martes, 13 de agosto de 2013

Una leyenda celta

 
 El Rey Arturo


Erase un vez un rey bretón de nombre Uther Pendragon, quien en su empeño en seducir a la bella Ygraine, esposa del rey Gorlois de Cornualles, acude al mago Merlín para pedirle consejo. El mago hace uso de sus poderes y le da la apariencia del rey Gorlois y así poder seducir a la reina. Del fruto de esta esporádica relación nace un niño, de nombre Arturo, que le es dado al mago Merlín en pago por los servicios prestados.


Gorlois de Cornualles muere poco después en una batalla y Uther Pendragón se casa con la viuda. Años más tarde también muere Uther Pendragón, quien antes de morir clava una espada en una roca, dejando su sucesión como rey en aquel que pueda sacarla de su emplazamiento. Arturo se cria mientras tanto en el seno de la camarilla de Merlín, bajo la tutoría de Hector y con su hijo, Kay, como compañero de juegos.




Caballeros de toda bretaña se congregan frente a la roca para poder probar suerte y al sacar la espada de la misma coronarse rey, pero es Arturo, que casualmente pasa por ahí en busca de la espada de Kay, quien la confunde con la espada del compañero y logra sacarla sin mayores apuros de la roca. Arturo es coronado rey y bajo el consejo de Merlín reina sin mayores dificultades, ganándose el favor del pueblo por su prudencia y valentía. Par completar la felicidad en la corte se enamora y casa con una hermosa joven de nombre Ginebra.


En una cruenta batalla rompe la espada que le coronó rey, pero la reemplaza rápidamente por la famosa y mágica Excalibur, que le es ofrecida por la Señora del Lago, quien le advierte que la espada le hace invencible, siempre y cuando conserve su vaina.




Para el rey Arturo y su corte empiezan los años más prósperos. Con el país apaciguado monta la capital de su reino en Camelot, adonde acuden caballeros de todas las latitudes para formar parte de su famosa Tabla Redonda. Ganarse un puesto en ella y así defender los intereses del reino no es fácil y muy pocos lo consiguen. Uno de ellos, y el favorito del rey, es Sir Lanzarote, que muy pronto se distingue por sus heroicas gestas y por vivir un apasionado romance, a espaldas del rey Arturo, con la reina Ginebra. Por su parte el rey Arturo mantiene una relación con su medio hermana Morgause y de la relación nace Mordred.




Uno de los asuntos más discutidos en la Mesa Redonda era la localización del Santo Grial, en cuya búsqueda parten la mayoría de los caballeros, dejando la corte desatendida y solitaria. Estando así las cosas el rey Arturo descubre la traición de Ginebra y obligado a hacer justicia la condena a muerte. Sir Lanzarote huye de Camelot para escapar de la ira del rey, pero regresa poco después para rescatar a su amada Ginebra.



Los romanos, que en gran número empiezan a invadir el reino del rey Arturo, obligan a este a salir con su ejército para combatirlos. Es esta la ocasión que aprovecha Sir Lanzarote para derrocar a Arturo y confabulado con Mordred, el hijo incestuoso del rey Arturo, parte para darle muerte. La bruja Morgana le Fay, tía de Mordred, se une a ellos y le roba la vaina de Excalibur al rey Arturo. Como ya predijo la Señora del Lago, Excalibur se ve desprovista así de sus poderes mágicos, y en la batalla de Camlan, Mordred hiere mortalmente a su padre.

En el lecho de muerte el rey Arturo pide a Sir Bedivere que arroje a Excalibur a la laguna de donde salió. Este cumple la última voluntad de su rey y la Señora del Lago se hace con Excalibur de nuevo y desaparece para siempre entre las aguas de la laguna. Muerto Arturo sólo le quedaba un sitio donde descansar el resto de sus días: la isla de Avalon, un lugar místico reservados sólo para los héroes.

La verdadera historia del Rey Arturo ocurrió alrededor del siglo V de nuestra era. Muchos personajes como Sir Lancelot o Sir Percival fueron añadiduras posteriores cuando en Europa surgió la novela de caballería. Realizaron algunos cambios en la leyenda pero el espíritu y la fuerza del relato verdadero aún sigue presente.

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