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Pieles NO

jueves, 28 de febrero de 2013

Los adoradores de estatuas y otras supersticiones curiosas

Devotas del Cristo aguantando mecha días y días

Cola de devotos

Toda esta gente que se ve en la larguiiiiiiiiiiisima cola, la mayoría señoras talluditas, hace días (con sus heladas noches) que hacen cola en Madrid para besar los pies al Cristo de Medinaceli, estatua considerada por los madrileños como muy milagrosa. Esta gente se va con banquetas, forrada de abrigos y bufandas, y hasta plásticos para la lluvia, y aguantan casi sin comer dos, tres días, lo que haga falta, para pedir al Cristo que les ayude en la penosa crisis que padecemos. Teniendo en cuenta que la mayoría son gente mayor, no sé si se van a acatarrar o algo peor, porque en Madrid hace un frío que pela ahora.
Los periodistas llaman a esto "fe", pero a mí me da rabia, pues yo soy de religión musulmana, y me parece aberrante que hagan tanto sacrifio y expongan la salud para adorar a una estatua. Porque esta clase de gente, como los devotos de cualquier otra imagen , creen a pies juntillas que solo la suya es milagrosa, y por ejemplo, en Palma donde vivo. se ven escenas similares para besar los pìes del Cristo de la Sangre, que aquí es considerada también muy milagrosa. Las demás estatuas que representan a JC no valen, tiene que ser ésta. La de Medinaceli o la de la Sangre. Y así en España, cada lugar tiene su virgen o su santo, o su cristo, que es el único que hace milagros y "que sirve". Si esto no es idolatría pura y dura, que baje Dios y lo vea (valga la expresión). Si les dijeran a estas mujeres que otro Cristo de otro lado, como el de la Sangre de aquí, es más milagroso, no lo entenderían y se enfadarían, porque el que vale solo es el suyo.
Yo, incluso cuando era cristiana, algo me decía que esto era aberrante, y nunca fuí devota de estatuas de la Virgen, de cristos ni de santo ninguno. Yo me dirigía al Jefe, a Dios, sin intermediarios.
Tengo una amiga,musulmana  de Argel, que  ahora vive aquí, y me decía incrédula que no podía comprender como la gente adoraba estatuas.
En esto los musulmanes lo han sabido hacer mejor que los cristianos. No permiten representar a Dios de ninguna forma, y no tienen santos, y así nadie cae en estas barbaridades propias de países atrasados.
Yo jamás he llevado amuletos y medallas. Solo, si son muy bonitos, como un adorno. Pero jamás he creído que sirviesen para nada. Pero aquí la gente cree que les pueden proteger de muchos males, y hay quien lleva la Cruz de Caravaca y a lo mejor son ateos, pero es que la dichosa cruz es un amuleto muy potente,por lo que parece, para ellos.
Yo´conocía a una señora que era bastante pobre, y la mujer había comprado un elefante de esos con la trompa hacia arriba (de loza, claro...no como el que cazó el rey) , bastante grande y lo había colocado en el recibidor de su casa.  Me decía, chasqueada, que "No sé que pasa, pero ya lleva ahí dos meses, y nadie ha venido a casa a traerme ningún dinero..."
Yo no dije nada, claro.
También hay mucha gente que tiene en su casa una planta llamada "del dinero", porque sus hojas son redonditas como monedas, y es muy apreciada por lo mismo que el elefante.
Muchos tenderos tienen en su establecimiento una estatuilla de San Pancracio, y la costumbre es ponerle un ramito de perejil en un vasito con agua. Yo nunca he sabido si al santo le gustaba esta hierba, ni de donde viene esta costumbre. Podría ser antiquísima, y yo he pensado incluso que como la iglesia católica reconvirtió muchos dioses paganos en santos cristianos, que tan vez este santo pudiera haber sido el dios romano Mercurio, que era el patrón de los comerciantes y de los ladrones. (Aquí que nadie se enfade, por Dios, que no lo hago para molestar a los primeros. No me lo he inventado yo, sino los romanos,la culpa es de los romanos, hace ya más de dos mil años, y no sé sus motivos...)
Cuando en la tienda pancraciana no hacen caja, algunos cogen a la estatuilla del santo y la ponen al revés,con la cabeza dentro del agua y le quitan el perejil, por inútil. Menos mal que los jóvenes parece que estan abandonando estas costumbres... Si yo cambié de religión en gran parte fué por estas barbaridades, que yo cuando pequeña ya me escandalizaban un poco, y en el Islam ,esos sí que se horrorizan, con razón, de las creencias "cristianas".
Me parece muy bien que se enfaden cuando quieren hacer películas sobre el profeta Mohammed o sobre algún tema religioso suyo. Ellos saben defender su fe, cosa que los cristianos deberían imitar un poco. Porque hacen hacer el ridículo al pobre Isa (Jesús para ellos, y considerado un gran profeta. ) y no se dan cuenta que con estas supersticiones-que la Iglesia nunca se ha molestado en atajar- hacen a sus creencias más mal que bien.

