martes, 15 de agosto de 2023

Fuerteventura-Islas Canarias




 


Fuerteventura, la isla tranquila


Fuerteventura, junto con Lanzarote, es la isla canaria más cercana a Africa.



Es una de las joyas de las Islas Canarias, de 98 kilómetros de largo y 30 de ancho. La isla más cercana a la costa africana, segunda isla canaria en tamaño, disfruta de 3.000 horas de sol al año. Se encuentra en la misma latitud que México y Florida, y goza de más de 150 playas de fina arena. Lugar imprescindible para los amantes de los deportes acuáticos, que también deja espacio para la cultura en el Museo de Betancuria, de Arqueología y Etnografía, o el pueblecito de Tefía.

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Historia de Fuerteventura

Historia de Fuerteventura

La isla de Fuerteventura ha tenido un papel en la historia de Canarias muy diferente su actual imagen de paraíso turístico, siendo hasta su redescubrimiento por parte de la incipiente industria turística de los años 60, poco más que un lugar donde se desterraba a los indeseables (el poeta y escritor Miguel de Unamuno fue exiliado aquí en 1924). Casi despoblada a principios de siglo, hoy en día es uno de los destinos más solicitados por los turistas de toda Europa.

Época prehispánica

La isla se conocía desde mucho antes que tuviera lugar la conquista castellana.  

Parece que los Griegos, Fenicios  y Romanos conocían las Islas Canarias (los romanos llamaban a Fuerteventura Planaria, por su ausencia de grandes elevaciones y Capraria, por la abundancia de cabras).

Hay discrepancia en la época de llegada de los primeros pobladores de Fuerteventura, y algunos expertos estiman que llegaron en el año 1.000 antes de cristo, pero los restos humanos más antiguos datados con el método de Carbono 14, dan una edad de unos 300 años antes de cristo. Su origen proviene de la zona nor-occidental de de África, y sus rasgos predominantes eran cromañoides y mediterranoides.

Lo que es una incógnita es el modo de llegar a las islas, ya que no queda ningún vestigio de las embarcaciones que pudieran haber utilizado. Parece ser que fue un Rey de Mauritania (Juba II, año 40 antes de Cristo), el que tuvo la iniciativa de incrementar la esca oblación de las Islas Canarias.

En esta época se conocía a Fuerteventura como Erbania, que proviene de "Ar-Bani", que significa La Pared, en el idioma aborigen de Gran canaria, y que se refería al muro defensivo construido en la Península de Jandía y que separaba la isla en dos reinos enfrentados en guerras.

Los habitantes de Fuerteventura llamaban a su isla "Mahoh", que significaba en su idioma "Mi País". Era un pueblo noble, pacífico y justo, qse dedicaba al pastoreo, la agricultura y a la recogida de marisco y peces.Antes de la conquista castellana de la isla de Fuerteventura se llevaron a cabo una serie de expediciones por parte de mallorquines, catalanes, andalusíes, vascos y portugueses, en asociación con genoveses, florentinos, venecianos y otros navegantes y comerciantes de la Península Italiana, que partieron principalmente de los puertos peninsulares.

Conquista Hispánica

En el momento de la conquista la isla estaba dividida en dos tribus aborígenes, unos seguidores del rey Guize y otros de Ayoze. Los territorios de estas tribus eran Maxorata (al norte) y Jandía (al sur), separados por una muralla, de la que aún se conservan restos, situada en el istmo de La Pared. El primer nombre de la isla, Herbania, hace referencia a esta muralla.

Más tarde, aparece la forma arcaica mahorero o majorero para denominar a los habitantes de la isla (término estrechamente relacionado con las cuevas que les sirvieron de morada: "majos" o "mohod"), así como los de Mahorato o Maxorata, invención culta y latinizante de la misma raíz acuñada para designar la tierra de los majoreros.

La conquista de la isla comienza en 1402, comandada por los normandos Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, y afrontada solo por 63 marineros de los 283 iniciales, después de que tuvieran lugar numerosas deserciones. Tras llegar y asentarse en Lanzarote, la expedición lleva a cabo las primeras expediciones en Fuerteventura, entrando por el Puerto de la Peña (Ajuy). Fue Gadifer quien tomó la iniciativa de la conquista, afrontando numerosas dificultades, tras la partida de Bethencourt hacia la península para buscar el reconocimiento y apoyo del rey de Castilla. A su regreso se produce la ruptura de los socios y Gadifer abandonaba las islas.

A los pocos años (1405) Fuerteventura paso a ser un señorío dependiente del Rey de Castilla. Estos tres años que duró la conquista no fueron años de violencia y enfrentamientos, sino más bien de paulatina convivencia pacífica y acomodo entre los conquistadores y conquistados.

Los colonizadores se asentaron mayoritariamente en la Villa de Betancuria (fundada en honor de Bethencourt y convertida en capital de la isla) y alrededores. El primer recuento de población la cifra en unos 1200 habitantes, concentrados básicamente en la capital y sus alrededores. Los primeros asentamientos se situaron en el Valle de la Vega de Río Palmas y Bentancuria. A principios del siglo XVI aparecen otros nuevos en el Valle de Santa Inés, los Llanos de La Concepción y posteriormente en Antigua.

Post Conquista hasta el siglo XIX

Las frecuentes incursiones piratas que padeció la isla tenían como motivo el aprovisionamiento de agua y carne. Tan sólo tuvo carácter de invasión la capitaneada por Xabán de Arráez, en 1593; la isla quedó bajo dominio berberisco durante seis meses y, al finalizar éste, quedó destruida la capital y sus archivos. Ante el riesgo de posibles futuras incursiones se levantaron puntos de defensa como el del Barranco de la Torre, el de El Cotillo y la Caleta de Fustes.

Entre los siglos XV y XVI se producen diferentes ventas de los distintos señoríos y, a principios del siglo XVII, se consolida el Señorío de Fuerteventura con la casa de Arias y Saavedra, que, al igual que en la Península y el resto de las islas, se mantiene hasta la abolición de los señoríos por las Cortes de Cádiz.

El despegue económico de Fuerteventura se produce al final del siglo XVIII, con el inicio del comercio de la barrilla, la cochinilla, la orchilla, la cascarilla y el jicanejo, tras dos siglos de estéril esfuerzo centrado en la economía cerealista.

Durante los siglos XVIII y XIX se conocen años de hambruna, provocados por notables sequías en la isla; esto da lugar a emigraciones importantes: primero hacia Gran Canaria y Tenerife, y posteriormente hacia el continente Americano (Montevideo, Buenos Aires, México, Venezuela y Cuba).

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