sábado, 23 de julio de 2011

Casanova y Don Juan











Cuando hoy decimos de alguien que es un “Casanova” queremos decir que es un hombre que tiene mucho éxito con las mujeres, pero este concepto/palabra, tal como lo usamos hoy día, incluye algunos matices que no corresponden al hombre cuyo apellido dio origen a la expresión.
Como todos sabemos, el personaje histórico que dio origen al uso de la palabra Casanova como sinónimo de hombre seductor, fue Giacomo Casanova (Venecia 1725 - Dux 1798).
Este Giacomo Casanova fue un aventurero en todo sentido de la palabra: fue un viajero incansable, un hombre que emprendió arriesgados negocios, pero también un hombre sensible que tocaba el violín y escribía con gran inspiración. Frecuentó los salones más lujosos de su época, fue desterrado y estuvo preso (y protagonizó una memorable fuga), viajó por los caminos de media Europa, y siempre volvió a Venecia. Fue espía y terminó sus días como bibliotecario.
Pero sin duda, el rasgo que todos recordamos de Casanova son sus grandes dotes de seductor con las mujeres, que quedaron registrados en sus célebres Memorias.
Lo que a veces no se capta cuando se aborda el personaje de Casanova, y lo fundamental que queremos transmitir en este artículo, es que a diferencia de otros seductores, que usan a las mujeres, que ven a las mujeres como un trofeo para vanagloriarse, como una tierra a ser conquistada, como un propiedad o como un pedazo de carne, Giacomo Casanova realmente amaba a las mujeres con las que compartía sus aventuras galantes.
A diferencia del otro gran seductor, este además procedente del mundo literario, Don Juan, el cual sí que sentía un profundo menosprecio por las mujeres a las que conquistaba (menosprecio que hasta le servía para enamorarlas más), Casanova, como se puede apreciar al leer sus historias, actuaba con una gran nobleza de espíritu y un profundo respeto por la condición femenina, tanto, que en sus Memorias nunca se esforzó por ocultar el dolor y la tristeza que le causaron las pérdidas y los fracasos del amor.
Don Giacomo Casanova era un buen enamorado, algo que no siempre son esos muchachos a los que se les atribuye la condición de Casanova.
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Aqui se pueden ver dos retratos de Casanova, veneciano, y una caricatura de Don Juan Tenorio y su monumento en Sevilla, en el barrio de Santa Cruz, escenario de sus hazañas. También, varias fotos del barrio, que, por su ambiente tranquilo y de calles estrechas,conserva el aire de la antigua judería que era. La entrada a ella se hacia por la calle llamada Jamerdana,nominada así como expresión de desprecio. En el numero 2 nació mi padre.

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