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Pieles NO

sábado, 20 de julio de 2019

Una Historia de España- Almanzor- XX



Almanzor camelando al Califa


 Desde luego, el joven Almanzor (o Al-Mansur) era un estudiante raro. Sin tener contacto alguno con la Corte, soñaba en ser Primer Ministro y llegar a ser el jefe de la España musulmana.
Pero sus principios no fueron buenos; tuvo que actuar de funcionario en algunos empleos muy bajos para él para ganarse la vida.
Pero llegó una buena ocasión: Su jefe era un hombre frío y desapasionado y aborrecía a los locos sublimes como el muchacho. Y esto fué su suerte, porque el malhumorado jefe de Almanzor pidió   al Califa Al-Hakim II que le librara de aquel insensato, y como éste estuviera buscando un intendente capaz de administrar los bienes de su primogénito Aberrahman, que entonces tenía solo 5 años, le recomendó a Mohamed- ben- Abiamir  .
Pero aún tenía que dar su beneplácito la sultana llamada Aurora, que era vasca de nacimiento. Entonces no eran raros los matrimonios interraciales, pues no había ningún tipo de racismo.
(abajo, cuadro representando a Almanzor en Barcelona)
Niebla. Huelva. Puente romano
Niebla. Ciudad totalmente amurallada. El pueblo actual está dentro. En el tiempo califal era una ciudad rica.
Murallas de Niebla
Niebla. Puerta del Agua


Le fueron presentadas muchas personas, pero le encantó Mohamed ben Abi Amir (Almanzor) por su buena presencia y por sus maneras corteses. Lo eligió enseguida.
Y el sábado 23 de febrero de 967 fué nombrado Intendente de los bienes de Abd-er.Rahman, con un sueldo de 15 monedas de oro mensuales, lo cual no estaba nada mal. Tenía entonces 26 años.
Tuvo bien considerado que le tenía que hacer la pelota a la sultana, y lo consiguió tan completamente que ella también le nombró intendente de sus propios bienes, y a los 7 meses de entrada en la Corte fué nombrado Inspector de la Moneda. Gracias a este último empleo tenía a su disposición grandes sumas de dinero, que aprovechó para granjarse la simpatía de los nobles. Cuando alguno de éstos estaba apurado de dinero -todos llevaban un tren de vida impresionante-Almanzor le ayudaba. Se cuenta, por ejemplo, que Mohamed ben Afla, que casi se había arruinado casando a su hija, le llevó a la Casa de la Moneda una brida ornada de pedrería, rogándose le prestase algún dinero sobre este suntuoso objeto, diciendo que era lo único que le quedaba de valor. Entonces Beni-Amir mandó a uno de sus empleados que pesase la brida, y diera a Ben-Afla su peso en monedas de plata. Estupefacto de tal generosidad, -porque el hierro y el cuero de la brida pesaban mucho- ,Ben-Afla se quedó pasmado, pero tuvo que rendirse a la evidencia cuando pocos instantes después le dijeron que pusiera su burnus (Al-Burnus: Albornoz) en el suelo, y vertieron una verdadera cascada de monedas de plata, de modo que no sólo pudo pagar sus deudas, sino que aún le quedó una suma considerable. Quedó tan asombrado que iba diciendo por ahí que aunque Almanzor le dijera que tenía que rebelarse contra el Califa, él en su agradecimiento lo haría, y eso y más.
De esta manera, Almanzor se creó un -diríamos hoy. "lobby de presión" que defendería sus intereses.
Y, más que todo, cuidaba que la sultana estuviese contenta, le hacía grandes regalos -también a la damas de la Corte- y logró al fin sel el amante de la sultana. Almanzor tenía mucho éxito con las mujeres, pues , como dicen las crónicas de entonces, "era un hombre muy hermoso". Y además muy bien educado, con un lenguaje perfecto y unas maneras de gran señor.
El viejo califa no entendía nada - No sé- dijo un dia a uno de sus íntimos amigos, - qué armas debe emplear para reinar en el corazón de las mujeres de mi harén- (un poco ingenuo el califa...). No sé si admirarle por su gran inteligencia, o tal vez, es un gran mago, que ha encantado a todos mis servidores. A veces me preocupa el pensar que todo mi dinero pasa por sus manos.





En efecto, el joven inspector corría grandes peligros en este sentido. Había sido muy generoso con sus amigos, pero a expensas del Tesoro, y como su rápida subida y todos sus privilegios habían suscitado muchas envidias, sus enemigos le acusaron ante el Califa de malversación de fondos. Almanzor, que era más listo que una ardilla, le pidió a un íntimo amigo, el visir Ben-Hodair,
que le ayudase, explicándole que sí había metido la mano en el Tesoro, y que si podía prestarle el dinero necesario para presentar unas cuentas concordantes. El Visir le dió todo el dinero necesario para quedar bien,  y de esta forma, Almanzor quedó muy bien ante el monarca y sus enemigos confundidos y tachados de calumniadores. Querían hundirle y lo que consiguieron era que consiguió aún más la confianza del Califa, y el pueblo se alegró del triunfo de su admirado Ben-abi-Amir.
El Califa , a principios de Diciembre del 968 , entre otros cargos bien remunerados, le nombró cadí de Sevilla y Niebla. (precioso pueblo blanco de Huelva,cerda de las minas de Río Tinto)
(continuará).


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