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lunes, 6 de septiembre de 2010

Envar el Kadri- (desde Argentina)


ENVAR EL KADRI. HISTORIAS DEL PERONISMO REVOLUCIONARIO. Facundo Cersósimo, Colihue, 2008.

ÍNDICE

PRÓLOGO
Dante Rubio, Agrupación Envar El Kadri

ACLARACIÓN

INTRODUCCIÓN

ENVAR TIENE LA PALABRA
Entrevista de Mona Moncalvillo
No tropezar dos veces con la misma piedra, entrevista de Carlos Aznares
Acerca de “Documentos de la Resistencia Peronista 1955-1970”
Carlos Caride: un hombre de acción
Los hijos de Perón
Rescate de la memoria
Un hombre de acción que piensa, entrevista de María Esther Gilio
Tenés que contarme tu vida
Entrevista de Héctor Méndez
Ernesto Guevara y el Peronismo
Por las rutas del Doctor Guevara

ENTREVISTAS
Ester El Kadri y Adelma Manna
Alfredo Ferraresi
David Ramos
Amanda Peralta
Ignacio Vélez

DOCUMENTOS Y DISCURSOS
Taco Ralo
Por qué somos peronistas
FAP “17 de Octubre”
La sangre derramada está siendo negociada
¿Qué significa para nosotros, los trabajadores, el 1º de Mayo?

RECORDANDO A ENVAR
Eduardo Galeano
Poema de Fermín Chávez
¿Quién mató a Envar El Kadri?, por Ana Lorenzo
Recuerdos de Miguel Bonasso
Carta de su sobrina, por Mariam El Bacha
Ramón Torres Molina
“Cacho” El Kadri: Militante y maestro, por Carolina Arroyo (HIJOS)
Querido Cacho El Kadri, por Juan Lucero
El compañero Envar El Kadri, por Roberto Baschetti
Memorias de Taco Ralo, por Néstor Verdinelli

PALABRAS FINALES
Amanda Peralta

FOTOS


INTRODUCCION


¿Qué pretendemos con este libro? Varias cosas: lo primero que buscamos es brindar herramientas de análisis que nos permitan reflexionar, sobre todo a las nuevas generaciones, qué sucedió en los últimos cincuenta años de nuestra historia: (re)pensar qué fue el peronismo; cómo se formó esa gesta heroica de nuestro pueblo que se llamó la Resistencia; cómo surgen las primeras organizaciones armadas; la dictadura y la defensa de los derechos humanos; cómo concebimos a la cultura y el lugar que ocupa en un proceso de transformación social, etc. Todo esto es posible gracias a la multiplicidad de tareas y acciones que realizó Envar a lo largo de su vida. Lo segundo que pretendemos es recuperar toda una línea de pensamiento que podríamos denominar del Peronismo Revolucionario, de la que Envar fue una de las figuras más importantes, claro que no la única; extrayendo las mejores enseñanzas y recordando a sus principales figuras; tomando las mejores ideas para el futuro. Por último, queremos homenajear no sólo a un militante del peronismo revolucionario, sino además a un ser humano excepcional, que siempre peleó por transformar la sociedad en la que vivía, y que tuvo la sabiduría de la autocrítica permanente, sin buscar la gloria personal, entendiendo, como pensaba Oesterheld, que los héroes son colectivos y que la Historia (con mayúscula) la escriben los pueblos.

El lector podrá ir armando, como si fuera un rompecabezas, toda su vida. Para poder hacer este ejercicio el libro brinda escritos de su puño y letra, discursos, documentos, entrevistas a familiares, amigos y compañeros de militancia, homenajes que se le hicieron luego de su muerte, fotos, etc.

Será tarea del que lea estas páginas ir reconstruyendo su historia. A continuación queremos brindar unas líneas de análisis que nos permitan encuadrar a Envar El Kadri en el contexto histórico que le tocó vivir.

Tomar un solo momento importante de su vida es una tarea difícil, diría que se vuelve casi imposible (palabra que se opondría a usar). Decimos esto porque desde 1955, año que la revolución “fusiladora” derroca al gobierno de los trabajadores, Envar se sumerge en una etapa de luchas que lo marcarán a fuego para el resto de su vida, y de ahí en más siempre se pondrá al servicio de su pueblo: la resistencia, salvo algún breve lapso, duraría hasta su muerte, durante la segunda década infame. Su objetivo no fue sólo pelear por la vuelta de Perón, sino por la felicidad de su pueblo. Hasta 1973 esta felicidad, indudablemente, pasaba por la vuelta del líder desterrado. Pero luego de su desaparición física Envar continuó peleando, primero desde el exilio, y luego desde nuestro país. Como dijo Carlos Aznares utilizó “…nuevas herramientas en una misma batalla contra los enemigos de siempre”. Primero fueron los caños de la Resistencia, luego el fusil de Taco Ralo, después la defensa de los derechos humanos desde el exilio, y luego la difusión de la cultura como herramienta de liberación. Muchas herramientas, una batalla.

