Los dioses y los hombres.-Los días ateos

Hay veces en que pienso que las religiones son una antigüalla , algo residual, y que en unas cuantas generaciones desaparecerán. Los jóvenes no parecen que estén mucho en esta opción de rezar para conseguir favores, y mucho menos para adorar estatuas. 

Los musulmanes, tan denostados por el Occidente cristiano, a mi modo de ver están mucho más avanzados, porque rechazan de plano y con horror la idea  católica de creer que adorando estatuas van a conseguir mercedes, aunque algunos digan que no adoran a las estatuas, sino lo que ellas representan. Esto es mentira. 

La Macarena, con las esmeraldas de la Duquesa de Alba

Paso de la Macarena. Sevilla

Esperanza de Triana

Yo he visto con mis propios ojos a creyentes fijos de determinados ídolos -por no seguir llamándoles "estatuas", que ya me he repetido demasiado-, por ej., Cristos famosos, como el de Limpias, el de La Sangre..Vírgenes varias, como la de Lourdes, La Macarena, la de Montserrat, la de Lluc y un extenso etcétera , que solo creen en el ídolo de su elección. Y los otros, no cuentan para nada. Recuerdo con estupor que un chiflado hace ya algunos años rompió a estacazos las piernas del Cristo de la Sangre, imagen supervenerada en Mallorca, y que un devoto suyo dijo que ya no volvería a ir a adorarle a su iglesia, porque "ahora que está roto ya no sirve para nada".

Si esto no es idolatría pura y dura, que baje Dios y lo vea ..(que me perdone éste, por el mal chiste, que nunca se sabe...)

Romería del Rocío

Virgen del Rocío, con su enorme luna a los pies

En Sevilla los devotos de la Macarena se llevan fatal en Semana Santa con los de la Esperanza de Triana,y en la Romería del Rocío al final los hombres cogen a la imagen de la Virgen y casi la derriban.(algún año les va a pasar...) Y donde se celebra esta famosa romería, en las marismas del Rio Guadalquivir, en Huelva, y los devotos pasan una semana "de pasión" (es muy duro el camino), tienen que andar entre el barro, el sudor, las moscas y se lo toman bien, como suelen los andaluces, gente sufrida desde siglos, y luego por la noche,en vez de descansar, -alguno habrá que duerma, digo yo- debajo de los carros sigue la juerga hasta el amanecer, y luego vuelta con los caballos (los pudientes que lo tienen), y los carros de bueyes, y los de a pie...

Y si a alguno de ellos se le dijera que esta romería que ellos creen tan cristiana y en honor de la Virgen, es antiquisima y ya existía en tiempo de los fenicios,en honor de la diosa Astarté y en el mismo lugar donde se halla la Ermita de la Virgen existía un templo a ella , la diosa de la Luna, se enfadarían mucho...

Y no hay duda de que Astarté fué, en los primeros años del cristianismo,sustituída por la Virgen del Rocío. Y el que no se lo crea que mire la estatua de la Virgen, con una enorme media luna a los pies. Que no es particular de ella, sino que muchas otras representaciones católicas de la Virgen tambien tienen una luna a los pies, como muchas Inmaculadas.

Y yo, después de todas estas disquisiciones filoateas, para ser honrada debo confesar que, aunque la razón me diga que la religión es el opio del pueblo, yo, cuando estoy en apuros, acudo a Dios o a los espíritus -llamados por los catolicos las ánimas del purgatorio- , que nunca me han fallado. (esto es verdad, lo juro) o al mismo Jesús, que aunque no es Dios, me cae extraordinariamente bien y hasta me parece que le caigo bien yo (loca que estoy).

Y el truco esta en una cosa que se llama fe, que cuando se pierde a veces no se recupera nunca, y a veces sí, y otras de forma intermitente, como me ocurre a mí.

La fe mueve montañas, chicos y chicas.

Es verdad.

Amen, amen

Subhana Allah

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Nota adicional a todo lo de arriba:

Aunque ponga de chupa de dómine a la Semana Santa sevillana, tengo que confesar que me emociona hasta casi las lágrimas, y que me encanta, la emoción de ver un paso lleno de velas,balanceándose,  la Virgen llena de joyas y el tintineo de los varales de plata, los juramentos de los costaleroa y el olor de los cirios mezclado con el del azahar. 

Y en cada esquina, visita a un bar en buena compañía.

¿Puede haber algo más parecido al cielo?