La expresión Guerras Carlistas es empleada para referirse a las tres guerras civiles españolas del siglo XIX entre los carlistas (absolutistas), partidarios de Carlos María Isidro de Borbón y sus descendientes, y los liberales, partidarios de Isabel II de España.
Yo tenía, por la parte catalana, un tataratío que era pacifista y botánico, pero que le tocó ir a una guerra carlista. No le gustaba nada y era además apolítico, pero como hay quien puede hacer de la necesidad virtud y en mi familia se da bien esto, se dio cuenta que mas le valía hacer como los otros y no tratar de desertar, que igual le cogían y le fusilaban sin contemplaciones. Pues mi tío antepasadísimo aprovechaba las largas marchas por el campo de su regimiento para ir mirando al suelo, y de esta manera encontró varias especies de plantas desconocidas entonces, y, naturalmente, inclasificadas. Cosa que le produjo grandes satisfacciones. Además, él salió con bien de la contienda y pudo volver a su casa ileso.
Otro antepasado mío, éste menos suertudo, era un tal Jaume Cortey, que era librero en Barcelona y a quien la Inquisición quemó vivo por publicar y vender libros heréticos.
Otro, también así como de leyenda, del cual ignoro el nombre porque mi abuela nos prohibía hablar de él, era mi preferido. Iba con la banda de Joan de Serrallonga, que era el Tempranillo catalan, y del cual hay muchos romances y canciones.Siento no poder dar más datos de él, y lo que le llevó a echarse al monte, pero sus razones tendría.
Hurgando en los arboles genealógicos o sabiendo a tiempo tirar de la lengua a abuelos y parientes,se consiguen estas maravillosas informaciones, perlas que si no se pierden en el olvido.
La casa de campo o "masía" (como dicen los catalanes) fué la casa natal del bandido Joan Sala, o Serrallonga.
Terminó en la horca. Mi pariente no lo sé.
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