
Escoger un nombre para un niño que va a nacer es siempre como algo mágico, y una alegría para los padres. Dependerá este nombre de diferentes criterios. Primeramente los progenitores elegirán uno que les guste a los dos, que lo encuentren bonito y suene bien. Después, la etimología (significado) del nombre también es importante, así como su connotación social. Está bien ser originales pero sin caer el el ridículo. Hay padres que se merecen palos, pues yo sé de pobre gente que se llama Camino Verde del Rio, Juan Carlos Rey de España o Margarita del Prado Grande. (si queréis reíros, no teneis más que buscar en internet una de las muchas webs de nombres raros y curiosos, y veréis de que son capaces algunos padres...)(Mi madre tenía una prima que se llamaba Luisa Pi y no quiso casarse con un chico del mismo apellido, corriente en Cataluña, por los hijos...).Pues es digno de notar que los nombres raros u originales son puestos más a las niñas que a los niños.Lo que es el colmo de la horterada es ponerles a las pobres criaturas cosas como Vanessa, Kevin y atrocidades por el estilo... Nuestro nombre es una marca de la historia de la familia y del proyecto que los padres tienen hacia sus hijos. Nunca es algo escogido al azar. Puede servir para recordar a un ser querido, sea miembro de la familia o no, a alguien famoso o admirado. La elección de un nombre es una tentativa de los padres de dominar el desconocimciento que tienen sobre la vida del neonato."Dándole un nombre determinado, se le quiere predestinar a una vida determinada, un proyecto de vida que los padres quieren para este hijo", como explica la psicóloga Anne de Somer en su libro "Romper el sortilegio de los nombres que marcan".Y este proyecto, el niño debe conocerlo para construír su identidad, lo acepte o no.
Y si no le gusta, cuando sea mayor de edad, se vaya al Registro Civil y se lo cambia, y a otra cosa, mariposa.
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