Canciones de la guera de España

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Obas de arte que en su día escandalizaron

Las bañistas, de Courbet
No recuerdo el nombre del artista de esta estampa japonesa.Por cierto, al arte erótico japonés, ellos le llaman "shunga"

Esta estampa de Hokusai, que representa un pulpo amoroso, escandalizó mucho cuando la conocieron en Europa.- Y es que Hokusai pintaba cada cosa...
Los europeos se escandalizaban mucho con estos cuadros, pero los japoneses se escandalizaban más con los cuadros de Courbet, por ejemplo, porque pensaban que era de muy mal gusto pintar esas entrepiernas femeninas tan peludas.

Hay gente pa tó. Y gustos culturales muy diferentes. Lo que escandaliza aquí es visto normal allá y viceversa.Lo que viene a confirmar que  nada es verdad ni mentira, sino todo es según el cristal con que se mira. Sobre todo lo que está relacionado con las costumbres sexuales.
Por ejemplo, los musulmanes creen -porque está en el Corán- que el coito entre casados es una oración a Dios, mientras sea placentero. Cosa que horroriza a los  los cristianos . Pase que no sea pecado, pero de ahí a pensar que los orgasmos son oraciones... A mí me enseñaron de pequeña que el placer sexual era un mal menor, pues no había una forma más decente de tener hijos. Y no hace tanto tiempo, que una mujer decente tomaba como sacrificio el tener que hacer ñaca ñaca con el marido, y solo lo consentía para la reproducción. Y luego iban y se lo contaban a su confesor... (Aquí -----------
------------------- poner lo que hacía luego el confesor..

Encuentro que este post me ha salido un tanto salido, perdonen las personas escandalizables.
Pero a mí todo esto no me escandaliza nada. Lo que SÍ lo hace de verdad, es por ejemplo, contemplar maltratos y torturas a seres indefensos, como niños y animales.
Rarita que es una.

*********************

ACLARACION:

Si todo esto está repe más abajo no es culpa mía, sino de mi gata Loli, que inopinadamente ha saltado encima de mi teclado con sus seis kilos de gata gorda y no lo he podido arreglar.


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Más abajo hay más cosas!!!!!!!!!!!!!











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FOROJOVENES
Predeterminado Karakorum | 17 ene 2012, 16:38



Dos pintores franceses impresionistas causaron escándalo con sus obras.
por convertirse en símbolos de rebeldía frente al academicismo imperante, escandalizando a la mayor parte de la sociedad por su nueva forma de representar el desnudo femenino.

El primero en causar un notable alboroto fue Édouard Manet, al exponer una obra titulada El baño en el llamado Salón de los rechazados de 1863 (una exposición alternativa para los artistas no invitados Salón oficial). Hoy la pintura —célebremente conocida con el título de Almuerzo sobre la hierba— apenas llama la atención, pero en su día provocó un escándalo de dimensiones colosales.


En la imagen aparecen dos mujeres desnudas junto a dos hombres vestidos, y éste era uno de los problemas. En aquellas fechas, los desnudos plasmados en cualquier obra de arte resultaban aceptables siempre y cuando remitieran a algún tema mitológico. Representar sin ropa a damas "de carne y hueso" era algo totalmente inaceptable. Para mayor escándalo, los hombres iban vestidos, y además, parte de los personajes eran perfectamente reconocibles: la dama que aparece en primer término era Victorine Meurent (una modelo profesional), y los hombres eran el hermano del propio Manet (Gustave) y quien sería más tarde su cuñado, Ferdinand Menhoff.

