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Pieles NO

martes, 17 de octubre de 2023

Ultimas frases de moribundos

 Comenzamos por las revelaciones que parecen sacadas de una telenovela, porque es lo que más abunda antes de partir al más allá. Tiene sentido: ¿qué mejor momento que cuando ya no tendremos que afrontar las consecuencias para desvelar la información que puede cambiar todo el sentido de una existencia? Es lo que le ocurrió, por ejemplo, al usuario MartinjCbV. Su tío sufrió un grave accidente de coche, y mientras le trasladaban en ambulancia, pronunció ante los enfermeros las siguientes palabras: “Decidle a mi mujer que Wendy es mi hija y que la quiero”. Apenas unos minutos más tardes, murió.

 

¿Quién era Wendy? La hija de cinco años de los vecinos. “Causó una tormenta de mierda, te lo aseguro”, recuerda el forero. Así fue: los vecinos se divorciaron después de inacabables discusiones y ahora la ya no tan pequeña Wendy vive con su madre y su nuevo padre, que es al mismo tiempo la flamante pareja de su madre. De acuerdo, es posible que haya que leerlo dos veces, pero todo encaja.

 

Una historia semejante es la que cuenta tay-lorde, solo que con un matiz más a lo 'Santa Bárbara'. Este explica que su padre había sido dado en adopción a su abuelo por una mujer que iba a su parroquia y que había quedado embarazada después de una aventura con un hombre desconocido. Como bien se vé venir, en el lecho de muerte el abuelo confesó que él era el auténtico padre: la adopción era una manera de poder reunirse con su hijo biológico sin levantar sospechas. En concreto, se lo confesó a la mujer con la que había pasado décadas casado, y que había criado al hijo que había tenido con su amante como si fuese propio.

placeholder'Nunca me han gustado las enchiladas'. (iStock)
'Nunca me han gustado las enchiladas'. (iStock)

Es posible que esta revelación pueda funcionar también como advertencia para preparar una cena más copiosa la noche del funeral. Es lo que le ocurrió a MoltenLarva, cuyo padre le confesó que, aparte de él y de otros dos hermanos, es posible que tuviese algún hijo no reconocido más por ahí. Dicho y hecho: en la ceremonia aparecieron otros cuatro hermanos más, lo que disparó la población de los Larva Bros. hasta la friolera de siete que, por cierto, congeniaron rápidamente. ¿Lo mejor? Que sospechan que el número de hijos no reconocidos puede ser mucho mayor.

Sorpresa, ¡tienes sida!

¿Qué es lo peor que puedes escuchar de una persona agonizante? Si se trata de una pareja con la que llevas varios años acostándote, quizá figure en el top 3 de desgracias oír de su boca que tiene sida. Es la historia que escuchó Pleasebeunique27 de boca de una paciente seropositiva. Esta descubrió que había sido contagiada gracias a las últimas palabras de su pareja: “Lo siento, lo siento, te lo tenía que haber dicho, perdóname”.

El cachondo

No todo es drama. Hay quien abandona este mundo con un chiste… O, según como se vea, con una última manifestación de tacañería: “¡No dejes que el puto enterrador se quede con mi diente de oro!” Desconocemos el último paradero del molar del tío de bacaflaca.

 

“¿Qué estás haciendo aquí? Nunca te he tragado”, le espetó a su suegra antes de morir

La cachonda

Merece la pena reproducir esta historia de secretoldy tal cual: “Cuando mi madre descansaba en la cama del hospital, muriendo por el cáncer, hizo que me acercara y me dijo 'he escondido el dinero… he escondido el dinero en...' Al hablar, su voz se quebraba. Lo intentó por última vez: 'El dinero está en la…' Cerró los ojos, su respiración cesó y su cabeza cayó hacia un lado. Unos segundos después se empezó a partir de risa. Me estaba tomando el pelo. Murió tres días más tarde”.

La agresiva

La madre de jonbabe murió de cáncer cuando este apenas tenía cuatro años. Aun así, aún recuerda una de las últimas frases que le dirigió a su suegra, mientras estaba tremendamente medicada: “¿Qué estás haciendo aquí? Nunca te he tragado”. La familia se lo tomó a risa. No porque fuese mentira, sino porque todos sabían que le había hecho pasar un infierno, y esa sentencia era, por fin, signo de que ya no tenía que guardar las apariencias.

Lo tenía que decir

La medicación y el deterioro cognitivo pueden jugar malas y –perdonen– divertidas pasadas. Es lo que pasó con el abuelo de momocazzo, que recibió un cariñoso beso y abrazo de cada uno de sus nietos antes del gran tránsito. No respondió a ninguno de ellos, salvo al propio forero. Cuando este se sentó en su cama para despedirse de él, decidió sincerarse: “No me gusta la comida mexicana”. No volvió a pronunciar ninguna palabra más.


El amor prevalece

Hemos tenido drama, hemos tenido comedia. Así que, antes de partir, mejor refrescarnos con una historia de ese amor que lo puede todo, de esas que reconfortan el alma. Puede ser, por ejemplo, la del tío de burlinbert, que había tenido una amante a lo largo de toda la vida. Su amor nunca había sido posible, ya que a pesar de estar enamorado de ella desde su juventud, había tenido que aceptar un matrimonio concertado con otra mujer.

 

Tanto su esposa como su amante conocían la existencia de la otra mujer, pero nunca se conocieron. Para la familia pasó a ser la “tía”. En el lecho de muerte, su hijo le preguntó si quería ver por una última vez a esa mujer de la que había estado enamorado durante décadas pero con la que nunca podía haber estado. Así que llamó a su “tía” y esta llegó en cuestión de minutos, ya que estaba esperando en el aparcamiento del hospital. “La tía vino a verle y cinco minutos después murió en sus brazos”.

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