martes, 1 de octubre de 2024

Saúl y la pitonisa de Endor

Cuando yo era pequeña me gustaba leer las historias de la Biblia, que me parecían mucho más interesantes que las de los cuentos apropiados para mi edad.
 Mi familia era supercatólica, por lo cual no habían leído nunca la Biblia, que no les interesaba nada. Ni tampoco nunca me dijeron que no la leyera. 
 En el colegio cuando hablaban de este libro sagrado nos decían que la Biblia era muy peligrosa, y que nunca debíamos leerla. Sólo los Evangelios.
 A mi leer los evangelios me parecía muy bien, pero ya me los sabía casi de memoria, sobre todo los trozos, siempre los mismos, que nos leían los curas en misa. 
 Gracias a estas lecturas bíblicas tempranas yo supe antes que cualquiera de mis compañeras, casi en detalle todas las perversiones sexuales habidas y por haber, pero yo no decía ni pío porque sospechaba que aquellas lecturas no hubiesen sido aprobadas por mis mayores.
 Y es que será un libro muy sagrado, pero también bastante salido. 
Bueno, todo este preámbulo para decir que hoy me ha venido a la cabeza una de las apasionantes historias que hay en él, el relato de la Pitonisa de Endor y el Rey Saúl. 
 Los principales reyes de Israel que figuran en"el libro" por antonomasia, son Saúl, David y Salomón. Estos dos últimos son bastante conocidos, pero no tanto el primero de ellos.
 Hay que decir que se deduce por el relato que Saúl era bastante cobardón, a diferencia de sus sucesores. Una vez tenía que enfrentarse me parece que era a los filisteos (cito de memoria) y cuando vió el campamento de sus enemigos le cogió un ataque de miedo cosa fina. Eran mucho más numerosos. Pensó en que si alguno de sus antecesores reyes estuviera vivo le iría a pedir consuelo y consejo, porque el pobre estaba "acongojado" ...?...Jehová tampoco parecía compadecerse de él.
 Entonces tuvo una idea. Le pidió a uno de sus consejeros que buscase por los alrededores alguna mujer evocadora de muertos.
 Este volvió con la noticia:
 -Me han dicho que hay una muy buena en Endor. Y además que no es cara...
 Saúl quedó muy aliviado , y vestido con ropajes de hombre normal fué, con dos de sus ayudantes, al pueblo de la vidente. Endor era un pueblo pequeño, de esos donde todo el mundo se conoce. Enseguida encontraron la casa de la pitonisa, oficialmente hacedora de horóscopos.
 -¡Toc, toc! -¿Quien va?
 -Dos clientes que pagan bien.
 -¡Ah!. ¡enseguida abro! La mujer les abrió la puerta y les preguntó que querian, y cuando le dijeron que necesitaban hablar con un muerto, la mujer se asustó:
 -¡¿Pero queréis mi perdición??. O es que no sabéis que el rey Saúl ha condenado a pena de muerte a todos los adivinos, echadores de cartas y nigromantes del reino?
 -No te asustes, mujer,-le contestó el rey, y despojándose del humilde manto le enseñó su hermoso traje.-Que yo soy el rey Saul, ¿no lo ves?
 -¡Oh, sí ! ¡Majestad!
 -Pues yo no te quiero ningún mal, sólo que me hagas unas echadas de cartas, dados o lo que sea tu especialidad, pues dicen que eres muy buena...
 La adivina empezó con sus augurios, que no podían ser peores, pues le profetizó que sus ejércitos perecerían, que él se iría al cuerno, que enfermaría...horrible.
 Saúl empezó a llorar y a mesarse los cabellos, y sus asistentes no podían consolarlo.
 Entonces la pitonisa endorina le preguntó:
 -"¿Cuánto tiempo hace que Su Majestad no ha comido?"
-¡Ay, no sé! ¡ya no me acuerdo!.
 -Mucho, contestaron los dos acompañantes.
-¡Pues ya está!- dijo la mujer.
 Y empezó a traerle al rey y a sus acompañantes pan con aceite y cositas para picar, y como el rey aún no se recobraba, se comió un carnero cebado y parece que después ya estuvo de mejor humor. 
...........

Todo esto está en la Biblia, y el que no se lo crea que coja el libro y lo lea. Yo hubiera sido incapaz de imaginar una historia así. Y es que los caminos del Señor son inescrutables...

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