Si el Almuerzo… resultó toda una provocación, otra de sus pinturas La Olimpia, no se quedó atrás. Manet pintó esta obra en el mismo año que la anterior, pero no fue hasta dos años después cuando se expuso en el Salón de 1865. Al igual que en la ocasión anterior, el escándalo fue sonado.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (1115x749px y 130KB).

La pintura muestra este caso a una dama desnuda recostada, y una sirvienta a su lado sosteniendo unas flores. En principio, el tema del desnudo no tenía porque resultar indecoroso, pues existían multitud de representaciones de Venus y otras figuras mitológicas que eran aceptadas sin problema.


La diferencia, en este caso, es que la mujer de la pintura de Manet aparece en actitud desafiante, mirando directamente al espectador e integrándolo en la obra. Además, hay otro detalle que lo diferencia con obras anteriores: esta falsa Venus no está desnuda del todo, pues va adornada con un lacito en el cuello, una pulsera y unos zapatos de tacón. Cualquier espectador de la época habría identificado al instante que la mujer del cuadro era una prostituta. Ese era el motivo principal del escándalo.

Manet consiguió incomodar a buena parte de sus contemporáneos, pero no fue el único. Otro pintor del momento, el también francés Gustave Courbet, no tardó en convertirse en adalid del antiacademicismo, causando igualmente no poco revuelo.

Courbet fue uno de los principales representantes del realismo (no en vano se le llamó 'el apóstol de lo feo'), y no dudó en criticar la hipocresía de la pintura academicista, que veía con buenos ojos las obras de carácter erótico —e incluso pornográfico— siempre que retrataran un tema mitológico, y al mismo tiempo criticaba las pinturas con desnudos que se alejaran de ese esquema.

En Las bañistas (1853), el pintor de Ornans se adelantó a Manet a la hora de representar a mujeres convencionales —no mitológicas— desnudas o a punto de desnudarse. Al parecer, Napoleón III tuvo ocasión de ver la pintura y le disgustó tanto que golpeó la obra con su fusta. Hoy la imagen puede parecernos de lo más inocente, pero en su momento causó un notable revuelo.


Curiosamente, otra de sus obras, El sueño (1866), en la que muestra una muy probable escena lésbica, con una carga erótica evidente, no resultó tan problemática pues recordaba algunas de las pinturas de grandes maestros como Tiziano y había referencias clásicas.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (800x530px y 209KB).

La que sin duda habría sido la pintura más escandalosa de Courbet, sin embargo, nunca fue vista por el público de su época, pues estaba destinada a la contemplación privada. El pequeño óleo (de 46 por 55 centímetros) fue encargado, al parecer, por Khalil Bey, un diplomático otomano que vivía en París, quien también le había encargado la pintura de El sueño.
Yo he leído otra versión, que dice que fué un encargo del sultán de Turquía Mehmet II, que la quería para poner en su hammam.(baño turco). Caprichitos de sultanes. Debía ponerle más que su harén entero...

Hoy la obra se conoce como El origen del mundo (1866) y muestra un primer plano de un pubis femenino, con un notable grado de realismo, lo que reforzaba su carácter erótico. La pintura de Courbet suponía toda una novedad, sobre todo por la forma en la que "fragmenta" el cuerpo femenino, cortando brazos, piernas y cabeza de la mujer, centrando el punto de interés en el vello púbico.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (516x425px y 28KB).

Fue, precisamente, una de las cosas que reprochó uno de los pocos espectadores que pudieron contemplar la obra en su momento, Maxime Du Camp, quien señaló ácidamente que el artista había cometido "un olvido inconcebible" al no representar el resto del cuerpo de la dama.


Tras un azaroso y singular peregrinar por distintas manos —en la Segunda Guerra Mundial fue robado por los nazis, y más tarde pasó a manos del ejército soviético—, en la actualidad se encuentra expuesto en el parisino Museo de Orsay, donde sigue causando asombro entre los visitantes que desconocen su existencia.

Como curiosidad, los responsables del museo explican que suelen recibir quejas de algunos visitantes que se sienten ofendidos por lo explícito de la obra al mismo tiempo que, curiosamente, la postal con la pintura de El origen del mundose encuentra entre las más vendidas de la tienda del museo.
 











