Hoy es San José, y he estado escuchando la radio esta mañana. Pobre San, ya nadie le reconoce. Un locutor lo ha confundido con el casto José, del Antiguo Testamento, hijo de Jacob vendido por sus hermanos a unos mercaderes que a su vez lo vendieron a la casa del Faraón como criado, pero ascendió enseguida, pues interpretó los sueños de éste. Lo de las vacas gordas y flacas. Si alguien no sabe la historia, que la pregunte, pues yo ya estoy harta de contar cosas que yo ya sabía cuando levantaba pocos palmos del suelo. La gente está cada día más burral. Pues éste, el José de Egipto, era guapote y la faraona (que no bailaba flamenco) se encaprichó con él, y aquí hay otra historia con la que se hizo la zarzuela La Corte de Faraón. (Otra vez lo mismo: Quien no sepa de qué va, que pregunte.Hoy tengo el día antipático). El locutor ha dicho que este José odiaba a las palomas, pero no sabía lo que decía, porque el que en todo caso les tendría prevención es el San José que se celebra hoy, patrón entre otras de la ciudad de Valencia. Una palomita le puso cuernos virtuales y según nos cuentan, de ahí salió el Niño Jesús.
Luego, otra lumbrera radiofónica ha confundido al santo que se celebra hoy (el padre putativo),con José de Arimatea, contemporáneo y buen amigo de Jesús.
Vamos, que ya veo que muchos Pepes no tienen ni idea qué santo les corresponde, pero hoy día los mismos han caído en desgracia.
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