Prepara tu hogar para que ambos gatos tengan todo lo que necesitan. Deberás proveerles de su cama, de su comedero, de su bebedero, de su arenero, de su rascador y de sus juguetes.
Cada uno tendrá sus enseres, de uso exclusivo.
Esfuérzate por presentarlos de forma correcta. Deberás facilitar que ese protocolo de introducción se produzca de forma gradual y en igualdad de condiciones. Por ello, los expertos recomiendan recurrir al transportín para que el nuevo miembro no sufra agresiones a su llegada.
Deja que se huelan para que vayan familiarizándose.
Mantenlos en estancias separadas y permite que se huelan varias veces al día.
Opta por la esterilización, ya que contribuye a reducir el estrés y las disputas. Además, si tus mininos tienen acceso al exterior prevendrás camadas indeseadas.
Es mejor, si es posible, no dejarlos que vayan al exterior. Hay demasiados peligros y se evitan disgustos.
Sé paciente, concédeles el tiempo que precisen para ir adaptándose a la nueva situación y nunca interfieras en su estructura jerárquica, a menos que uno de ellos sufra lesiones. En ese caso, deberás actuar rápido para atajar la agresión de raíz. Utiliza el agua o un sonido seco y fuerte para romper su nociva dinámica.
Nunca castigues al gato agresor, lo único que conseguirías es incentivar su agresividad.
Corta las uñas de ambos para minimizar los daños en caso de pelea.
Los expertos en comportamiento felino recomiendan decantarse por gatos de sexos opuestos o de edades próximas. De este modo, la empatía es más fácil de conseguir. Tener dos machos adultos se postula como la combinación menos aconsejable, a menos que estén esterilizados. Así, sus glándulas gonadales estarán neutralizadas.
No dejes de procurarles, por igual, su ración de mimos, no permitas que ninguno de ellos se sienta desplazado. Recurre al refuerzo positivo cuando ambos estén contigo a la vez. Así, asociarán esa conducta como algo deseable y lo repetirán.
Los gatos pueden vivir mucho, sobre todo los que están a buen recaudo en un buen hogar. Los pobres callejeros viven pocos años, a menos de ser adoptados. Yo he tenido varios que han rondado los 20 años.
Los gatos negros son mis preferidos. Son odiosas esas leyendas sobre si causan mala suerte, esto solo lo cree la gente ignorante. |
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