Acabo de oír por la radio una noticia que me ha gustado: Unos polis han visto en un coche cerrado un cachorro, un perrito. Como estos días hace en este país un calor africano, los maderos pensaron que el pobre se asfixiaría (es cosa corriente en días así, porfa, acordaron los que lleváis perros o niños en el coche)y, ni cortos ni perezosos, han roto un cristal trasero para salvarle. Pero, ¡oh sorpresa!.¡No era un perro vivo, sino un osito de peluche!...
La noticia me ha parecido encantadora, aunque la cosa no fuera lo que parecía. Pero todos los polis debieran ser así...y también todos los ciudadanos.
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