En la vida de El Kadri podemos distinguir cinco etapas. La primera la podemos situar entre 1955 y 1960. Son los inicios de la Resistencia: había que salir sea como sea (cueste lo que cueste y caiga quien caiga, como decía el General) a combatir a la “fusiladora”, colocando explosivos caseros y rudimentarios, los ya míticos caños, había que reunirse en la esquina de Corrientes y Esmeraldas y romper las prohibiciones del decreto 4161, había que ir a las pizarras del diario La Nación y agarrarse a trompadas con los “gorilas”, había que acompañar a los trabajadores del Frigorífico Lisandro de la Torre en la toma de 1959: había que luchar, y Envar lo hizo. Claro que no estuvo sólo. Allí también estaban Rulli, Rearte, Carlitos Caride, Spina, y tantos otros. Pero luego llegó el plan Conintes, bajo el gobierno de Frondizi, y al igual que miles de trabajadores fue a parar a la cárcel. De 1960 hasta 1963 estuvo preso.

La segunda etapa abarca de 1963 a 1968. En estos años se van adquiriendo niveles organizativos mayores y se va diluyendo la inorganicidad de los primeros años posteriores al derrocamiento de Perón. Envar lo visita en Madrid a los meses que sale de la cárcel, conforma el Movimiento de la Juventud Peronista (MJP), ya de alcance nacional, publica el periódico Trinchera y para 1968, junto a otros compañeros, crea las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). Llegan a la conclusión, acelerada por el fracaso del operativo retorno de 1964, que los caminos legales no iban a permitir el regreso de Perón, entonces deciden instalarse en Taco Ralo, provincia de Tucumán. Como dijo posteriormente Envar, viéndolo a la distancia fue un error, pero era lo que creían que había que hacer en ese momento, y ellos lo hicieron, había que actuar y actuaron. Al poco tiempo de montar la guerrilla, los detiene la Policía creyendo que eran contrabandistas, así que los 14 integrantes de esa experiencia, incluido Envar, caen presos. Hasta 1973 conocerá las cárceles de varios lugares del país.

La tercera etapa comienza con el otorgamiento de la amnistía a los presos políticos por parte del gobierno de Cámpora en 1973, que le permite salir de la cárcel, y finaliza con el exilio forzado en 1975. En estos dos años realiza una autocrítica del accionar de las organizaciones armadas, que había ido elaborando en el último período carcelario, y cree que conquistado el gobierno a través de las elecciones, y con Perón en el país, había que terminar con ese método de lucha. Crea las FAP 17 de Octubre (conocidas como FAP 17 o PB 17), un desprendimiento de las FAP, y se pone a disposición del gobierno electo. Trabaja como asesor del decano de la Facultad de Derecho de la UBA durante unos meses y luego de la muerte de Perón, con el incremento del accionar de la Triple A, y al correr peligro su vida, decide comenzar su largo destierro un año antes del golpe militar.

La cuarta etapa es la del exilio, que transcurrirá la mayor parte en Francia. Allí encuentra una nueva herramienta de lucha como son los derechos humanos e irá descubriendo otra: la cultura. Acompaña las primeras acciones de las Madres de Plaza de Mayo y realiza la denuncia de los “Cien Artistas Desaparecidos”, de gran repercusión internacional. Publica un libro donde recopila testimonios de diferentes personalidades, como Mercedes Sosa, Pino Solanas, Miguel Ángel Estrella, Cortázar, etc., titulado Argentina: como matar a la cultura. En este período continúa profundizando su crítica al accionar de las organizaciones armadas, que se refleja en las conversaciones con Jorge Rulli, su compañero desde la primera resistencia, publicadas más tarde en un libro hoy prácticamente olvidado: Diálogos en el exilio. Aquí disgregan sobre la Patria Grande, la cultura, la violencia, los derechos humanos, reflejándose la impronta del exilio parisino que estaba llegando a su fin.

La quinta y última etapa es la del regreso a la Argentina en 1984, en la que comenzará a desarrollar emprendimientos culturales. Cree que es necesario llevar la cultura a los sectores más pobres que no tienen acceso a ella. Crea Música Esperanza junto a Miguel Ángel Estrella, llevando la misma al interior del país. Además se transforma en productor de tres películas de Pino Solanas y es protagonista de Che… Ernesto, un film de Miguel Pereira, donde se cuenta de manera didáctica el recorrido del Che Guevara por Latinoamérica. Luego de varios años de haber interrumpido la carrera se recibe de abogado en la UBA y asesora gratuitamente a la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). Además brinda su testimonio en el documental Cazadores de Utopías y en el libro La Voluntad, de Caparrós y Anguita, entre otras cosas…

Realizar estas divisiones en la vida de Envar quizás parezca esquemático, pero es una buena manera de recordar que en los distintos momentos en los que le tocó pelear y resistir lo hizo, con una variedad de herramientas que lo tornaron dueño de una vida multifascética y poseedor de una gran riqueza intelectual y cultural. Nos parecía injusto recordarlo sólo por la acción de Taco Ralo, como muchas veces se hizo. No veíamos adecuado quedarse con un instante, habiendo cientos de luchas que llevó adelante y que seguramente se perderán en estas líneas, no siendo posible transmitir todas esas pequeñas acciones de la vida cotidiana que caracterizan a los rebeldes como él. Sí creemos conveniente plantear otras líneas de análisis a la hora de ver su figura.

Una es tomar a Envar como puente de dos momentos históricos: el de la primera Resistencia a mediados de los ‘50 y el del surgimiento de las organizaciones armadas a fines de los ’60. Su figura se vuelve muy respetada, con aires casi míticos para algunos, en la década del ’70, sobre todo para las nuevas generaciones que recién entraban a todo ese mundo; y él era uno de los encargados de contar y describir qué había sido el peronismo y los años posteriores a 1955, con sus luces y sombras, a jóvenes que recién asumían esa identidad.

Otra línea es ver la figura de Envar como acompañante permanente de la lucha de los trabajadores, no como vanguardia, no como consejero intelectual, sino a su lado, desde la emblemática toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, pasando por trabajar codo a codo con los sindicatos más combativos, instalando la guerrilla en Taco Ralo pidiendo la vuelta de Perón en plena proscripción y luego bajando las armas cuando la inmensa mayoría de los trabajadores habían conseguido su objetivo, hasta los asesoramientos legales gratuitos a la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) en los años ’90 cuando ya era abogado. Con su profundo sentido movimientista, que Cacho nunca perdió, siempre tuvo en cuenta que la lucha la deben encabezar los trabajadores, y que todas las demás herramientas que se puedan utilizar son en función de los objetivos de los mismos y de sus tiempos.

Otro aspecto a tener en cuenta es su concepción de los procesos históricos y el sentido de lo que concebía qué era una Revolución: no como un punto de llegada, un estado ideal al cual hay que llegar por cualquier medio, sino más bien un proceso de permanente construcción, de pequeñas acciones cotidianas, donde se busca no sólo reformas económicas estructurales sino transformar de raíz las relaciones humanas de la sociedad en la que se vive. De aquí viene la importancia otorgada a la defensa de los derechos humanos y el rol que tiene la cultura de los sectores populares, no viéndolos como herramientas para “acumular fuerzas”, sino como medios en sí mismos para construir una sociedad mejor.

De esta manera Envar entendía que el poder no es algo que se toma, sino que se construye en forma permanente, y que al poder de los sectores dominantes hay que oponerle el del pueblo, el de los trabajadores. No sirve de nada utilizar las armas del enemigo para arrebatarle su poder, sino que para ello hay que construir una sociedad alternativa: en lo económico, lo cultura, lo social, en los valores, etc.

Estas dos últimas ideas sobre qué es una Revolución y la concepción del poder se pueden observar en el análisis que realizó luego de su salida de la cárcel en mayo de 1973, cuando, a diferencia del resto de las organizaciones armadas, consideraba que se abría un proceso de reconstrucción nacional, dando pequeños pasos, pero junto a la inmensa mayoría del pueblo. Esto no significaba la claudicación de sus ideales, sino considerar lo posible a realizarse en esta nueva etapa.

Por último, hay en Envar, con el paso del tiempo, un conocimiento profundo del la Patria Grande Latinoamericana y de la importancia de los Movimientos de Liberación en nuestros países y en los del Tercer Mundo en general. Si bien dentro de la Resistencia Peronista siempre se tuvo en cuenta otros procesos nacionales de liberación y se los apoyó, recién en París y en la convivencia con otros exiliados, sobre todo de Latinoamérica, comprendió en profundidad la necesidad de la unidad del continente y conoció más de cerca otras experiencias vecinas. Luego, en sus viajes por Latinoamérica como productor de cine y en la realización de Che… Ernesto, profundizó esto, y estudió en detalle el pensamiento del Che y su acción desde una óptica latinoamericana, donde enmarcó al peronismo como una lucha nacional más en la liberación del continente, mosaico perfecto de etnias y culturas.

Seguramente cada persona que lea estas páginas encontrará otras enseñanzas, o no coincidirá con lo planteado hasta ahora. Dejamos al lector que tome de aquí lo que crea conveniente, pero esperamos que sirva de cara al futuro.

Esta obra no tiene aspiraciones de biografía de Envar El Kadri, tampoco pretende ser una investigación rigurosa sobre su figura, y mucho menos de los períodos históricos que lo tuvieron como protagonista, sino que cuadraría en lo que el academicismo llama despectivamente “historia militante”, y que nosotros enarbolamos con orgullo, considerándola una herramienta más de la batalla de siempre.



Facundo Cersósimo


Julio de 2007



Fuente:

http://envarelkadri.org.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=155:iquien-fue-envar-el-kadri&catid=13:documentos&Itemid=66




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Fernando Esteban Córdoba

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