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Predeterminado Karakorum | 17 ene 2012, 16:38 - Obras de arte que causaron polémica


El panorama artístico actual está plagado de artistas "transgresores y provocadores", bien porque lo son realmente, bien porque así los califica la crítica o incluso ellos mismos. Sin embargo, este binomio arte-provocación no es, ni mucho menos, algo reciente.

En la segunda mitad del siglo XIX, dos pintores franceses sobresalieron entre sus contemporáneos por convertirse en símbolos de rebeldía frente al academicismo imperante, escandalizando a la mayor parte de la sociedad por su nueva forma de representar el desnudo femenino.

El primero en causar un notable alboroto fue Édouard Manet, al exponer una obra titulada El baño en el llamado Salón de los rechazados de 1863 (una exposición alternativa para los artistas no invitados Salón oficial). Hoy la pintura —célebremente conocida con el título de Almuerzo sobre la hierba— apenas llama la atención, pero en su día provocó un escándalo de dimensiones colosales.


En la imagen aparecen dos mujeres desnudas junto a dos hombres vestidos, y éste era uno de los problemas. En aquellas fechas, los desnudos plasmados en cualquier obra de arte resultaban aceptables siempre y cuando remitieran a algún tema mitológico. Representar sin ropa a damas "de carne y hueso" era algo totalmente inaceptable. Para mayor escándalo, los hombres iban vestidos, y además, parte de los personajes eran perfectamente reconocibles: la dama que aparece en primer término era Victorine Meurent (una modelo profesional), y los hombres eran el hermano del propio Manet (Gustave) y quien sería más tarde su cuñado, Ferdinand Menhoff.

Si el Almuerzo… resultó toda una provocación, otra de sus pinturas La Olimpia, no se quedó atrás. Manet pintó esta obra en el mismo año que la anterior, pero no fue hasta dos años después cuando se expuso en el Salón de 1865. Al igual que en la ocasión anterior, el escándalo fue sonado.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (1115x749px y 130KB).

La pintura muestra este caso a una dama desnuda recostada, y una sirvienta a su lado sosteniendo unas flores. En principio, el tema del desnudo no tenía porque resultar indecoroso, pues existían multitud de representaciones de Venus y otras figuras mitológicas que eran aceptadas sin problema.


La diferencia, en este caso, es que la mujer de la pintura de Manet aparece en actitud desafiante, mirando directamente al espectador e integrándolo en la obra. Además, hay otro detalle que lo diferencia con obras anteriores: esta falsa Venus no está desnuda del todo, pues va adornada con un lacito en el cuello, una pulsera y unos zapatos de tacón. Cualquier espectador de la época habría identificado al instante que la mujer del cuadro era una prostituta. Ese era el motivo principal del escándalo.

Manet consiguió incomodar a buena parte de sus contemporáneos, pero no fue el único. Otro pintor del momento, el también francés Gustave Courbet, no tardó en convertirse en adalid del antiacademicismo, causando igualmente no poco revuelo.

Courbet fue uno de los principales representantes del realismo (no en vano se le llamó 'el apóstol de lo feo'), y no dudó en criticar la hipocresía de la pintura academicista, que veía con buenos ojos las obras de carácter erótico —e incluso pornográfico— siempre que retrataran un tema mitológico, y al mismo tiempo criticaba las pinturas con desnudos que se alejaran de ese esquema.

En Las bañistas (1853), el pintor de Ornans se adelantó a Manet a la hora de representar a mujeres convencionales —no mitológicas— desnudas o a punto de desnudarse. Al parecer, Napoleón III tuvo ocasión de ver la pintura y le disgustó tanto que golpeó la obra con su fusta. Hoy la imagen puede parecernos de lo más inocente, pero en su momento causó un notable revuelo.


Curiosamente, otra de sus obras, El sueño (1866), en la que muestra una muy probable escena lésbica, con una carga erótica evidente, no resultó tan problemática pues recordaba algunas de las pinturas de grandes maestros como Tiziano y había referencias clásicas.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (800x530px y 209KB).

La que sin duda habría sido la pintura más escandalosa de Courbet, sin embargo, nunca fue vista por el público de su época, pues estaba destinada a la contemplación privada. El pequeño óleo (de 46 por 55 centímetros) fue encargado, al parecer, por Khalil Bey, un diplomático otomano que vivía en París, quien también le había encargado la pintura de El sueño.

