lunes, 19 de abril de 2010
El morbo de los desfiles
A mí los desfiles es que siempre me han chiflado, no lo puedo evitar. Ya sean las paradas que organizaba Hitler con miles de soldados, o la celebración del 1º de mayo en la Plaza Roja de Moscú, cuando los rusos eran comunistas y sacaban los tanques y toda la parafernalia. Y es que los unos y los otros desfilaban muy bien. Un desfile de éstos sí que me gusta, en cambio, en el Gabón, por ejemplo, no me sulivella. Y es que los negros no saben desfilar. No están hechos para esto, sino para bailar. En eso sí son imbatibles. Pero rusos y alemanes sí saben desfilar como es debido,y esos desfiles producían en mí, me imagino, el mismo efecto que los señores cuando van al Folies-Bergère o al Lido y ver a las señoritas levantando la patita. Ya sé que la comparación no es muy buena, pero ver una masa masculina moviéndose como un solo hombre, eso, a mí siempre me ha impresionado una barbaridad. Debe ser una clase de degeneración lo mío. Y además es que soy muy ecléctica. Lo mismo me da que sean nazis que rusos. Yo tengo los dos mejores documentales de Leni Riefenstahl,el de propaganda del Partido, "El triunfo de la Voluntad", que es una maravilla, pues esta señora era una cineasta magnífica, y el de los JJOO de Berlin.
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