El 20 de abril de 1963, el
dirigente comunista Julián Grimau es asesinado por un pelotón de fusilamiento, 27 descargas de fusiles (y dos tiros de gracia) acababan con su vida. Había sido detenido a finales de 1962, sufrió graves lesiones durante los interrogatorios al ser lanzado esposado por la ventana de la comisaría. Tras un juicio militar es condenado a muerte y fusilado en Madrid. Su causa se convierte en un símbolo contra el franquismo. El Partido Comunista extendió las protestas por todo el mundo pero Franco no cedió ante las presiones internacionales que llegaron de múltiples instancias, desde el papa Juan XXIII hasta el líder soviético Nikita Kruschev. El ministro de Información era Manuel Fraga Iribarne.
Manifestación en París por la amnistía para Julián Grimau
Yo era muy joven, pero me enteré. En casa escuchábamos Redio España Independiente-Estación Pirenaica, que emitía desde el pirineo francés. Aunque siempre los franquistas le metían mucho ruido para que no se oyese bien, se oía, y así nos enterábamos del cosas como el fusilamiento de Julián Grimau, dirigente comunista. A pesar de ser mi padre militar franquista, oíamos esta emisora, y a mí me tenían dicho que no lo dijera a nadie, pues podríamos tener problemas. Yo crecí como si tal cosa fuera de lo más normal.
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Cartel del PC español en memoria de Grimau |
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