Hoy la obra se conoce como El origen del mundo (1866) y muestra un primer plano de un pubis femenino, con un notable grado de realismo, lo que reforzaba su carácter erótico. La pintura de Courbet suponía toda una novedad, sobre todo por la forma en la que "fragmenta" el cuerpo femenino, cortando brazos, piernas y cabeza de la mujer, centrando el punto de interés en el vello púbico.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (516x425px y 28KB).

Fue, precisamente, una de las cosas que reprochó uno de los pocos espectadores que pudieron contemplar la obra en su momento, Maxime Du Camp, quien señaló ácidamente que el artista había cometido "un olvido inconcebible" al no representar el resto del cuerpo de la dama.


Tras un azaroso y singular peregrinar por distintas manos —en la Segunda Guerra Mundial fue robado por los nazis, y más tarde pasó a manos del ejército soviético—, en la actualidad se encuentra expuesto en el parisino Museo de Orsay, donde sigue causando asombro entre los visitantes que desconocen su existencia.

Como curiosidad, los responsables del museo explican que suelen recibir quejas de algunos visitantes que se sienten ofendidos por lo explícito de la obra al mismo tiempo que, curiosamente, la postal con la pintura de El origen del mundose encuentra entre las más vendidas de la tienda del museo.
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Predeterminado Karakorum | 17 ene 2012, 16:38 - Obras de arte que causaron polémica


El panorama artístico actual está plagado de artistas "transgresores y provocadores", bien porque lo son realmente, bien porque así los califica la crítica o incluso ellos mismos. Sin embargo, este binomio arte-provocación no es, ni mucho menos, algo reciente.


En la segunda mitad del siglo XIX, dos pintores franceses sobresalieron entre sus contemporáneos por convertirse en símbolos de rebeldía frente al academicismo imperante, escandalizando a la mayor parte de la sociedad por su nueva forma de representar el desnudo femenino.

El primero en causar un notable alboroto fue Édouard Manet, al exponer una obra titulada El baño en el llamado Salón de los rechazados de 1863 (una exposición alternativa para los artistas no invitados Salón oficial). Hoy la pintura —célebremente conocida con el título de Almuerzo sobre la hierba— apenas llama la atención, pero en su día provocó un escándalo de dimensiones colosales.


En la imagen aparecen dos mujeres desnudas junto a dos hombres vestidos, y éste era uno de los problemas. En aquellas fechas, los desnudos plasmados en cualquier obra de arte resultaban aceptables siempre y cuando remitieran a algún tema mitológico. Representar sin ropa a damas "de carne y hueso" era algo totalmente inaceptable. Para mayor escándalo, los hombres iban vestidos, y además, parte de los personajes eran perfectamente reconocibles: la dama que aparece en primer término era Victorine Meurent (una modelo profesional), y los hombres eran el hermano del propio Manet (Gustave) y quien sería más tarde su cuñado, Ferdinand Menhoff.

Si el Almuerzo… resultó toda una provocación, otra de sus pinturas La Olimpia, no se quedó atrás. Manet pintó esta obra en el mismo año que la anterior, pero no fue hasta dos años después cuando se expuso en el Salón de 1865. Al igual que en la ocasión anterior, el escándalo fue sonado.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (1115x749px y 130KB).

La pintura muestra este caso a una dama desnuda recostada, y una sirvienta a su lado sosteniendo unas flores. En principio, el tema del desnudo no tenía porque resultar indecoroso, pues existían multitud de representaciones de Venus y otras figuras mitológicas que eran aceptadas sin problema.


La diferencia, en este caso, es que la mujer de la pintura de Manet aparece en actitud desafiante, mirando directamente al espectador e integrándolo en la obra. Además, hay otro detalle que lo diferencia con obras anteriores: esta falsa Venus no está desnuda del todo, pues va adornada con un lacito en el cuello, una pulsera y unos zapatos de tacón. Cualquier espectador de la época habría identificado al instante que la mujer del cuadro era una prostituta. Ese era el motivo principal del escándalo.

Manet consiguió incomodar a buena parte de sus contemporáneos, pero no fue el único. Otro pintor del momento, el también francés Gustave Courbet, no tardó en convertirse en adalid del antiacademicismo, causando igualmente no poco revuelo.

