pieles no

pieles no
Pieles NO

sábado, 27 de agosto de 2016

Historia de Al-Andalus


El rey Al-Mutamid de Sevilla



Alhambra de Granada.  Mirador de Lindaraja

 
HISTORIA DE AL-ANDALUS

Cuando yo era pequeña e iba al colegio, a mí me gustaba mucho la Historia. Pero después me dí cuenta de que la Historia de España nos la habían contado muy mal, parcialmente, como si solo los protagonistas hubiesen sido los reyes cristianos. Obviaron casi por completo la apasionante historia de Al-Andalus, que era un país diferente, aparte de los reinos cristianos. Luego leí “Historia de los Musulmanes de España”, del francés Pierre Dozy, y que creo que es la mejor Historia de la España Musulmana que se ha escrito . La guardo como uno de los tesoros de mi biblioteca.


Reyes andalusies





Al-Andalus en árabe



Al-Andalus fué una civilización que irradió una personalidad propia , tanto para Occidente como para Oriente. Situada en tierra de encuentros, de cruces culturales y mestizajes, , Al-Andalus fué olvidada, después de su esplendor, tanto por Europa como por el mundo musulmán, como una leyenda hermosa que no hubiera pertenecido a ninguno de los dos mundos. 
Al-Andalus quiere decir en árabe tierra de los vándalos. Así se conoce la zona de ocupación musulmana en la Península Ibérica, que abarcó desde el año 711 hasta finales del s. XV y llegó a comprender gran parte del territorio español..La extensión del estado islámico llamado Al-Andalus varió,pues, a medida que se modificaban las fronteras, y tanto hispano-musulmanes como castellano-aragoneses avanzaban conquistando territorio. 







La pujante civilización islámica de Oriente pronto se desbordará hacia Occidente:El Magreb, España, y hasta parte de Italia y Francia. Durante el s. VIII, y a través del norte de África, penetraron en la península una serie de tribus y familias nobles árabes venidas del este, y de grupos bereberes procedentes del Magreb., que poco a poco se asentaron en tierra de Al-Andalus. Ello no significó una ruptura total con la cultura entonces imperante, la hispano-goda. Antes bien, ambas se entroncaron dando un resultado muy peculiar y autóctono, deslumbrante, que diferenció notablemente el Islam occidental del oriental.
La fusión entre arabo-bereberes e hispano-godos se produjo sin grandes traumatismos y con la naturalidad que sólo el tiempo procura. Todo esto me fue escamoteado, a mí y a todos los estudiantes de mi época, por los colegios religiosos, que pintaban a los árabes como sedientos de sangre cristiana y peleando constantemente contra los piadosos cristianos., que intentaban expulsarlos de la Península sin éxito. Esto es una mentira. Convivieron durante siglos y se mezclaron. 


Mezquita de Córdoba


Sevilla. La Torre del Oro con bandera andaluza (el verde es el color del islam)



La Alhambra de Granada, desde el Albaicín

Alhambra. Patio de los leones




Durante la segunda mitad del s.VIII se produjo una seria escisión en el imperio musulmán. Una ruptura dinástica que terminó con los Omeyas que gobernaban en Damasco, para entronar a los Abbasíes, sus enemigos, que se asentaron en Bagdad. Un príncipe omeya huido de Damasco para salvar el pellejo,Abderrahman I, penetraría en Al-Andalus formando un nuevo estado con base en Córdoba: El emirato., dependiente aún en cierto modo de Damasco.
Ocho emires se sucedieron del 756 al 929 en una época brillante culturalmente -aunque oscurecida con diversos levantamientos muladíes y mozárabes-, hasta que Abderahman III (Abd-al- Rahman quiere decir en árabe siervo del Clemente) decidió fundar un califato independiente de Damasco, y declarándose Emir-Al.Muminin (Principe de los creyentes), lo cual le otorgaba , además del poder terrenal, el poder espiritual sobre la umma, o sea la comunidad de creyentes.
Este califa, y su sucesor Al-Hakam II, supieron favorecer la integración étnico-cultural entre bereberes, árabes, hispanos y judíos. Ambos apaciguaron la población,los cristianos, construyeron y ampliaron numerosos edificios, como la maravillosa mezquita de Córdoba, y se rodearon de la inteligencia de su época. Mantuvieron contactos comerciales con Bagdad, Francia, Túnez, Marruecos, Bizancio, Italia y hasta Germanía. 
Hay una anécdota curiosa, relatada por Pierre Dozy, al que antes me he referido, en su Historia de los Musulmanes de España, que dice que el califa Al-Hakam tuvo que hacer frente a una revuelta, y que mientras los revoltosos sitiaban su palacio, él se perfumaba la barba. Sus servidores, aterrados y asombrados, le preguntaron que por qué hacía aquello, que no era momento de coqueterías. Les contestó que quería que, cuando le cortasen la cabeza, pudiese distinguirse de la de los demás súbditos suyos. Por suerte, no llegó la sangre al río. Este califa tenía la costumbre de coleccionar los cráneos de sus peores enemigos, y ponía tierra en ellos y plantaba flores. Era un esteta, vaya.
Sin embargo, no todos los sucesores de estos brillantes califas siguieron tan acertada política, sino que dejaron desbocarse el caballo del poder. Tras 22 años de fitna (guerra civil), se abolió por fin el Califato. Corria el año 1031.
Los hábitos secesionistas y rebeldes surgieron de nuevo con gran fuerza;la división y la descomposición se impusieron en Al-Andalus. Todas las grandes familias árabes, bereberes y muladíes quisieron hacerse con las riendas del país, o, al menos, de su ciudad, surgiendo por todas partes los llamados Reinos de Taifas,Muluk-al.Tawafi, que se erigieron en dueños y señores de las principales plazas. Este desmembramiento supuso el principio del fin para Al-Andalus, y ante semejante debilidad, el enemigo cristiano se creció, organizándose como nunca antes lo hiciera para combatir a los musulmanes. La primera gran victoria sobre el Islam peninsular la protagonizó Alfonso VI cuando, en 1085, tomó la importante ciudad de Toledo.


Patio del Generalife

Patio de los Leones



La unidad étnico-religiosa lograda hasta el momento también se resintió, surgiendo mercenarios, tanto musulmanes como cristianos. El más famoso de ellos fué Rodrigo Diaz de Vivar. El Cid (El Sidi, el señor, como le llamaban los árabes), que nos lo han querido pintar como un adalid del cristianismo cuando era un granuja aventurero que tanto peleaba con los cristianos como en contra. Estuvo bastante tiempo a sueldo del emir de Zaragoza. 
Estos mercenarios estaban dispuestos a combatir contra sus propios correligionarios con tal de mantener determinadas situaciones de poder. Sin embargo, en esta época surgieron relevantes figuras en el campo del saber, y, en una constante emulación de los lujos orientales, se construyeron suntuosos palacios, almunias y mezquitas y se celebraban las fiestas mas fastuosas y extravagantes de todo el Mediterráneo. Además, los árabes andalusíes eran de costumbres relajadas, bebían vino y gustaban de los placeres,haciendo caso omiso de muchos preceptos coránicos.
Mientras, a finales del s.XI, en el Magreb occidental, hoy Marruecos, surgió un nuevo movimiento político y religioso en el seno de una tribu bereber del sur, los Lamtuna, que fundaron la dinastía almorávide. En poco tiempo, su actitud de austeridad y pureza religiosa convenció a gran parte de la desencantada población, y con su apoyo emprendieron una serie de contiendas logrando formar un imperio que abarcaría parte del norte de África y Al-Andalus, que a través del rey sevillano Al.Mutamid, había pedido su ayuda para frenar el avance cristiano. Encabezados por Yusuf Ibn Tashfin, penetraron los almorávides en la península, infligiendo una severa derrota al rey Alfonso VI en Sagrajas. Pronto conseguirían acabar con los reyes de taifas y gobernar Al-Andalus, no sin cierta oposición de la población, que se rebelaba contra su talante puritano y su rigidez. Algo que no le iba nada al hedonista y liberal pueblo andalusí. A pesar de todo, la nueva situación supuso un nuevo incremento del bienestar social y económico. 
Ahora quisiera hacer un paréntesis para detenerme en la figura de Mutamid de Sevilla, uno de los reyes más románticos y de vida más novelesca que ha dado Al-Andalus. Era un rey amante de los placeres, la bebida y las mujeres, y tenía como su consejero y amigo a Ibn Amar, el famoso Abenámar de los romances. Ibn Amar era de baja extracción, y unos años mayor que Mutamid, e influyó en él notablemente. Eran grandes amigos y se querían de verdad. Ambos se corrían juntos grandes juergas, y hacían poemas y canciones en sus fiestas. Una vez, paseando por la orilla del Guadalquivir e improvisando poemas pasaron al lado de unas chicas que estaban lavando ropa en el río. Mutamid empezó un poema que decía:
-El viento convierte al rio 
en una cota de mallla...
y no se le ocurrió nada más. Abenámar tampoco estaba ese día inspirado, pero una muchacha que los oyó, contestó en voz alta:
-Mejor cota no se halla
cuando la congela el frio...
Mutamid quedó pasmado de ver que una chica podía versificar con mayor rapidez de su amigo, e inmediatamente la hizo llevar a su palacio. Como era guapa y simpática, se casó con ella. Se llamaba Romaiquia. Estaba tan enamorado que, un día en que ella le dijo que le gustaría ver la nieve, hizo plantar toda una parte del jardín de almendros para que con sus flores blancas tuviera una aproximación a la vista de su capricho. Estaba loco por ella, y con Ibn Amar hacían un trío divertido, que se entregaban a los placeres y se lo pasaban estupendamente. Pero luego las cosas se torcieron, no recuerdo bien, pero hubo unos malentendidos entre Ibn Amar y Mutamid, pero antes el rey le nombró visir de Silves. Luego metieron líos los enemigos de Ibn Amar para perderle y Mutamid se los creyó. El caso es que la historia terminó trágicamente, es muy larga y no la recuerdo así ahora de memoria, pero el caso es que Ibn Amar acabó perdiendo la cabeza literalmente, pues Mutamid se la hizo cortar, ya que le habían metido en la mente que su amigo conspiraba desde Silves contra él. Luego se arrepintió y se puso muy triste, y nunca volvió a ser el de antes. Cosas de la vida.





