El trasno (o trasgo, que también lo llaman asi), es un duendecillo que vive en los bosques o en la linde de los caminos. No es malo, sólo revoltoso. Lo que más le gusta es meterse en las casas, y si encuentra una a su gusto puede quedarse durante años. Si la familia se muda suele mudarse también, y es él el que promueve ruidos durante la noche, hace que se caiga un plato y que se enreden las labores de bolillos.
Sólo los animales pueden verlo, y a veces le persiguen dentro de la casa, pero no causa problemas graves.
Para librarse de él hay un truco: Como el trasno solo sabe contar hasta dos, se le echa en el suelo un puñado de granos de maíz, o de habas, o de cualquier cosa parecida, y él empieza:
-Un, dous. un, dous, un dous... ...hasta que se aburre y se va.
Yo misma he tenido un trasno en mi casa, que me hacía trastadas, o "trasnadas", pero le apreciaba porque era simpático, y cuando dos veces me mudé al casarme, él se venía con todos los muebles y los cacharros hasta el nuevo domicilio.
Tengo que decir que yo, aunque nací en Zaragoza, de padre sevillano y madre de Barcelona, tuve un tatarabuelo gallego, y eso se hereda, aunque quede muy lejos...
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(continuará)
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