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Era un libelo antisemita para denigrar a los judíos en la Rusia zarista.
Debía ser bastante divertido, pues consistía en publicar una supuesta reunión de judíos para hacer una conspiración judeo-masónica-comunista para dominar el mundo.
A Hitler le gustaban mucho, y los tomaba como una prueba de que había que acabar con ellos. También los de extrema derecha flipan con los dichosos Protocolos.
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