


Todo esto solo son divagaciones, lo que quería yo decir es que la señorta Salom ayer dió una conferencia -no sé por qué, pero lo he leído en el periódico-en la que dijo que, o nos apretábamos el cinturón, o tendríamos que cerrar por derribo. A mí me hace gracia y me da a la vesz asco que digan eso los políticos, pues como creen que somos tontos (tal vez tengan razón) ellos nunca se rebajan sus sueldazos, y cuando dejan el cargo tienen una jubilación estupenda de por vida, y encima les consiguen un enchufe en el Senado cobrando un pastizal o cosa semejante. O sea, que los que pagamos los latrocinios de los políticos corruptos somos siempre los que menos dinero tenemos, por haber sido honrados o haber nacido ya pobres. Desde luego, nuestro insigne y nunca demasiado bien ponderado Generalísimo Franco, durante 40 interminables años hizo estupendamente la labor de meter en miedo en el cuerpo al pueblo llano, y ocurre que la gente calla y acata cuando los seguidores del asesino, convertidos en ladrones cínicos, se llevan la parte del león mientras los pobretones malviven y sufren, cada vez más y más.
Cuando yo era niña iba al colegio de Las Teresianas, ahora Padre Pedro Poveda, que, como todas las monjas y gente del clero, siempre han estado del lado de los ricos. Cuando nos hablaban de aquella frase de Jesús: "Será más difícil para un rico entrar en el cielo que a un camello pasar por el ojo de una aguja", no se arredraban, y nos contaban un cuento (chino no) de que con eso lo que quería decir Jesús es que, porque había (?) en la muralla de Jerusalén una puerta muy chiquita por la cual a un camello le costaba pasar, pero lo que se dice pasar, pasaban, pues Jesús pensaba al decir esto (qué puñetas sabrían ellas de lo que pensaba Jesús. ¡Qué osadía!) que los ricos SI entraban en los cielos, pero con algunas estrecheces. Increíble pero cierto.
También, y aunque no venga a cuento, pero lo pongo por lo pintoresco, nos enseñaban a mentir sin pecar, usando un método llamado "restricción mental", que consistía en decir lo contrario de lo que se pensaba, pero murmurando para nuestros adentros: "Esto, Dios mío, ya sé que no es cierto, pero me veo obligada a decirlo". Con esto quedabas libre de toda culpa. Increíble pero cierto.
No es raro que saliese del colegio completamente anticlerical y que acabase afiliándome al Partido Comunista, harta de tanta hipocresía, y que con el tiempo también cambiase de religión, renegando de una de obsesos sexuales para convertirme al Islam, que, aunque tienen en su seno algunos elementos impresentables (es muy desconocido el Islam, y hay demasiada mala leche y prejuicios contra él) son mucho más sanos que los católicos, que han traicionado y prostituído el mensaje de Jesús (que por cierto es un gran Profeta para los musulmanes).
Si Jesús volvieram lo volverían a crucificar. Los católicos en cabeza.
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