, que miramos con  si hubiéramos llegado a casa, le pagamos bien, y todos contentos. El taxista porque había hecho su día, los motaqueros porque habían ganado también un dinerito y yo porque por fin había estado en el Haití dichoso. Paco se sentía feliz por haber salido con vida de todo aquello. Hasta confesó haberse divertido... y es que si no fuera por mí, que embarco a la familia -escasa ya- y a mis amigos, nadie haría nada ... ay

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La gente del hotel, españoles y dominicanos, nos preguntaban:
-¿Pero ustedes son los que han ido a Haití?

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