sábado, 14 de diciembre de 2019

No todos los ateos son iguales



¡Qué va!. Hay por lo menos dos clases bien definidas: Los ateos sufrientes y a los que Dios les importa un pito.
Estos últimos suelen ser gente de izquierdas, que ya han sido educados así. Yo he conocido muchos, sobre todo en el Partido Comunista (PCE)

Luego están los ateos de la Ilustración y las artes, como Voltaire , Diderot y gentuza así.

Y luego están los ateos sufrientes, cuyo principal ejemplo lo encontramos en el filósofo español Miguel de Unamuno.
Era rector de la Universidad de Salamanca  y sufría tanto porque no podía ni a tiros creer en Dios , que a veces oraba de manera un tanto pintoresca, como diciendo "Dios mío, ten piedad de este pobre ateo"
Lo pasó realmente mal, el pobre. Lo que más le aterraba era caer en la nada, que después de la muerte no hubiera nada. Decía que prefería una eternidad de sufrimientos en el infierno que caer en la puta nada.
No entendía que si después de la muerte no hubiera nada, ni se enteraría, pero la idea de desaparecer del todo le atormentaba.
A mí también a veces me pasa, pero entonces me voy a comer chocolate, vicio al que estoy enganchadísima.




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