domingo, 1 de enero de 2023

Continuación de "Infancia desastrosa"

Teresianas "modernizadas". Ahora el colegio está en las afueras y se llama "Pedro Poveda, por su fundador.
**************

 Pues como dije, tuve que aguantar durante 10 años -de los 5 a los 15- a aquellas malditas mujeres.
 De vez en cuando venía un cura y nos soltaba un sermoncito, y una vez al año teníamos los llamados "Ejercicios Espirituales", que yo esperaba con ilusión, pues duraban una semana y no había clase. Teníamos que aguantar muchísimos sermones y rezos, pero también teníamos mucho tiempo libre. Yo lo aprovechaba para leer los Evangelios, que siempre me han gustado, pues Jesús me ha caído siempre muy bien. Yo no creo que sea un dios, pues creer que un hombre pueda serlo me parece un disparate, pero sí un gran profeta.
No me atrevía a llevar la Biblia al colegio, de miedo que me la requisaran y hasta llamaran a mis padres.
 Pues yo leía Los E. y un libro que había en casa que era sobre la vida de Sta. Teresa de Lisieux, y que era muy entretenido...
 Y es que la Biblia es muy verde. Allí sí que están reflejados todos los pecados y aberraciones sexuales. Yo hice gracias a ella mi educación sexual. Y las granujadas de los "santos patriarcas", cometiendo adulterio con mujeres de toda condición. Adulterios, incestos.-..
 A mis padres no les importaba que yo leyese la Biblia.(tal vez porque ellos no la habían leído ?) En mi casa había todo tipo de libros, y yo tuve acceso a todos ellos siempre.
 Recuerdo una vez, en unos Ejercicios, que estábamos todas en la capilla y un cura gordo y de cara roja nos estaba aleccionando. Recuerdo perfectamente cómo empezó a hablar, en un tono amenazante:
"-Y yo os digo ,que podéis estar seguras que si os murieseis ahora mismo, todas, todas, iríais directamente al infierno".
 Y se quedó tan pancho. Yo que no estaba escuchando, ésto sí que lo oí, y me quedé pasmada y pensé "¡pero qué disparate está diciendo este hombre!". Todas nos quedamos heladas, y una chica enfermiza, que estaba arrodillada, cayó la suelo desmayada. Yo me indigné, porque me dió pena de ella, y odio contra aquel hombre que venía a soltarnos aquellas barbaridades impunemente...
 Los domingos iba con mi abuela a misa a la iglesia de la Misión, que estaba cerca de casa. Mi madre me obligaba a comulgar, cosa que no me gustaba nada, pues antes tenía que confesarme. Y era ésto algo que me hacía sudar de angustia. Yo tenía miedo a los domingos por tener que contarle mis cosas a un mierda de cura, que eran todos unos salidos, que te sometían a un interrogatorio insoportable. Nunca olvidaré que me decían: "¿cuántas veces?" y otras preguntas de ese tipo, que seguramente lo hacían para luego hacerse pajas. Muchas veces no decía nada o casi, pero después iba a comulgar convencida de que estaba en "pecado mortal".
 No se puede imaginar nadie de hoy en día el sufrimiento que me suponía aquello, sudaba de verdad, y cuando descubrí que todos los domingos por la mañana confesaba un curita viejo y sordo, ví el cielo abierto, nunca mejor dicho, e iba siempre con él, que no hacía preguntas y daba enseguida la absolución. Es la primera vez ahora que he contado ésto. Nunca lo he dicho a nadie antes, pero recuerdo con horror aquellos años de mi vida, robados a mi infancia, que podría haber sido estupenda.
Yo sólo me lo pasaba bien en verano, porque íbamos a la playa, mi padre me enseñó a nadar y entonces sí que era feliz. Además en casa me pasaba el día leyendo libros de aventuras, que mis padres me compraban por Reyes.
 Los 10 años en Las Teresianas se me hicieron eternos, pero todo tiene un fin, y a los 15 años me largué de aquel infierno, pues estudiaba mucho para no tener que repetir curso, lo que hubiera sido horrible para mí. ¡Un año más allí dentro!. Y es que entonces no se podía acceder al siguiente curso como después, que se podía recuperar. Había que repetirlo por narices.
En Palma aún no había universidad y había que ir a Barcelona, cosa que mi madre nunca hubiese tolerado (gracias a Dios), dejarme suelta por allí, pero como yo tenía facilidad para los idiomas, empecé a estudiar inglés. El francés ya lo sabía pues en casa había muchos libros en ese idioma, y revistas...y luego el alemán, el ruso...
 Luego entré a trabajar en un laboratorio de explosivos del Ejército del Aire, donde me lo pasé en grande. Era en el Servicio de Armamento, del que mi padre era el jefe (el único enchufe que he tenido) y allí hacía pruebas de acidez y estabilidad con pólvora de diferentes lotes de cartuchería, y donde aprendí a cargar una pistola y dispararla.
Me enseñó mi padre,-nunca sabré por qué, tal vez pensaba que nunca se sabe-, y también en una galeria de tiro que había en el cuartel de Son Rullán, a veces disparaba con metralleta y fusil. Me gustaba más la pistola, porque estas dos últimas tenían un retroceso muy fuerte, más adecuado para hombros masculinos. La pistola era más fácil. Quise comprar una pequeñita que la ví en una subasta de armas, lo que mi padre me prohibió categóricamente.
 Mientras trabajaba en el laboratorio de explosivos, una vez me estallaron unos tubos de ensayo con pólvora con la que estaba haciendo pruebas . Casi me vuelan la cara, por chiripa la quité de allí unos segundos antes. Uffff... Pero bueno, yo cobraba un plus por peligrosidad...esta vez sí que me lo gané. Lo único que me ocurrió es que una esquirla del cristal de uno de aquellos tubos me hizo una herida en una ceja, y esas heridas ahí sangran mucho. Yo miré hacia abajo y me ví la falda y las piernas con chorreones de sangre,y siguiendo mi instinto de supervivencia, medio a ciegas entré en tromba en el botiquín, que por suerte estaba muy cerca, dando un susto de muerte al pobre sanitario que no se esperaba aquello, y que era un "admirador" mío al que yo no hacía caso.
 Luego todo el mundo se reía del pobre chico, diciendo cosas como "debía ser la ilusión de su vida, curar a María Dolores!" Yo estaba en unas instalaciones militares que había entonces en Son Bonet, y enseguida se corrió la voz de que a la hija del jefe una explosión le había volado la cabeza. Mi padre, que estaba en el cuartel de Son Rullán, llegó enseguida, y cuando me vió que estaba viva ya se tranquilizó. Luego se reía por lo del plus...

 ************** 

El resto, ya es aburrido. Luego trabajé en Oficinas de Turismo, llegué a ser la jefa de la del Aeropuerto, tuve varios medio novios de los de aquella época, viajé bastante, hasta que me casé. Fuí muy feliz, hasta que me quedé viuda. Entretanto pasaron muchos años. Y colorín colorado, esta historia se ha acabado.

------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario