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Pieles NO

sábado, 27 de febrero de 2021

Experiencias gatunas extracorpóreas

 He tenido maravillosos contactos con gatos míos difuntos, lo que me ha causado gran alegría.

Por ejemplo, yo tenía una gata, Tila, a la que adoraba. Vivió 18 años y hubo que sacrificarla porque tenía un cáncer linfático generalizado. Los que han tenido que ir al veterinario por este asunto y quieren a su animal (me niego a llamarles mascotas, me parece un insulto, mascota era el Naranjito…) saben lo durísimo que es tener que hacerlo.

Pues yo no olvidaba a mi gata. Pero un día ocurrió algo precioso. Yo estaba durmiendo, y de pronto me desperté, pero no en un sentido real, sino en otro plano. No sé explicar esto, pero me ha ocurrido otras veces. Me senté en la cama, no encendí ninguna luz y de pronto veo a mi abuela, como muy rejuvenecida, llevando a la gata en brazos.

-¡Uf, cómo pesa…!- aquí tienes a tu gata…

Y me entregó a Tila y la tuve en brazos un tiempo mágico, maravilloso. Pude despedirme de ella como es debido, y la estuve acariciando y ella no paraba de ronronear.

Estuvimos un ratito así y luego, la gata, por telepatía (¡!) me dijo:

-Ahora tengo que irme…

Dio un saltito en la oscuridad y se fue (adónde, al cielo de los gatos ¿?¿)




Después de esto , toda la amargura que me había quedado y los malos recuerdos del día del veterinario se desvanecieron y ahora me acuerdo de ella y de mi abuela (que también era muy gatófila) con alegría y esperanza.

También, cuando murió uno de mis gatos, el Titus, -un gatazo negro precioso-unos días después, estando en la cama de noche noté cómo un gato estaba en mi cama y pasaba por encima de mí, y me dije: Este es  Titus, que ha venido a despedirse…

Tengo muchas más historias, sobre todo de cuando era niña, pero también de ahora, de cosas que me han ocurrido desde siempre. De pequeña pasaba mucho miedo, porque cuando se lo contaba a mi madre y no me hacía caso. Me contestaba, molesta, que “no dijera tonterías”. Creo que ella también tenía miedo de todo esto y no quería asustarse.

Luego, cuando fui mayor, me siguieron y me siguen pasando cosas extrañas, pero las encuentro tan interesantes que pienso que soy una privilegiada y ya no tengo ningún miedo.

Podría escribir un libro con estas experiencias.





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