Courbet fue uno de los principales representantes del realismo (no en vano se le llamó 'el apóstol de lo feo'), y no dudó en criticar la hipocresía de la pintura academicista, que veía con buenos ojos las obras de carácter erótico —e incluso pornográfico— siempre que retrataran un tema mitológico, y al mismo tiempo criticaba las pinturas con desnudos que se alejaran de ese esquema.

En Las bañistas (1853), el pintor de Ornans se adelantó a Manet a la hora de representar a mujeres convencionales —no mitológicas— desnudas o a punto de desnudarse. Al parecer, Napoleón III tuvo ocasión de ver la pintura y le disgustó tanto que golpeó la obra con su fusta. Hoy la imagen puede parecernos de lo más inocente, pero en su momento causó un notable revuelo.


Curiosamente, otra de sus obras, El sueño (1866), en la que muestra una muy probable escena lésbica, con una carga erótica evidente, no resultó tan problemática pues recordaba algunas de las pinturas de grandes maestros como Tiziano y había referencias clásicas.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (800x530px y 209KB).

La que sin duda habría sido la pintura más escandalosa de Courbet, sin embargo, nunca fue vista por el público de su época, pues estaba destinada a la contemplación privada. El pequeño óleo (de 46 por 55 centímetros) fue encargado, al parecer, por Khalil Bey, un diplomático otomano que vivía en París, quien también le había encargado la pintura de El sueño.

Hoy la obra se conoce como El origen del mundo (1866) y muestra un primer plano de un pubis femenino, con un notable grado de realismo, lo que reforzaba su carácter erótico. La pintura de Courbet suponía toda una novedad, sobre todo por la forma en la que "fragmenta" el cuerpo femenino, cortando brazos, piernas y cabeza de la mujer, centrando el punto de interés en el vello púbico.

Haz click en esta barra para ver la imagen completa (516x425px y 28KB).

Fue, precisamente, una de las cosas que reprochó uno de los pocos espectadores que pudieron contemplar la obra en su momento, Maxime Du Camp, quien señaló ácidamente que el artista había cometido "un olvido inconcebible" al no representar el resto del cuerpo de la dama.


Tras un azaroso y singular peregrinar por distintas manos —en la Segunda Guerra Mundial fue robado por los nazis, y más tarde pasó a manos del ejército soviético—, en la actualidad se encuentra expuesto en el parisino Museo de Orsay, donde sigue causando asombro entre los visitantes que desconocen su existencia.

Como curiosidad, los responsables del museo explican que suelen recibir quejas de algunos visitantes que se sienten ofendidos por lo explícito de la obra al mismo tiempo que, curiosamente, la postal con la pintura de El origen del mundose encuentra entre las más vendidas de la tienda del museo.

 






















Sickert - El cuarto de Jack el Destripador.




 
 
 
 
 









En años recientes, el nombre de Sickert ha estado conectado con Jack el Destripador. Sickert mismo estaba interesado en el crimen y comentó que él se había alojado en el cuarto que utilizó el asesino múltiple, siendo ésta afirmación realizada por su casera la cual sospechaba del huésped anterior. Pintó el cuarto, dándole el título de El cuarto de Jack el Destripador, retratándolo oscuro, empollado, casi en un espacio ininteligible. La pintura está en la galería de arte de la ciudad de Mánchester.

En 1976, Stephen Knight afirmó en su obra Jack the Ripper: The Final Solution, que Sickert había sido forzado a participar como cómplice en los asesinatos del Destripador. Esta información fue proporcionada por un hombre que alegó ser hijo ilegítimo de Sickert. De esto se desarrolló la popular teoría de la conspiración monárquico-masónica. Jean Overton Fuller, en Sickert y los Crímenes del Destripador (1990), clamaba que Sickert era el asesino real en vez de apenas un cómplice. Las opiniones de Knight y Fuller no han sido extensamente aceptadas entre los eruditos del Destripador. La novela-ensayo de Patricia Cornwell “Retrato de un asesino.

Jack el Destripador. Caso cerrado” supone la obra más actual que vuelve a traer a la luz pública la nominación de Walter Sickert a la identidad de Jack el Destripador (hipótesis que se comenta en el apartado siguiente).

