
Esta palabra tan usada no entró en el diccionario hasta bien avanzado el s.XX. Viene del coronel Charles Boycott (el de la ilustración), que era el administrador de las fincas que el conde de Erne poseía en Irlanda. Este país estaba entonces en lucha por su libertad, y el famoso orador Parnell había recomendado a los campesinos que no trabajasen las tierras de los propietarios ingleses a menos que se modificara la Liga Agraria promulgada por el Parlamento Británico.El Capitán Boycott fué la víctina más sonada de la consigna. Vió como se le cerraban todos los comercios, la gente no le dirigía la palabra, le interpectaban el correo, etc. etc. Al final tuvo que ceder y volver a Inglaterra.Y, cosa paradójica, en Inglaterra abogó por los irlandeses, denunciando la opresión en que vivían. Cuando regresó a Dublín fué ovacionado por estos.
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