525 años después de que Colón llegase a América, la evolución del castellano en los dos continentes da lugar a equívocos divertidos. Algunos más o menos conocidos y otros más sorprendentes, especialmente en el habla coloquial:


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¿Te llamas Concha?

En latinoamérica hay 10 países donde tu nombre es sinónimo de vulva.


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¿Regresas?

Regresar no es volver a un sitio del que te habías ido. Es devolverle a alguien eso que es suyo. Y sí, es suyo. Lo tiene apuntado en un Excel. Desde hace seis años.

"Palo"

Si te da palo tener eso de tu colega desde hace tanto, eres español. Porque en América es, o bien el equivalente a nuestro polvo (“echar tres palos seguidos”) o, y ya tardaba en salir, un pene.


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Miembro viril

¿Cosas que significan pene? Machete, en Cuba y Venezuela. Aunque está más exendido machete como nuestra chuleta en los exámenes.
Pico también es pene. Aunque suponemos que porque recuerda a su acepción más extendida en América: la parte de arriba de la botella.

¿Cipote?

Pues no, nuestra palabra más cipotuda para hablar del miembro viril no tiene ese significado en América. Puede valer para hablar de un muchacho o, en Puerto Rico, referirse a un “lugar imaginario, supuestamente espantoso y muy desagradable donde se suele enviar de palabra a ciertas enemistades”. Y hasta tener significados distintos en países vecinos. En Colombia un cipote es como un berraco (que veremos luego y es bueno) pero, en Venezuela, una persona poco digna es cipotesca.

Coño

Vamos, lo que en Venezuela también llamarían un coño de persona. Que también puede ser un tacaño en otros países y hasta un español, de forma despectiva.


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¿Nos separa el tiempo?

Hasta para medir el tiempo: en España, ahora es ya, inmediatamente, mientras que en toda América ahora incluye dentro de un rato o a lo largo del día.
Con las magnitudes nos pasa lo mismo: un “pedazo de” algo no es un algo muy grande o superlativo, sino lo contrario: se queda en nuestro “intento de”.

Chucha

Chucha, cuya sonoridad grosera se refiere a la vulva. Si prefieres un término menos bestia para esa genitalia, en Cuba y República Dominicana usan bollo.

¿Y zampabollos?

Con lo que cuidado con la palabra zampabollos. Y por partida doble: porque zampar en América no es el verbo de la glotonería, sino el de arrojar algo con violencia. Así que la diferencia semántica te puede llevar a llamar a alguien “lanzavaginas”.


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Vaina

Vaina viene del latín vagina, por cierto. Pero, en España, “una vaina loca” deberías traducirla como “una movida loca”. En otros contextos, una vaina es algo molesto o incómodo. También algo de lo que no te acuerdas bien: “tenía que contarte esa vaina”. Porque su definición es “cosa o asunto cuyo nombre se desconoce, no se recuerda o no se quiere mencionar”, que es una de las definiciones que un español no sabía que necesitaba hasta conocerla.

¡Qué gomas!

Y luego está goma, que en media América no es un preservativo, sino una resaca. Y en otros tanto países, pechos femeninos: “vaya gomas”.

chaqueta

Otra palabra que puede dar para bastante sonrojo dependiendo de la orilla: chaqueta. Porque en Centroamérica (y más) no es su chamarra, sino lo que tú llamarías vulgarmente “paja” en España. Que, si lo piensas tiene sentido, con lo que lanzamos desde aquí nuestra contrapropuesta para adaptar el significado, pero evitar equívocos: rebequita.
Por cierto, que pajita, de las de beber, se dice pitillo en los países de la Gran Colombia. En México no tenemos ni idea de cómo se dice, pero sí que pitillo vuelve a significar pene.

¿Te da pena?

Si te avergüenza que hablemos tanto de cosas colgantes, tienes una expresión americana perfecta: “te da pena” que hablemos de penes. A lo mejor también te entristece, con lo que estarías uniendo en una sola expresión los dos continentes.