Alhambra de Granada. Alhambra en árabe significa "castillo rojo"

Alhambra de Granada


Patio de la Alberca



Volviendo a la historia, mientras los reinos de taifas peleaban entre ellos, los cristianos obtuvieron importantes avances, conquistando Alfonso I de Aragón Zaragoza en 1118. Al mismo tiempo, los almorávides veían amenazada su propia supremacía por un nuevo movimiento religioso surgido en el Magreb:El almohade.
Esta nueva dinastía se generó en el seno de una tribu bereber procedente del corazón del Atlas que, encabezada por el guerrero Ibn Tumart, pronto se organizó para derrotar a sus predecesores, esgrimiendo parecidos argumentos de pureza y vivificación religiosa. También desde Marrakech, gobernaron y se hicieron con las riendas de Al-Andalus, dotándolo de cierta estabilidad y prosperidad económica y cultural. Fueron grandes constructores, la gran mezquita de Sevilla fué obra suya, de la que aún subsiste la Giralda, el patio de los Naranjos y la Puerta del Perdón, con sus preciosas aldabas. 
También se rodearon de los mejores literatos y científicos de la época.Sin embargo, al igual que los almorávides, terminaron por sucumbir ante la dejadez espiritual y el relajamiento de costumbres que casi siempre caracterizó a Al-Andalus.
Cuando parecía ya todo perdido y el avance castellano era imparable, haciéndose Fernando III El Santo con una gran parte de las ciudades andalusíes,surgió una nueva dinastía, los nazaríes, de Granada. Su reino abarcaba Granada, Málaga y parte de Jaén y Murcia. Oprimido desde el norte por los reyes cristianos y desde el sur por los sultanes meriníes de Marruecos, los nazaríes establecieron un suntuoso e inestable reino. Pero Granada, a pesar de todo,fué una gran metrópoli de su tiempo y en la que se levantaron suntuosos palacios, La Alhambra, nada menos, y los jardines de El Generalife, .,mezquitas y baños públicos. Siguió asombrando a propios y a extraños hasta que en 1492 y tras varios años de intrigas palaciegas y escaramuzas con los castellano-aragoneses que acechaban sus fronteras, el reyAbu Abd-Allah, conocido por Boabdil, capituló ante los Reyes Católicos, entregándoles Granada .Lo que sigue a continuación fue un drama, pues si bien las condiciones de capitulación fueron generosas, por parte de los vencedores, poco tardaron en ser ignoradas y comenzó una persecución y culturización sin tregua de los moriscos que quedaron bajo dominio cristiano, hasta que tuvieron lugar las últimas expulsiones masivas de 1610, impulsadas por la Iglesia Católica, que tenía comido el coco a la Reina Isabel, que era una beata insoportable. Su marido, el Rey Fernando, pasaba bastante de estas cosas, y como era muy mujeriego, se dedicaba a tener amantes y muchos hijos ilegítimos. Cuando se quedó viudo se casó con una jovencita que lo llevó pronto a la tumba.
No quiero terminar esta historia de Al-Andalus sin referirme a otra personalidad grandiosa romántica y novelesca: El llamado por los cristianos Almanzor. Reinó en Córdoba y su verdadero nombre era Mohamed ben Abiamir, El Mansur, . Este fué un capitán en la corte cordobesa que enamoró a la sultana, quien se casó con él. Parece ser era “fermoso y de ancha espalda”, como dicen las crónicas. Almanzor fué el azote de los cristianos por muchos años, conquistó Santiago de Compostela e hizo transportar las campanas de la catedral a hombros de prisioneros cristianos hasta Córdoba, donde las convirtió en lámparas. Allí estuvieron hasta la caída de Al-Andalus, en que los reyes cristianos las devolvieron a Santiago a hombros esta vez de prisioneros musulmanes.
Y esta es una sucinta y pobre historia de Al-Andalus, un reino de leyenda único en el mundo,y muy mal conocido, sobre todo por los mismos españoles.