Pero la figura de este artista había resultado asociada a las matanzas victorianas en función de propuestas en extremo dudosas ya desde larga data. Rastreando en la implicación del pintor con los homicidios del East End londinense cabría tener presente a las naraciones que el propio esteta hacía circular en reuniones sociales, en las cuales era bien conocido por su histrionismo y por su afán de constituirse en centro de la atención. De tal modo, pretendería que los arrendadores de una casa de huéspedes donde se alojó le contaron que el anterior inquilino de esa habitación había sido un acomplejado estudiante de veterinaria con extraños hábitos, a quien sus padres vinieron a buscar y lo trasladaron a la localidad de Bournemourth, de donde era oriundo, para internarlo en un hospital psiquiátrico. El motivo: ocultar la vergüenza, dado que su insano hijo era el homicida serial de Whitechapel intensamente buscado por la policía de Scotland Yard, y a quien también se conocía bajo el tenebroso alias delictivo de Jack el Destripador.

Como puede apreciarse, el impresionista se introdujo por sí sólo en la trama de aquellos sórdidos crímenes. Pero andando el tiempo otras personas estarían ansiosas de involucrarlo a su pesar. El inicial de estos acusadores lo conformó Mr.Joseph Gorman el cual adujo, sin pruebas convincentes, ser su hijo natural y, asimismo, sostuvo que su madre Alice Margaret Crook (presunta amante de Sickert) devenía hija natural del Príncipe Albert Víctor. El imaginativo Gorman suministraría material a un emprendedor periodista llamado Stephen Knight, quien en el año 1976 publicó un ensayo revolucionario en la historia de aquellos misteriosos asesinatos victorianos titulado “Jack el Destripador. La Solución Definitiva”.


Fuente: Una Teoría más sobre Jack el Destripador David Garriga Guitart

Otras obras del artista:



 



 















Joven virgen autosodomizada por su propia castidad




 







 


 






¿Cómo convivir con los malos recuerdos?

¿Cómo convivir con los malos recuerdos?
Una situación trágica o delicada, en ocasiones, se repite en nuestra memoria sin cesar. Aprende a convivir con los malos recuerdos.
Los malos recuerdos nos persiguen, nos acosan. Para escapar, caemos en la tentación de enterrarlos en lo más profundo, lo que aumenta el riesgo de que resurjan con mayor intensidad, cuando menos lo esperamos. Un ejemplo: una señora estalló de pronto en sollozos durante una sesión de trabajo en grupo sobre la memoria. El tema de la conversación era banal: los grandes inventos, particularmente, el teléfono. Al parecer, el teléfono tenía algún tipo de relación con un problema muy doloroso que había tenido con su padre. Hasta entonces no había hablado de ello con nadie y había sobrellevado el recuerdo como una herida sin cicatrizar. Contar la historia la consoló. Sin la menor duda, la solución pasa en gran medida por ahí: para convivir con los malos recuerdos, hace falta hablar de ellos con alguien de confianza, echarlos fuera uno a uno, tomándonos el tiempo que sea necesario. Así, los hacemos volver al lugar que les corresponde y podremos encontrar energía para disfrutar de las cosas agradables de la vida.Plusesmas.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Verdades como puños






Las barbaridades de Toni Cantó.

Comentarios del diputado de UPyD Toni Cantó

Este Toni Cantó no para de sorprendernos. Pienso que, o tiene unas tremendas ansias de protagonismo, o algo le falla en el coco, o quien sabe qué. Hace un par de días soltó aquello de que "los animales no tienen derecho a la vida ni a la libertad", cuando se estaba discutiendo en el Congreso el declarar la fiesta de los toros "bien histórico-cultural-artistico" (¡Madre  mía...!).
Pues ahora ha dicho que la mayoria de las denuncias de  mujeres maltratadas eran falsas.Y que había también muchos hombres maltratados. Claro que hay hombres maltratados, pero son una minoria, y están reunidos en asociación. Además a los hombres les da vergüenza confesarlo y muchas veces callan. Pero de ahí a decir que la mayoría de las denuncias por malos tratas a mujeres son falsas, va un abismo. Qué disparate. Este señor es muy peligroso.
El diputado Toni Cantó y su jefa, Rosa Díez, de UPyD

