El Templo Dorado de Amritsar, en el Punjab, India

Cuando yo estuve en la India me quedé pasmada delante este templo, que es precioso, todo cubierto de pan de oro. Es como el "Vaticano" de los sijs, una religión cuyos adeptos se distinguen enseguida porque son altos, muy guapos (esta es mi opinión personal), barbudos -no se pueden afeitar-, con turbante negro y siempre tienen que llevar, entre otras cosas, un puñalito y una pulsera de acero. Paco y yo pudimos entrar sin problemas, vimos todo el templo, y allí entonces estaban haciendo esos panes que tento me gustan, redondos y planos, que me parece se llaman pan pita. Nos ofrecieron y comimos.Fueron supersimpáticos y acogedores.Pude hacer fotos y fué una visita genial.

------- En 1577 el Gurú Ram Das cavó un foso en el actual emplazamiento del templo, que actualmente es el lago artificial que lo rodea. Este lago se denomina «Amritsar», que significa 'piscina de néctar', y que actualmente da el nombre a la ciudad donde se encuentra. El levantamiento del templo se llevó a cabo entre el 1588 y el 1605, siendo el Gurú Arjan Dev quien inició y concluyó su construcción . El mismo año de la inauguración del recinto, se instaló en el altar del templo al Adi Granth, que es un libro, la escritura sagrada de los sijs, considerada por ellos como el actual gurú o guía espiritual. El primer Granthi o lector fue Bhuda Baba ji. Su arquitectura es una representación s

imbólica del pensamiento sij. Este templo tiene cuatro entradas, una a cada lado, que simbolizan la apertura de los sijs a todas las religiones, entre otros aspectos. El templo está abierto a personas de cualquier religión, nacionalidad, sexo, color o raza. No existen restricciones para entrar, excepto la observancia de las normas de conducta más elementales como: cubrirse la cabeza, no usar zapatos, vestirse de manera modesta, ser respetuoso, sentarse en el suelo como muestra de respeto al Adi Granth y a Dios, no beber alcohol, no comer carne y no drogarse, entre otras. Kabir Bedi es un indio sij. A Indira Gandhi la mataron dos de su escolta personal, que eran sijs, como venganza por haber ella mandado que disparasen contra el Templo de Oro, en una revuelta de los sijs.

Los sijs deben llevar siempre consigo, entre otras cosas, un puñalito de acero, una pulsera del mismo metal y un peine.