Rendición del Reino de Granada ante los Reyes Católicos

 

Etimología de la palabra "matrimonio"

El origen etimológico de la palabra matrimonio como denominación de la institución bajo ese nombre, deriva de la expresión "matrimonĭum" proveniente de dos palabras del latín: la primera "matris", que significa "matriz" (sitio en el que se desarrolla el feto) y, la segunda, "monium", que quiere decir "calidad de...", o sea, la aportación de la mujer que contrae nupcias para ser madre. En su aspecto natural implica la procreación, es decir, la multiplicación de la especie humana.




 En su aspecto legal lleva en si, además del reconocimiento social de esa práctica, una sanción jurídica (matrimonio civil) o religiosa (matrimonio eclesiástico), o ambas, a través de la celebración de uno o varios contratos que incluyen también cuestiones patrimoniales. A título comparativo, habrá que considerar también el concepto de "patrimonĭum", derivado de las palabras latinas "patris", que significa padre y "monium", que quiere decir "calidad de...", o sea, la aportación del hombre como "varón engendrador" o "progenitor" y de proveedor del sustento de la familia.



 

viernes, 26 de agosto de 2016

Cómo amistar gatos


1. El gato nuevo precisa visitar al veterinario

El primer paso para introducir a un nuevo gato en casa es pasar por el veterinario. El doctor felino necesita examinar al peludo recién llegado, evaluar su estado de salud y analizar si posee parásitos internos o externos (pulgas) que precisen tratamiento. De este modo, además, se evita que la infección pase a los felinos que ya viven en casa, ya que este tipo de parásitos suele propagarse entre los amigos de cuatro patas de un modo rápido.

Esta primera visita al veterinario también servirá para realizar las pruebas de leucemia así como el test de inmunodeficiencia felina, el llamado sida de los gatos. Estos análisis son esenciales, ya que sendas enfermedades pueden ser transmitidas al resto de los gatos de casa. "Además, aunque la leucemia sí se vacuna, no existe una inyección contra el virus de la inmunodeficiencia del gato", advierte la veterinaria.


Una vez comprobado el estado de salud del gato adoptado se pueden comenzar las presentaciones felinas, paso a paso.

