Apenas caben mayores abusos a la población y ahí siguen resistiendo varios millones de votantes del PP. Un periódico muestra la foto de niños entrando en barracones escolares en Murcia, y enseguida hay quien opone que en Andalucía hay 317 colegios así. El consabido consuelo del mal de muchos. Se está encontrando comprensión incluso para la medida que los gobiernos conservadores del Reino Unido quieren imponer: el Sistema Público de Salud retrasaría las operaciones de fumadores y obesos. La gente que "no se cuida" ha de ser castigada. Las afecciones de enfermos "culpables" han de pagarse al margen, por lo privado. No se expresa ni una queja a quienes hacen negocio con nuestra salud y "ahorran" en atendernos. A unos y a otros.
Precisamente, desde Londres avisan que su Sistema público de Salud. NHS, está dando los estertores. Es difícil sobrevivir a un cuarto de siglo de desangrarlo con las políticas ultraliberales que inició Thatcher y continuaron otros colegas Tories y los laboristas de Tercera Vía, los precursores de eso tan moderno que llaman socioliberalismo. Los británicos siguen votando esas medidas que les agreden, sin relacionarlas con el candidato que les gusta. En España, también ocurre el fenómeno. Tú rompes una botella llena y se derrama el líquido, pero para los fanáticos son fenómenos independientes.
Aquí, hay gente convencida de que Mariano Rajoy no es corrupto o de que la economía la gestiona mejor la derecha –la economía de todos, se entiende–. Hay quien cree que Ciudadanos es de centro, incluso que es una "fuerza del cambio". Multitudes son ya los convencidos de que Pedro Sánchez tiene la culpa de que no haya gobierno, como antes les persuadieron de que el díscolo era Pablo Iglesias. O quien piensa que es informar el objetivo de los programas en los que se sienta un Noble con pocas luces, periodistas faltones, machistas o que, dedicados a intoxicar, se inventan directamente las noticias. O utilizan métodos fuera de la deontología profesional para obtener sus pistas.
Hay personas capaces de mirar para otro lado cuando nos asegura el gobierno que no van a rescatar al sistema bancario, sino que le ayudan por nuestro bien. Y luego les entregan del dinero de todos 51.303 millones de euros, aseguran que el Estado recuperará todo, y al final apenas pillamos la pedrea del 5% (2.686 millones) del premio que siempre se llevan los mismos, y alguna promesa de que podría ser algunos millones más, ni de lejos todo. Asisten impertérritos a la venta de nuestro patrimonio o al destrozo de paraísos naturales como está ocurriendo ya en Doñana.
No necesitamos poderes para saber en qué piensan. Todos hemos vivido experiencias en las que escuchamos atónitos cómo vuelven las realidades del revés y aseguran, por ejemplo, que sin el PP ya no tendríamos sanidad pública o pensiones. Sin reflexionar en el proceso que ha ido canibalizando el Estado del Bienestar, mientras engordan las cuentas de los beneficiarios de ese destrozo. Cuál es el futuro que cabe esperar a tenor de la trayectoria. Llegan a declarar en televisión que los hijos han tenido que emigrar, que están tristes por no verlos, pero que seguirán votando al PP, "a ver si lo arregla". Hasta el aumento de la mortalidad he escuchado defender "por lo bien que el PP trata a los ancianos" y alguna vez se tienen que morir. Ante los datos responden con firmeza que no se los creen, sin más. No ven manipulación sino serenidad en las tertulias de RTVE que se lleva a toda la Caverna junta a opinar. "No discuten, dejan hablar", dicen. Claro, están todos de acuerdo.
Les parece muy bonito y muy español, torturar y matar animales para divertirse, se divierten de hecho con el sufrimiento de un ser vivo, cuando esos atavismos fueron abandonados hace siglos por otros pueblos que los practicaban. Llegan al punto de votar al PP porque, "a pesar de todo", defiende los valores religiosos, cuando en conciencia apenas respeta ninguno, como no sea el de formas y decorados. Es imposible que no sepan que poca caridad cristiana tiene quien roba a sus semejantes en abuso de poder, o daña con sus recortes a tantos seres humanos.
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