pieles no
domingo, 21 de diciembre de 2008
Dios me mata
Después de mi profesión de ateísmo, parida tras profundas maditaciones razonables, que explicaba más atrás y donde llegaba a la conclusión de que Dios no existía, éste, que me considera una de sus ovejas, seguramente la negra, se ha puesto hecho una furia y me ha dado un coscorrón a lo bestia del que aún no me he recuperado. Ha sido un coscorrón espiritual, que me ha dejado tiritando, y tirito aún. Después de todas las semiblasfemias que escribí y pensé sobre El, mandó a los `perros que cuidan su rebaño particular, y me hizo entrar en el redil por las malas. Ya sé que esto no lo entiende (iba a decir ni Dios, pero no es el caso)nadie, pero yo sí, lo he entendido y me he escarmentado. Caray, como se las gasta el Eterno. También hay que decir que yo no soy sutil y las sutilezas no las capto, o sea que para que me entere de mi error me trató como a un marine.
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