2. Introducir un gato nuevo en casa, una habitación separada

Segundo paso para tener éxito con la llegada del nuevo gato: el felino necesitará una habitación para él solo durante los primeros días en casa. El nuevo peludo inquilino puede permanecer en una estancia apartada, con cama para gatos, juguetes, agua, arenero para que el felino haga sus necesidades.


 

Imagen: Werwin15

Esta separación permitirá a los gatos olerse y oírse sin someterse al estrés que implicaría un contacto directo. "Hay que asegurarse de que la habitación esté aislada del resto de gatos y que la puerta permanezca bloqueada. Esta estancia tranquila ayudará al felino recién llegado a sentirse seguro y a adaptarse antes a su nueva casa", recomienda la asociación protectora 4 Paws (cuatro patas).

Una buena idea es ofrecer al gato adoptado juguetes que ya hayan usado el resto de habitantes peludos de la casa. Y viceversa: una vez que el nuevo inquilino los haya utilizado, estos accesorios pueden sacarse al resto de los gatos para que ellos también puedan familiarizarse, poco a poco, con el olor de su nuevo peludo amigo.



3. Lograr que el gato nuevo coja confianza

Estos primeros días servirán asimismo al dueño para conocer mejor la personalidad del gato adoptado, y para estrechar los lazos afectivos con el recién llegado. Las caricias, los juguetes, rascador para el gato, las palabras suaves así como los juegos con el felino serán imprescindibles para que el recién llegado tome la confianza que precisa en casa.

"Los gatos recién llegados a una nueva vivienda no suelen estar de humor para jugar, por lo que la adaptación debe ser lo más tranquila posible, y el ambiente muy sosegado y libre de ruidos", apunta la asociación Humane Society, dedicada a encontrar casa a los perros y gatos sin hogar que la necesitan.

Otro consejo: los cachorros de gato y felinos adultos temerosos tienden a buscar el rincón más recóndito de la habitación, un refugio donde ocultarse. Este espacio puede ser la parte trasera del sofá, un hueco detrás de la estantería de los libros o cualquier hueco similar.

Lo recomendable es invitar al gato a que ocupe el centro de la habitación y evitar que se esconda. Una vez que se sienta seguro, esto logrará que gane confianza en sí mismo y pierda el temor. Pero, ¿cómo lograr que un felino asustado no trate de ocultarse?

Unas toallas o mantas pueden valer para tapar los bajos del sofá y evitar así que este inmueble le proporcione el escondite que busca. La cama del gato (mejor en alto) puede colocarse en mitad de la habitación: llenarla de juguetes y colgarle algún móvil para golpear y corretear también será un apoyo para que el tímido recién llegado gane confianza en sí mismo.

Por supuesto, las caricias y cuidados al resto de los gatos de la casa también deben incrementarse.
 

4. Presentaciones felinas en transportín, paso a paso

Las peleas entre gatos que aún no se conocen hay que evitarlas con ayuda del transportín y de los brazos del dueño durante las presentaciones

Las presentaciones entre los distintos gatos que aún no se conocen no pueden forzarse. "Los encuentros deben realizarse paso a paso", explica González. Lo ideal es utilizar el transportín para estos primeros acercamientos.

¿Cómo? Hay que colocar al gato nuevo en un lugar central de una habitación principal y frecuentada por los gatos de la casa. "Los demás gatos se acercarán a olerle, a reconocerle, poco a poco, cada uno a su ritmo", explica la veterinaria.


Un truco que funciona para animar estas primeras reuniones es colocar algunas golosinas o latas de comida para gatos a una distancia reducida del transportín. Estos comestibles ayudarán a los felinos a acercarse al gato. Y a que vean su llegada como algo positivo.

La distancia de los premios al transportín puede ir reduciéndose a lo largo de los días, con el fin de que el contacto entre los distintos felinos sea cada vez más cercano. "El intercambio de olores entre los felinos favorecerá que se acepten y a reducir el estrés, algo que puede también conseguirse con el cepillado de los gatos con el mismo accesorio", añade 4 Paws.

Estos primeros encuentros con transportín deben ser el único contacto durante los cuatro o cinco primeros días del gato en casa. Las reuniones protegidas de este modo pueden realizarse, por ejemplo, durante media hora, varias veces repartidas a lo largo del día.







