viernes, 22 de julio de 2011

Mandar a alguien al carajo



La palabra “Carajo”, ha llegado a tener un uso múltiple en todas nuestras sociedades hispanas y puede ser utilizada en muchas expresiones; inclusive con diferente sentido y según el énfasis que se le dé, determinará su significado.
Carajo es una de las palabras posiblemente más usadas de nuestra lengua, y aunque los académicos no se han puesto de acuerdo para definirla, el carajo parece ser indispensable en nuestro diario vocabulario.
Según la real Academia de la lengua, “Carajo”, además de designar al miembro viril, era el nombre que se le puso al espacio ubicado en la parte más alta de los mástiles de las antiguas carabelas españolas. Era una especie de canasta, que servía como puesto de observación, desde el cual los vigías oteaban el horizonte en busca de naves enemigas, puntos de ubicación o lugares hasta donde querían llegar. Por otro lado, los marinos de aquellas épocas, asociaban al mástil y dicha canastilla, con el órgano sexual masculino.
En aquel lugar, el más alto del mástil y el más inestable de la nave, se sentía en mayor magnitud, el movimiento lateral realizado por un barco de vela, de acuerdo al movimiento del mar. El marino que era enviado a permanecer como vigía, luego de apenas un par de horas, bajaba totalmente mareado; lo que era considerado como un duro castigo y servía para dar escarmiento a quienes cometían alguna infracción a bordo.

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