«La mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas, y los fiscales no las persiguen». Esta rotunda afirmación en Twitter de Toni Cantó, diputado nacional por Unión Progreso y Democracia (UpyD), está incendiando este lunes la popular red social. Asimismo, el actor denuncia que las estadísticas públicas sobre el maltrato contra la mujer «son sesgadas».
Cantó asegura también que «casi el 5% de los mayores de 18 años ha pasado por un procedimiento judicial por violencia de género. La mitad han pasado por dependencias policiales sin pruebas». Afirma que un tercio de los muertos por violencia doméstica en España son hombres, aunque no aclara quién es el causante de esas muertes, si la esposa, los hijos o los padres.
Por otra parte, el actor se pregunta también en Twitter: «¿Sabían que la UE paga 3.200 euros por cada denuncia por malos tratos? Desde 2004 nos han entrado así 2.080.000.000. ¿Qué gobierno renuncia a eso?». Toni Cantó asegura en sus «tuits» que ha obtenido estos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

domingo, 24 de febrero de 2013

Frases hechas del castellano

Quien se fue a Sevilla, perdió su silla

Durante el reinado de Enrique IV (1425-1474), le fue concedido el arzobispado de Santiago de Compostela a un sobrino del arzobispo de Sevilla, don Alonso de Fonseca. Dado que el reino de Galicia andaba revuelto, el arzobispo electo pensó que la toma de posesión del cargo no iba a ser cosa sencilla, por lo que pidió ayuda a su tío. Don Alonso se desplazó al reino gallego, pero pidió a su sobrino que se ocupara del arzobispado sevillano durante su ausencia. El arzobispo, tras lograr serenar los ánimos de los gallegos, regresó a Sevilla, pero se encontró con que su sobrino no quería dejar de ningún modo la silla hispalense. Para que desistiera, no sólo fue necesario un mandato del Papa, sino que interviniera el rey y que algunos de sus seguidores fuesen ahorcados tras un breve proceso. A raíz de este trágico suceso nace el refrán quien se fue a Sevillla, perdió su silla. De él se deduce que la ausencia perjudica, no al que se fue a Sevilla, sino al que se fue de ella.

Vérsele el plumero

Este dicho tan recurrente se usa para indicar que una persona deja traslucir de forma involuntaria sus verdaderas intenciones o pensamientos en un asunto. Indudablemente, su origen se encuentra en la fábula La corneja y los pájaros, escrita por el griego Esopo en el siglo VI a. de C. La fábula cuenta que Júpiter, el padre los dioses, para nombrar al rey de los pájaros, señaló una fecha en la que todas las aves deberían comparecer ante él, para así elegir a la más bella. Todos los pájaros se acercaron a la orilla del río para acicalarse y arreglarse el plumaje. La corneja, consciente de su fealdad, se dedicó a recoger las plumas que se habían desprendido de los otros pájaros y se las prendió en el cuello. Al llegar el día señalado por Júpiter, todas las aves acudieron al concurso. De todos los plumajes, el de la corneja resultó ser el más bello y elegante. Pero cuando estaba a punto de ser coronada, los demás pájaros, indignados por el engaño, se le echaron encima y cada cual arrancó del penacho las plumas que le pertenecían. Y la corneja no consiguió el tan preciado puesto, por vérsele el plumero, o sea, el penacho de plumas de pega. Como anécdota, esta frase proverbial fue utilizada por los conservadores, que aplicaban a las personas que dejaban entrever sus opiniones liberales. Pero aquí el plumero no se refiere a la farsa de la corneja de la fábula, sino al penacho de plumas que coronaba el morrión de los voluntarios de la Milicia Nacional, un cuerpo que nació el año 1820 para defender los principios liberales y progresistas.

Mari-Sarmiento, que fue a cagar y se la llevó el viento

Nadie sabe quién fue la Mari-Sarmiento a la que hace referencia este refrán. Hay quien supone que este nombre propio es un apelativo genérico, como muchos otros: Marimacho, Marisabidilla, Marizápalos... Para algunos lingüistas, como Julio Cejador, Marisarmiento significó en otros tiempos mujer delgada, flaca como un sarmiento. Y de ahí procede el refrán "El viento de Mari-Sarmiento, que fue a cagar y se la llevó el viento".
Corneja