5. Encuentros felinos con el gato en brazos

Imagen: Sheila Sund

Tras estos primeros cuatro o cinco días de contactos con la protección del transportín y premios, los gatos ya están preparados para entablar un acercamiento algo mayor. Sin embargo, en esta nueva etapa los felinos también necesitarán nuestra ayuda. ¿Cómo hacerlo?

Lo correcto es tomar al gato nuevo en brazos y sentarnos en un sofá o sillón cómodo, con el fin de que el resto de los peludos inquilinos puedan acercarse y tocarle. Sin embargo, no hay que soltar al nuevo gato: nosotros debemos ser mediadores de estos acercamientos.

Los gatos podrán olerse, rozar sus cuerpos y tocarse con la protección de nuestros brazos. Las palabras amables, pronunciadas en un tono suave y cariñoso serán agradecidas por todos los peludos inquilinos, y ayudarán a liberar tensiones. Si además las acompañamos de caricias y premios comestibles, el estrés se reducirá de forma notable.



Esta fase de presentaciones dura otros cuatro o cinco días. Una vez que termine el encuentro en los brazos del dueño, el nuevo inquilino debe volver a su habitación. "Todos estos encuentros controlados por nosotros servirán a los gatos para reubicar poco a poco al nuevo felino en la familia, y encontrarle su espacio", dice González.

Los gatos tienden a organizarse y repartirse tanto el espacio como los horarios. Por ello, estas reuniones vigiladas servirán para que los gatos de casa encuentren, poco a poco, el hueco que le corresponde al nuevo peludo inquilino de casa.

La llegada de un nuevo gato a casa puede ser motivo de conflictos con los demás miembros felinos de la familia, pero desaparecerán si conseguimos que la toma de contacto entre ellos sea adecuada.




6. Encuentros entre gatos vigilados

Diez días después de su llegada a casa, los gatos ya están preparados para encontrarse sin la mediación física del transportín o la protección total de los brazos del dueño. Llega el ansiado momento de que los felinos puedan inspeccionarse, olerse, tocarse y, por supuesto, de jugar en libertad.

Estos encuentros, sin embargo, también deben ser supervisados por nosotros. Tampoco hay que dejarles juntos si nos vamos de casa hasta que no se esté seguro de que los conflictos han cesado.




Aunque es normal que algún felino bufe un poco o sea algo más gruñón que los demás, las peleas entre gatos no son productivas y deben evitarse: solo servirán para hacerse daño y aumentar la agresividad entre los felinos. Las refriegas entre felinos, si se dan, hay que pararlas de golpe: separar a los gatos y volver a intentarlo más tarde. Este tipo de peleas, sin embargo, no siempre se dan, y cuando ocurren, se reducen con el tiempo.

Sin embargo, si la adaptación se hace del modo correcto, es muy extraño que haya problemas o que las refriegas entre los peludos inquilinos se prolonguen. Con nuestra ayuda, los bufidos darán -poco a poco- paso a los juegos y, con ellos, lo normal es que florezca la amistad entre los gatos de casa.

¡Feliz bienvenida a la familia felina, amigo gato!

Gatas y gatos amigos que se pelean

Dos gatos amigos pueden pelearse, o tratar de hacerlo, de modo ocasional durante los primeros meses de convivencia. "Estas peleas suelen ser algo más frecuentes cuando se trata de dos gatas", explica la veterinaria Patricia González.


Las trifulcas entre felinos deben ser frenadas: hay que convencer a los gatos de que deben ser amigos y de que, además, esta amistad les reportará más beneficios que perjuicios. En la mayor parte de las ocasiones, las peleas entre gatos que viven en la misma casa desaparecen, de forma que solo el 10% de los felinos compañeros de piso las mantienen a lo largo de los meses de forma esporádica, según la estadística de tenencia de animales domésticos elaborada por la Asociación Americana de Veterinarios.

La paciencia, los premios duplicados, los mimos multiplicados, los juegos compartidos y animados por el dueño y las caricias a dos, tres o cuatro bandas (en función de los gatos que haya en casa) serán una ayuda esencial para lograr que los gatos adoptados tengan el hogar que se merecen. Y unos amigos peludos con el que compartirlo.