lunes, 13 de diciembre de 2010

Santa Claus: Después del s. IV, Europa, Asia y América




El Santa Claus original, San Nicolás, nació en la antigua ciudad de Licia, en la región sudeste de la actual Turquía, a principios del s. IV. Ya en su infancia, demostró su piedad observando voluntariamente dos días de ayuno a la semana (miércoles y viernes). Tras morir tempranamente sus padres, dedicó por completo su vida a Cristo e ingresó en un seminario de su ciudad. Se dice que, en un viaje por mar a Palestina, extendió los brazos y calmó una mar embravecida, y que éste fué el primero de sus muchos milagros. Más tarde se convirtió en el santo patrono de los marinos.
Todavía muy joven, Nicolás fué nombrado obispo de Myra, en Asia Menor, pero su éxito en ganarse conversos y su generosidad con los pobres enfurecieron a los funcionarios romanos. Durante una violenta persecución contra los cristianos, fué encarcelado y torturado por orden del despótico emperador Gayo Diocleciano, pero éste, después de un reinado de terror y abusos, abdicó de repente a la edad de sesenta años para llevar una vida sencilla, dedicada a la agricultura.Esto complació a muchos romanos y fué una gran suerte para Nicolás, ya que el nuevo emperador, Constantino, (que más tarde se convertiría al cristianismo), puso en libertad al obispo. Y cuando Constantino convocó el primer concilio de la iglesia en Nicea, el año 325, Nicolás asistió como personaje destacado. Se cree que murió el 6 de diciembre de 342, y con el tiempo fué adoptado como santo patrono de Rusia, Gracia y Sicilia.
Dos aspectos de la vida de San Nicolás le llevaron a convertirse en Santa Claus. Su generosidad era legendaria, y además se mostraba particularmente afectuoso con los niños, como sabemos por relatos romanos acerca de la protección que dispensaba a la infancia. Durante toda la Edad Media, e incluso mucho más tarde, se conoció a este santo patrono de los niños bajo diversos nombres...ninguno de los cuales era Santa Claus.
Los niños de la época actual no reconocerían al bondadoso anciano que hace cientos de años ya dejaba sus regalos en las casas de los niños europeos...excepto, tal vez, por su larga barba blanca. Efectuaba sus visitas vestido con ropajes de obispo, rojos y blancos, incluída la mitra y apoyándose en su báculo. No arrastraba su trineo un reno de patas veloces, sino que montaba en un burro tranquilo, y no llegaba la víspera de Navidad sino el 6 de diciembre, el día de su festividad. Los obsequios que dejaba junto a la chimenea solían ser pequeños y hoy los consideraríamos decepcionantes: Fruta, caramelos, leña y figurillas de barro. Mejores, sin embargo, que los regalos que dejarían más tarde otros personajes parecidos. Durante la Reforma protestante, en el s-XVI, San Nicolás desapareció en muchos países europeos y lo sustituyeron otras figuras de significado más secular, como Father Christmas en Gran Bretaña y Papá Noël en Francia. Ni uno ni otro eran entonces muy generosos con sus regalos a los niños, pero en ese momento de la historia los pequeños no ocupaban un lugar muy destacado en la sociedad. Father Christmas, por ejemplo, era más bien el supuesto patrocinador de fiestas de adultos en las que el tema central eran los amoríos.
Los holandeses mantuvieron viva la tradición de San Nicolás, que cargaba con los regalos. A su vez, Nicolás metía un pequeño obsequio en cada zueco.

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