domingo, 3 de abril de 2011
El misterioso número 7
El siete es un número mágico. Así por lo menos lo suponemos.
Tal vez, los estudiosos esotéricos o los pitagóricos puedan declarar que todos los números son mágicos o divinos, y tengan razones para manifestarlo. Pero también a nivel popular el número siete está presente en la cotidianidad, en las fábulas, en las creencias y en los mitos populares. Sólo hace falta echar un vistazo y comprobar cómo el siete aparece en nuestras vidas.
Vivimos en una semana de siete días. Que se corresponden con los siete cuerpos celestes móviles visibles sin instrumentos desde la Tierra: Luna (lunes), Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Venus (viernes), Saturno (sábado) y Sol (domingo, en inglés sunday).
Dentro de la cultura religiosa, siete son los pecados capitales, siete los dones del Espíritu Santo y siete los sacramentos. Siete fueron los días que tardó Dios en crear la Tierra, contando el día de descanso. Para los musulmanes, siete son los estadios o cielos.
En el Antiguo Testamento, el faraón sueña con siete vacas gordas y hermosas que son devoradas por otras siete vacas flacas, y luego siete espigas de trigo grandes y bellas que también son devoradas por siete espigas feas y marchitas. José, el que sabía interpretar los sueños, le dice que en el reino vendrán siete años de fortuna, seguidos por siete de escasez por lo que debían hacer acopio de insumos, y así el reino pudo pasar los años malos.
En el Apocalipsis de San Juan, el siete esta en varios pasajes: siete son los sellos que son abiertos por los ángeles, siete las trompetas que abren los mismos, siete las iglesias a las que debe escribir, se nombran siete candelabros de oro, siete estrellas, son siete las plagas y siete las copas.
También está presente en la naturaleza. Son siete los colores del arco iris y siete los chakras del hombre. También siete son las notas musicales.
Aunque es en la cultura donde el siete aparece con más frecuencia. Siete son las maravillas del mundo antiguo, (y su correlato contemporáneo de las “nuevas siete maravillas”), siete son los mares, siete las artes (pintura, escultura, arquitectura, literatura, música, danza y cine), siete son los años de mala suerte que tendrá el desafortunado que rompa un espejo, siete son las vidas de un gato…
En cuanto a la literatura, siete son los enanitos que acompañan a Blancanieves. Pulgarcito tenía sus botas de siete leguas, y el ogro contra el que luchaba tenía siete hijas. Shakespeare además creía que eran siete las edades del hombre: infancia, niñez, el amante, el soldado, el adulto, la edad avanzada, la senilidad.
Buscar el número siete en la historia del mundo, o en los mitos del hombre, o en cualquier ámbito que uno desee, es, antes que nada, un entretenimiento, pero es significativo que el siete se repita constantemente. De hecho son muchas más veces que las que he podido condensar en este artículo.
Me gusta más el numero 23 :D todo acaba siendo 23.
ResponderEliminarPues Eddy, como no me lo aclares, no entiendo nada de tu comentario...
ResponderEliminarAdemás, ahora se me ocurre otro siete: Los 7 niños de Écija...