domingo, 15 de septiembre de 2019

Una Historia de España-Almanzor-XXIV

El río Duero, a su paso por Zamora


Como que la vida y milagros de Al-Mansur se está alargando mucho, y lo que podía escribir de él desde que mis lectores pudieron leer, hasta su muerte, es largo e interesantísimo: Luchas en las batallas y en Palacio por las numerosas y muchas veces divertidas (a veces eran peores que las de las guerras) intrigas que allí se fraguaban, pues si tuviera que narrar todo esto, que podrían de ello sacarse los guiones de muchas películas, tendría que escribir un libro entero y no estoy dispuesta a ello ni supongo que tampoco mis lectores a leerlo.Pues como decía al principio, la vida de Almanzor, el caudillo árabe más interesante y novelesco de la España musulmana, junto a Al-Mutamid de Sevilla, (ya de los reinos de Taifas) he decidido abreviar y aunque lo siento, me comeré años novelescos del personaje, para narrar ya su decadencia y muerte.
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Coimbra (Portugal

En junio de 987, Almanzor se apoderó de la ciudad de Coimbra, -que se hallaba en el Portugal de ahora y que entonces era parte de la Hispania que fué romana ; el sur era parte de Al-Andalus- y la arrasó por completo,a Coimbra,  no dejando piedra sobre piedra.

Arribes del Duero, en Aldeadávila

Luego atravesó el río Duero, y su ejército arrasó el reino de León, exterminando cuanto encontraba a su paso.Ciudades, castillos, conventos, iglesias, aldeas, caseríos...nada fué perdonado. El rey Bermudo se encerró en Zamora, pues pensaba que esta ciudad sería la primera en ser atacada. Pues no, y Almanzor marchó directamente a León, que estaba muy fortificada y ya una vez había intentado tomar sin éxito. El gobernador de la plaza, que era el conde  gallego llamado Gonzalo González, estaba muy enfermo en cama, pero viendo el peligro, se hizo ceñir su armadura y mandó llevarle a la brecha en litera. Su presencia animó a sus hombres, que durante tres días lograron rechazar al enemigo, pero al cuarto, los musulmanes penetraron en León por la puerta sur, y empezó una terrible carnicería . El mismo conde fué asesinado en su litera. Después de matar, destruyeron.Arrasaron con todo. Sólo quedó en pie una torre, cerca de la puerta norte . Almanzor había ordenado respetarla, para que en el futuro se pudiera ver cuán fuerte había sido aquella ciudad que él había doblegado.
Luego se volvieron hacia Zamora, y después de arrasar los preciosos monasterios de San Pedro de Eslonza y de Sahagún, pusieron sitio a esta ciudad. Su defensor,el rey Bermudo, no se mostró tan animoso como su lugarteniente en León, pues huyó escondiéndose de aquella ciudad, dejando allí a sus hombres.Los cuales, y en vista del panorama que se les presentaba, se rindieron. La ciudad fué luego saqueada, y casi todos los condes le reconocieron como soberano.  . A Bermudo solo le correspondieron los distritos del litoral. Pero me parece que ya fué demasiado, lo que se merecía era haber perdido la cabeza por cobarde y traidor.
De vuelta a casa, conoció la desagradable noticia de que allí se conspiraba contra él, y que uno de éstos era su propio hijo Abdalá, de 22 años.
Y aquí dejo por hoy la historia de Almanzor.

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Algunos de mis lectores pensarán que me esfuerzo poco, pero no es así. Tengo que consultar muchos libros para poder escribir esta Historia, y resumir muchos de los hechos que pasaron es un trabajo que no tiene nada de fácil.
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Romance de doña Vrraca
de Anónimo
Este romance hace referencia a las quejas de Doña Urraca a su padre el rey, que reparte sus tierras entre sus hijos varones, dejando a sus hijas sin nada. Una muestra del machismo de la época.
       
        Morir vos queredes, padre,   
 San Miguel vos haya el alma;   
 mandastes las vuestras tierras   
 a quien se vos antojara:   
 a don Sancho a Castilla,   
 Castilla la bien nombrada;   
 a don Alonso a León,   
 y a don García a Vizcaya.   
 A mí, porque soy mujer,   
 dejáisme desheredada.    
 Irme yo por esas tierras   
 como una mujer errada,   
 y este mi cuerpo daría   
 a quien se me antojara:   
 a los moros por dinero,    
 a los cristianos de gracia,   
 de lo que ganar pudiere   
 haré bien por la vuestra alma.   
 Alli preguntara el rey:   
 -¿Quién es esa que así habla?    
 Respondiera el Arzobispo:   
 -Vuestra hija doña Vrraca.   
 -Calledes, hija, calledes,   
 no digades tal palabra,   
 que mujer que tal decía   
 merece de ser quemada.   
 Allá en Castilla la Vieja   
 un rincón se me olvidaba,   
 Zamora había por nombre,   
 Zamora la bien cercada;    
 de una parte la cerca el Duero,   
 de otra, peña tajada;   
 del otro la morería.   
 Una cosa muy preciada,   
 quien os la tomare, hija,   
 la mi maldicion le caiga.   
 Todos dicen amen, amen,   
 sino don Sancho, que calla.   

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